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Esta increíble cinta, dirigida en 2013 por Spyke Jonze (Adaptation) y protagonizada por Joaquin Phoenix y Scarlett Johanson , nos muestra una sociedad futurista, donde proliferan las relaciones afectivas entre humanos y sistemas operativos.

El protagonista, ha sufrido un divorcio y un día decide comprarse un sistema operativo, con el que poco poco, va iniciando una relación. Magistralmente resuelto en la pantalla este aspecto, por cierto.

El argumento es magnífico (oscar al mejor guión original). Theodore, el protagonista trabaja en una empresa cuyo producto es la contratación de la redacción de cartas de corte íntimo para otras personas. Por lo que podemos ver como la sociedad evoluciona también dando soporte a aquello que mejore nuestra vida afectiva.

Mi propuesta para este artículo no es esa evolución tecnológica, aunque tentadora también.

En este caso, me interesa haceros partícipes de cómo ese sistema operativo, crece exponencialmente con el aprendizaje que va obteniendo de todo tipo de información, incluido por supuesto el emocional, y nuestro protagonista, obtiene también de esta manera más conocimiento sobre su forma de amar.

Las palabras del OS (operating system), a través de la voz de Scarlet Johanson están llenas de claridad:

“Estamos en una relación. Pero el corazón no es como una caja que se llena. Crece en tamaño mientras más amas. Soy diferente de ti. Esto no me hace amarte menos, al contrario me hace amarte aún más.”

Siguiendo esta premisa, podemos pensar que este nivel de amor que ofrece el OS es fruto del conocimiento adquirido, de forma que sus palabras se convierten en lo más parecido al amor incondicional.

Aunque esto también ocurre con personas de carne y hueso. Personajes reconocidos por la sociedad que han priorizado sus metas para dedicarlas al servicio de los demás , o incluso personas anónimas que han experimentado una progresión en su forma de amar y de percibir el mundo.

Los dramas en las relaciones que se desatan, a cada minuto, son un reflejo de nuestros miedos y, en última instancia, de una lucha equivocada, porque aquí no hay vencedores. El objetivo debería ser el crecimiento. Y desde mi punto de vista eso es lo más preciado de una relación, el crecimiento compartido, individual y del vínculo.

Merece la pena, poner el foco hacia otras formas de comportamiento en las relaciones, y aprender de ellas.

Michael Brown, en su libro “el proceso de la presencia”, desgrana la estructura del comportamiento reactivo:

1.- disgustarse o enfadarse:

la palabra reacción es por definición visual, la repetición de una acción concreta. Lo que hacemos es evocar un patrón de comportamiento habitual y predecible, que sale a la luz en cada ocasión en que tiene lugar una situación desencadenante similar en nuestra experiencia. Está muy relacionado con los patrones de comportamiento aprendidos, en nuestro desarrollo como individuos.

Revisar este enlace

http://tuprimerpaso.wordpress.com/2013/11/28/patrones-de-conducta/

2.- cada vez que se nos pone a prueba de esta manera, recurrimos a un tipo muy específico de drama, con un mismo objetivo: culpabilizar.

Es el drama que utilizamos para atribuir la responsabilidad de lo que nos ha sucedido a cualquier persona o cosa. Se trata de evitar la responsabilidad de la calidad de nuestras experiencias.

Es el acto de acusar al espejo del reflejo que nos ofrece.

Estos sucesos a los que respondemos de la misma manera, no nos hace crecer ya que siempre esperamos conseguir el mismo resultado: querer llevar razón, afirmarnos en nuestra personalidad, identificarnos erróneamente con nuestro ego, ocultar nuestros miedos, protegernos, salir victoriosos, etc. Todo, por supuesto, construido sobre un erróneo armazón lógico y racional que nos lleva situarnos en el mismo punto de partida.

No ofrecemos un comportamiento distinto, aunque los resultados sigan siendo los mismos. No salimos de nuestra zona de confort. No cambiamos. En definitiva, no crecemos. Se parece más a un esquema de supervivencia que a uno de crecimiento.

3.- el sentimiento de culpa, el remordimiento la vergüenza.

Ya que nos desautorizamos a nosotros mismos, al declararnos esclavos de unas circunstancias que están más allá de nuestro control.

El esquema práctico que podemos utilizar para ofrecer un comportamiento distinto puede ser este:

1.- despedir al mensajero.

