KABBALAH --- DE LA ZARZA ARDIENTE AL FUEGO MILAGROSO DE LA IGLESIA

De la zarza ardiente al fuego milagroso de la IglesiaMario SatzLa hierofania o manifestación de lo sagrado que Moisés ve en el desierto y que lleva el nombre de snéh, la zarza (hns), contiene ya, en potencia, tres de las letras que posteriormente se agruparán en la primitiva iglesia cristiana o knesiáh (hysnk). Se trata, obviamente, de un fuego simbólico a la vez que de un nes ( sn ) o milagro; un fuego que continúa más allá de lo previsible* y que tiene, como concepción espiritual, su exponente máximo en esta frase del padre Teilhard de Chardin: "Algún día, después de haber sometido a los vientos, las mareas y la gravedad, dominaremos las energías del amor. Entonces, por segunda vez en la historia de la Humanidad, el hombre habrá descubierto el fuego". El amor de ese fuego y el fuego de ese amor mantuvieron y mantienen aún-para quienes creen en ella-a la Iglesia unida.No obstante, se dice y en hebreo, que si una knesiáh o iglesia, esto es una comunidad espiritual, una agrupación de almas afines en torno a un mismo milagro espiritual, no da entrada, knisáh ( hsynk ) a lo milagroso, a lo extraordinario, a lo fantástico incluso, bien puede el creyente ir una y otra vez a los templos y edificios que no encontrará en ellos lo que su corazón busca desesperadamente: pulpa sabrosa y no cáscara, perlas y no valvas vacías, luz auténtica y no cirios ennegrecidos. En realidad, en toda iglesia, en toda agrupación de hombres y mujeres que se reúnen para evolucionar, al igual que en la sangha budista, cada miembro debe sentirse parte de un milagro extracorporal, parte de una energía trascendente.Si analizamos por guematria o adición numérica el vocablo knesiáh, iglesia ( hysnk = 145), hallamos el mismo valor que posee la expresión maaléh ( hl(m ), subida, ascenso, cualidad, grado, y también la palabra hakem ( mqh ), resucitar, alzarse por obra del espíritu, representado en este caso por la letra hei ( h ). Y eso es, ni más ni menos, el fuego interno resucitado en el momento mismo de volvernos conscientes de él. Con frecuencia los kabalistas, al igual que los adeptos tántricos, creen que ese fuego tiene un almacén, un lugar en concentración en la zona pélvica, el cual en el Arbol de la Vida se denomina yesod, fundamento. Allí está todo el secreto de la letra sámaj en yesod ( dwsy ), asimilada por muchos a la serpiente que se muerde la cola u Ouroboros ( s ).Desde la Edad Media en adelante se ha dado en interpretar el concepto de milagro o nes ( sn ) como el notarikón o la sigla de ner samujáh ( hkWms rn ), traducible por lámpara de apoyo. Por fin, entendido lo precedente, se comprende que el milagro supremo consista en hallar, en medio de los vaivenes de la vida, un punto fijo ( la yod y que no será cambiada del Evangelio), un eje superior en torno al cual giren nuestras acciones terrestres.*Cuando el filósofo francés Pascal murió, se encontró entre sus ropas este escrito cosido: "Fuego, fuego. Dios de Abraham, Isaac y Jacob y no de los filósofos y hombres de ciencia.". Lo cual significa que la ´´cadena iniciática´´ depende de la experiencia personal, subjetiva, que cada creyente tiene, y en un momento dado, del fuego estelar actuando como despertador de sus células.http://babaji.ning.com/CREEMOS SHALOM PARA TODOS
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