María José Trillo
Pues sí, los “trabajadores de la luz” también tienen sus propios deberes y pruebas personales. La psicólogoa y terapeuta María José Trillo lo explica en la revista Espacio Humano 174. En el anterior número de la publicación ya trató el tema de “¿Por qué las cosas no salen como quiero?” y ahora nos recuerda (en la página 46) que para ayudar a los demás primero tenemos que “poner orden en nuestra propia casa”:
“Tomemos conciencia de que, trabajar en la luz, no es un derecho que hemos adquirido de por vida hagamos lo que hagamos y nos mueva la energía que nos mueva”. Ser trabajador de la luz no es un cargo vitalicio, aunque podamos haber creído que sí. No podemos seguir tapando, con la excusa de ayudar a otros, nuestros propios asuntos pendientes. Es hora de que nos hagamos cargo de ellos: pasándolos al consciente y realizando el aprendizaje que nos corresponda. Si lo hacemos así, nos moveremos en la energía de nuestro Cuerpo de Luz, fluiremos con la vida y nos permitiremos ser guiados”