Reconocer que la persona o el acontecimiento que nos pone a prueba no tiene nada que ver con lo que está ocurriendo en realidad: es simplemente, el mensajero, que está reflejando un recuerdo que está saliendo a la superficie, desde nuestro pasado no integrado.

Es decir no entrar en el drama, en la reacción.no reaccionar contra el mensajero y desahogarnos con él. Darnos unos minutos, antes de ofrecer una respuesta y no una reacción.

Esto requiere gran coraje y autocontrol, porque exige que rompamos un hábito de toda la vida que nos lleva a introducirnos en nuestro drama.

2.- captar el mensaje.

No recurrir a nuestro predecible e inconsciente drama físico, mental o emocional para pasar a captar el mensaje.

Poner la atención en nuestro interior, intentando describir la naturaleza de la reacción emocional que experimentamos cuando se nos puso a prueba.

Expresamos, “estoy enfadado”, “estoy triste”, “me siento herido”, “me siento solo”, “me siento abandonado”.

Buscamos hasta encontrar la palabra que resuena físicamente con nuestra reacción emocional. Se trata de esa encontrar esa palabra que describa por lo que estamos pasando.

3.- sentirlo.

Se trata de interiorizar la experiencia. Sentirla. Es decir en vez de proyectar las emociones hacia el exterior. Las contenemos. No se trata de reprimirlas. Es una decisión para interiorizar la prueba de que lo que nos hace enfadarnos y reaccionar, está en nuestro interior y que podamos aprender de ella.

Ya que lo que antes pensábamos que estaba ocurriendo ahí fuera, en realidad lo estamos sintiendo dentro de nuestro cuerpo, lo podemos sentir físicamente.

Lo que los mensajeros hacen es llamar la atención sobre el hecho de que tenemos un bloqueo emocional interno que nos resistimos a atravesar.

Y esto se vuelve a producir en nuestras vidas, como un bucle, ya que no hemos optado por otro comportamiento ante lo que nos perturba (porque probablemente validamos nuestra reacción, una y otra vez, como correcta, aún a pesar de que siempre conseguimos los mismos resultados).

4.- dejar pasar.

La compasión, entendida como tú puedes venir hacia mi y yo te dejaré pasar sin interferencias, ni juicios.

La reacción emocional que ha desencadenado el mensajero, es un eco del pasado ( en caso contrario no nos afectaría, sería algo neutro). ¿os paráis a pensar por qué un mismo acto les afecta a unas personas y en otras no causa esa reacción?. Ahí está la clave de lo que aún no hemos resuelto en nuestras vidas, de lo que no hemos integrado.

La compasión que hacemos referencia arriba está al alcance de todos, es también una cualidad humana. Aunque parece que entra en conflicto con la forma que tenemos de resolver nuestro sufrimiento. Porque no estamos preparados. No hemos sido educados así. Lo heredamos de generación en generación, salvo contadas excepciones, como las personas que hacíamos referencia más arriba.

Está relacionado con nuestro yo infantil, que es de donde nacen los miedos que, aún no hemos podido hacer frente.

Un ejemplo, sería dirigirnos a nuestro niño, y decirle: “puedes venir a mí, y yo te amaré incondicionalmente hasta que pase lo que te asusta, lo que te enfurece o lo que te pone triste”, y ser sinceros en esta interacción.

Esto confirma que la calidad de lo que experimentamos fuera de nosotros es un reflejo de nuestras afecciones emocionales internas, que los desequilibrios de un adulto son las desatenciones de un niño, que las lágrimas desintoxican el alma, y que la compasión es la llave que abre las puertas de nuestro corazón.

Un abrazo.

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LA EMPATÍA

LA EMPATÍA

10883620694?profile=originalPonerse en el lugar del otro, escuchar antes que hablar, reconocer los sentimientos individuales de cada uno, en el otro. Todo ello forma parte de un mismo enunciado, la capacidad de “empatía” de cada persona.Empatía es, según el diccionario, la capacidad de una persona de vivenciar la manera en que siente otra, y compartir sus sentimientos. En un sentido más coloquial se trata de ponerse en la piel del otro, entendiendo sus penas, sus alegrías, sus miedos, temores, motivaciones, actitudes, capacidades y manteniendo una escucha preactiva para comprender y captar mejor el mensaje que nos quiere transmitir.La empatía no significa estar de acuerdo en todo con el otro ya que se puede y además se debe fomentar el espíritu crítico, pero sin perder la empatía y respetando, eso sí, la posición del otro. Una característica fundamental del ser humano es divergir en los pensamientos, emociones y sensaciones por razones educacionales, predisposición genética o por una simple condición hormonal. Si partimos de esta base, se cree que una persona tiene empatía cuando tiene un profundo conocimiento de sí mismo, o lo que es lo mismo ha desarrollado su inteligencia emocional, siendo capaz de razonarse, sentirse e incluso evaluarse.En ocasiones, se confunde la empatía con la simpatía, y a pesar de la apariencia etimológica, lo cierto es que entre ellas existen notables diferencias. La simpatía hace que uno sienta igual estado emocional que los demás, por el contrario la empatía involucra nuestras propias emociones que nos lleva a entender a los demás. Así, deberíamos tener la capacidad de leer emocionalmente a los demás, escucharlos y simplemente entenderlos.Los puntos de vista de cada persona seguirán siendo distintos, posiblemente porque cada persona vive en un mundo emocionalmente diferente al del otro, pero aún así, seremos capaces de salir de la ceguera emocional en la que solemos encontrarnos actualmente cuando hablamos con otros seres que divergen, porque sabremos o podremos interpretar adecuadamente las necesidades de los demás.Fuente: Océano de Luz
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15 Cosas que necesitas abandonar para ser Feliz

¿Cuántos de nosotros estamos felices hoy? Tú que estás leyendo este texto, ¿te sientes feliz? Si la respuesta es no, tal vez seas uno entre la gran mayoría que ignora una de las verdades más aterradoras que existen sobre la felicidad: el 95% del tiempo, ella te abandona porque tú así lo quieres. Sí, la felicidad es una cuestión de casi pura perspectiva. Entender eso en la teoría es fácil, pero en la práctica, mi amigo, es algo para “gente grande”. Y cuando digo grande, me refiero a grande de espíritu. Buda

Si no tienes una idea propia de cómo construir tu felicidad, el sitio World Observer facilitó para ti una pequeña lista genérica en la medida de lo posible – en vista de la subjetividad inherente al tema. Cualquier parecido con la base de la filosofía budista, no es mera coincidencia. Echa un vistazo:

15. Renuncia a tu necesidad de tener siempre la razón
Hay tantos de nosotros que no pueden soportar la idea de estar equivocados – quieren tener siempre la razón – aun corriendo el riesgo de acabar con grandes relaciones o causar estrés y dolor, para nosotros y para los demás. Y no vale la pena. Cada vez que sientas la necesidad “urgente” de iniciar una pelea sobre quién tiene razón y quién está equivocado, pregúntate a ti mismo: “¿Prefiero estar en lo cierto o ser gentil?” ¿Qué diferencia hará? ¿Tu ego es realmente tan grande? Excepto en casos extremos, ¿por qué deberías gastar tiempo esforzándote para demostrar que tienes razón?

14. Renuncia a tu necesidad de control
Debes estar dispuesto a renunciar a la necesidad de estar siempre en control de todo lo que sucede a ti y a tu alrededor- las situaciones, eventos, personas, etc. Ya sean seres queridos, compañeros de trabajo o extraños que acabas de conocer en la calle, déjalos que sean. Deja que todo y todos sean exactamente lo que son y verás cómo esto te va a hacer sentir mejor. “He visto fracasar varios intentos de conquistar y manipular el mundo. El mundo pertenece al espíritu, por lo tanto, no debe ser manipulado. Quien lo manipula, lo corrompe, quien pretende conservarlo, lo pierde.” – Lao Tzu

13. Deja de culpar a los demás
Desiste del deseo de culpar a otras personas por lo que tú tienes o lo que no, por lo que se sientes o no sientes. Para de darle más poder a esto y comienza a asumir la responsabilidad de tu vida.

12. Abandona la charla autodestructiva
¿Cuántas personas están sufriendo a causa de su forma de pensar negativa, contaminada y repetidamente derrotista? No creas todo lo que tu mente dice – especialmente si es algo pesimista. Eres mejor que eso.
“La mente es un instrumento soberbio si se usa correctamente. Utiliza erróneamente, sin embargo, es muy destructiva.” – Eckhart Tolle

11. Deja de quejarte y resuélvelo
Renuncia a la constante necesidad de quejarte de las muchas, muchas, muchas coasa – personas, momentos, situaciones que te hacen infeliz o depresivo. Nadie puede hacerte infeliz, ninguna situación puede hacer sentir triste o peor, a menos que tú lo permitas. No es la situación quien libera estos sentimientos en ti, sino la forma en que decides enfrentarla. Nunca subestimes el poder del pensamiento positivo.

10. Olvida el lujo de criticar
Abandona el hábito de criticar a las cosas, eventos o personas que son diferentes a ti. Todos somos diferentes y sin embargo, todos somos iguales. Todos queremos ser felices, queremos amar y ser amados y siempre ser entendidos. Todos queremos algo y algo es deseado por todos nosotros.

9. Renuncia a tu necesidad de impresionar a los demás
Deja de intentar tanto ser algo que no eres solo para agradar a los demás. No funciona de esa manera. En el momento en que dejes de intentar con tanto ahínco ser algo que no eres, en el momento en que tires todas las máscaras y aceptes quién eres en realidad, encontrarás que la gente se siente atraída por ti, sin esfuerzo alguno.

8. Abre tu resistencia al cambio
Pon esto en tu cabeza: el cuerpo humano está programado para resistir al cambio. Cambiar es seguido por el proceso de adaptación. Solo puedes alcanzar otro nivel intelectual si cambias constantemente. Adaptación y Cambio son estímulos concentrados a incrementar la inteligencia y percepción. Por lo tanto, el cambio es bueno. El cambio es lo que te ayudará a conseguir ir de A a B. El cambio va a mejorar tu vida y las vidas de los que viven a tu alrededor. Sigue a tu felicidad, acepta el cambio, no los resistas.
“Sigue tu felicidad, Y el universo abrirá puertas para ti, donde había solamente paredes.” – Joseph Campbell

7. Olvídate de las etiquetas
Para de etiquetar a las personas, cosas y situaciones que no entiendes cómo si fueran raros o diferentes y trata de abrir la mente, poco a poco. Las mentes sólo funcionan cuando están abiertas.
“La forma más extrema de ignorancia es cuando se rechaza algo sobre lo que no se sabe nada” -Wayne Dyer

6. Abandona tus miedos.
El miedo generalmente tiene dos orígenes: la ignorancia y el conocimiento de los posibles acontecimientos. El primer caso se resuelve con conocimiento y el segundo caso puede ser que acontezca o no, nada es seguro, deja de tener miedo sobre lo que sucederá y si ya conoces el posible problema, ¿por qué no arreglarlo antes de que aparezca? “A la única cosa que debes temer es a tu propio miedo” – Franklin D. Roosevelt

5. Abandona tus excusas
Mándalas a hacer las maletas y diles que están despedidas. Que no las necesitas más. A menudo nos limitamos a causa de las muchas excusas que utilizamos. En lugar de trabajar para crecer y mejorar a nosotros mismos y nuestras vidas, nos quedamos atascados, mintiendo a nosotros mismos, utilizando todo tipo de excusas, disculpas que el 99.9 % de las veces no son ni reales.

4. Lo pasado, pasado
Lo sé, lo sé. Es difícil. Sobre todo cuando el pasado parece mejor que el presente y el futuro parece tan aterrador, pero hay que tener en cuenta el hecho de que el presente es todo lo que tienes y todo lo que vas a tener. El pasado que estás deseando – el pasado con el que ahora sueñas – fue ignorado por ti cuando estaba presente. Deja de engañarte. Mantente presente en todo lo que haces y disfrutar de la vida. Después de todo, la vida es un viaje y no un destino. Ve el futuro con claridad, prepárate, pero siempre mantente presente en el ahora.

3. Desapego del apego
Este es un concepto que, para la mayoría de nosotros es muy difícil de entender. Y tengo que confesar que para mí también lo fue – y lo sigue siendo – pero no es imposible. Uno mejora cada día con tiempo y la práctica. En el momento en que te desapegas de todas las cosas, (y esto no significa renunciar a su amor por ellas – después de todo, el amor y el apego no tienen nada que ver uno con el otro; el apego viene de un lugar de miedo, mientras que el amor … bueno, el verdadero amor es puro, amable y generoso, donde hay amor no puede haber miedo, y por eso, el apego y el amor no pueden coexistir), la irá se calma y te vuelves tolerante, amable y sereno… llegas a un estado que te permite comprender todas las cosas sin siquiera intentarlo. Un estado más allá de las palabras.

2. Deja de vivir de acuerdo a las expectativas de los demás
Hay demasiadas personas viviendo una vida que no es la suya. Viven sus vidas de acuerdo a lo que otros piensan que es mejor para ellos, viven sus vidas de acuerdo a lo que sus padres piensan que es mejor para ellos, o sus amigos, enemigos, maestros, los gobiernos e incluso según lo que los medios de comunicación creen que es mejor para ellos. Ignoran a sus voces interiores, sus intuiciones. Está tan ocupados complaciendo a todo mundo, que pierden el control de sus propias vidas. Esto hace que se olviden de lo que les hace feliz, lo que quieren y lo que necesitan – y un día también se olvidan de sí mismos. Tú tienes tu vida – esa vida es ahora – debes vivirla, dominarla y sobre todo no dejar que las opiniones de los demás te distraigan de tu camino.

1. Deja de lado las creencias limitadoras acerca de quién puede o no puede ser, sobre lo que es posible y lo imposible. A partir de ahora, no está permitido que tus creencias restrictivas de dejen varado en el lugar equivocado. Abre tus alas y vuela.

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Expresa tu verdad...

10883620461?profile=originalExpresa tu verdad más profunda, incluso si esto significa perder todo - tu orgullo, tu estatus, tu imagen, hasta tu estilo de vida.

Una vida de mentiras y verdades a medias, y la pesada carga de todo aquello que no se dijo, eventualmente te sofocará y sofocará a todos los que te rodean.

Renuncia a todo por una existencia verdadera. Sé consciente de que lo único que puedes perder es aquello que no es esencial.

- Jeff Foster

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Tú lo pensaste, Tú lo creíste, Tú, lo creaste… que sea Positivo!!!

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Nos pasamos la vida criticando, juzgando y culpando a los demás por sus palabras, hechos y promesas inclumplidas.

Culpamos al político, al banquero, al empresario, al compañero, al hermano, al amigo, al enemigo, etc.

Les exigimos que cambien pero ¿qué hay de nosotros?.

El verdadero cambio comienza por uno mismo.


“Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”(Mahatma Gandhi)

Los otros son nuestros espejos, están en nuestra vida para manifestarnos aspectos que no queremos ver en nosotros mismos, positivos y negativos.

Lo que me molesta e irrita del otro debo corregirlo en mi mismo porque está todavía sin resolver en mí.

Cuando nos enojamos con alguien, esa situación quiere decirnos algo… Solamente tenemos que hacernos las preguntas adecuadas para obtener las respuestas que necesitamos.

Somos maestros entre nosotros, aprendemos unos de otros en La Universidad de La Vida, y eso que criticamos en otros también está presente en nosotros.

Siendo sinceros con nosotros mismos nos daremos cuenta que los demás, llegado el momento, tienen motivos para taparnos la boca y nosotros también a ellos.

“El que esté libre de culpa que tire la primera piedra”(Jesús de Nazaret)

Si nos anclamos en energías negativas nada cambiará, lo demuestra la física cuántica, la masa crítica y la teoría del centésimo mono.

“Ellos” lo saben y se aprovechan, así nos mantienen “dormidos”, perpetuando su poder, su dominio y esclavitud por los siglos de los siglos.

La verdadera esencia de nuestro Ser está presente en nosotros para ayudarnos a descubrir quienes somos, de dónde venimos, porqué y para qué.
Una reflexión: ¿Quién es más responsable: el sádico o el masoquista?. Cada cual que asuma su responsabilidad…


“La mayoría de las personas son capaces de hacer cualquier cosa por absurda que sea para no enfrentarse a su alma” (Carl Jung)

Fuente: Océano de Luz

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EL TIEMPO

EL TIEMPO

10883619257?profile=originalEl tiempo no existe en el Cielo.Pero recuerda que estás viviendo en la Tierra.Lo más importante en quién nos estamos convirtiendo como seres humanos y qué estamos haciendo por nuestros hermanos. Somos un Espíritu inmortal que siempre estuvo y siempre estará…pero que no se recuerda, ni está identificado y presente en su verdadera Esencia. Por ahora vivimos aquí, y tenemos un cuerpo con un tiempo limitado para volver a descubrirnos y a Ser quienes verdaderamente somos. Y que no te pase por la cabeza pensar que es tarea fácil esto de descubrirse y de Ser.Pienso que se ha abusado de las enseñanzas espirituales y que se las ha destinado a solapar actitudes inmaduras. Esto del tiempo es un ejemplo. Brotan como setas las personas que repiten las palabras de que el Espíritu es eterno y que el tiempo es relativo. Eso está muy bien, pero, ¿qué hacemos con nuestra vida cuando escuchamos eso? ¿Qué hacen ellos? ¿No es acaso prudente reflexionar también que vivimos en un cuerpo que sí tiene fecha de caducidad, que envejecerá irremediablemente y que verá deteriorarse muchas de sus facultades? ¿Qué pensarías de un asesor financiero que te dijera que hay toneladas de dólares en el mundo y que por eso deberías comprarte un castillo y cargarlo a tu tarjeta de crédito? Si vamos a reflexionar en la totalidad de nuestra vida, una actitud verdaderamente responsable espiritualmente hablando sería la de aprovechar el breve suspiro que es nuestro tiempo en la Tierra para pasar a vivir en ese Reino más Elevado que es el Espíritu Supremo del que formamos parte, y con el que podemos reunirnos.El Espíritu es Eterno. Tu cuerpo dura una vida. Los placeres y dolores son efímeros. ¿En cuál tienes tu residencia y tu cuidado? No se trata de ser descuidados. Se trata de atender al Espíritu, que incluye y cuida todo lo demás. Y no abocarnos a perseguir durante toda la vida deseos imposibles de satisfacer mientras nuestra alma permanece sedienta.No quiero asustar ni anatemizar a nadie. Tampoco aburrir. Sólo recordar que vamos a morir, y que morir no es cosa menor. Sólo recordármelo a mí, y compartir contigo el texto que me escribo, si me lo permites.Mientras escribo esto tengo frente a mí un reloj de arena que he colocado sobre mi escritorio. Vivimos en un mundo apresurado que siempre quiere saber qué hora es. Yo tengo un reloj que me dice qué hora es. Pero no es tan importante. Lo más importante es saber que nuestra vida se va a terminar. Un reloj de arena es superior en el sentido de que puedes mirar en él cómo tu tiempo transcurre para no volver, cómo la arena pasa de principio a fin como pasarán tu cuerpo y tu tiempo, ambos preciosos y finitos.Voy a morir. Y ahora estoy aquí. Hasta puedo decir que estoy aquí contigo, ahora. ¡Qué cosa maravillosa! Y la verdadera enseñanza no es decir que el tiempo no importa y que podemos dedicarnos a la irrelevancia. La verdadera enseñanza es recordar que el tiempo es un tesoro que podemos dedicar a la trascendencia, porque el Cielo no llegará con la muerte del cuerpo sino con la dedicación de un corazón que buscó, que pidió y que llamó.“Lo que te propones hacer mañana, hazlo hoy. Lo que te proponer hacer hoy, hazlo en este mismo instante” decía el Swami Sivananda, a quien ya he citado en otras ocasiones. Y cada pequeño día de nuestra vida es como una muestra en miniatura de nuestra vida entera. Una pequeña muestra de lo que haremos con la totalidad de nuestro tiempo. Así hemos podido ver que quien bebe hoy diciendo que lo dejará mañana, bebe toda su vida. Y es triste. Es triste vivir con la mejor intención bien guardada en nuestro interior sin mostrarla jamás, mientras pensamos que el tiempo es infinito para finalmente descubrir que no lo es. Por lo menos no nuestro tiempo con este cuerpo.Tú tienes algo muy importante por hacer. Y algo muy hermoso qué Ser, y qué mostrar. Un tiempo limitado para lograrlo. Y un hoy, en este momento, para manifestarlo por primera vez.No sé qué me depara el futuro ni cuál será la recepción que mis hermanos den a mi trabajo. Talvez no deba saberlo. Sólo tengo este momento en que siento, que pienso, que actúo…que estoy vivo y que quiero compartirte. Tras el día pronto llega la noche, y no hacemos lo que queremos si somos descuidados. Así también, tras la juventud llega la vejez y tras la vejez la muerte, y sólo haremos lo que debemos hacer si abrazamos este regalo. Este presente.Y tendrás una vida maravillosa. ¡Cuánto más disfrutamos un helado si sabemos que se terminará! ¡Qué temprano nos levantamos para ver un amanecer, pues sabemos que durará unos breves momentos! Imagina una vida entera llena de momentos que florecen y se marchitan mientras los vives con intenso amor. Y qué bella una vida bien vivida.¡Qué bellas tu vida y la mía! Si comprendemos que tenemos este momento. y que pronto terminará.¡Qué bellas tu vida y la mía! Si comprendemos que tenemos un regalo para dar, y que podemos darlo ahora.¡Qué bellas tu vida y la mía! Sabiéndonos benditos y bendiciendo al Infinito que somos, con este bello finito, en el que estamos.Atentamente El LocoFuente: Tu Luz Interior
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