Llegó a Nueva York en 1968. Han pasado ya 40 años y Luís Rojas Marcos que tiene ahora 64, se ha convertido en todo un referente de la psiquiatría en nuestro país. También lo es en su ciudad de acogida, en cuya universidad imparte clase y donde es jefe de los Servicios de Salud Mental, Alcoholismo y Drogodependencias. Por este motivo fue uno de los psiquiatras que atendieron a las víctimas del atentado de las Torres Gemelas, en septiembre de 2001, un trauma colectivo que también padeció como ciudadano.Por Xoán Luaces FandiñoAcaba de editar Convivir (Editorial Aguilar) un volumen en el que analiza los problemas que nacen de las relaciones de pareja, en la familia o en el trabajo puesto que, según mantiene el doctor Rojas Marcos, los vínculos del amor y de la convivencia armoniosa con otras personas constituyen nuestra mayor fuente de felicidad y al mismo tiempo las que nos producen mayor dolor e insatisfacción. Amable y afectuoso, se nota al momento que es un hombre acostumbrado al trato con otros seres humanos. Mientras le entrevistamos en Madrid, durante su breve visita a la capital para promocionar su último libro horas antes de regresar de nuevo a los Estados Unidos, nos habla de sus hijos y su mujer, oriunda de Kansas y de los recuerdos que guarda de Sevilla, su ciudad natal.¿Hasta qué punto el término empatía, tan mencionado hoy día, ha sido una creación suya?El término empatía se utiliza en psiquiatría y en psicología desde hace unos 15 años, más o menos. Significa la capacidad de la persona de ponerse en las circunstancias de otra, es un sentimiento más avanzado que la compasión. Se aprende en los ocho o nueve primeros años de la vida a sentir el dolor o el sufrimiento de otro ser humano, pero la empatía es ponerte en la piel de otra persona. Es posible que en castellano haya sido yo uno de los primeros en usarlo, en los años 70, quizás.En su libro establece una conexión entre la mente, el cerebro, nuestra parte física, y la afectiva…En el libro empiezo hablando de la conexión entre mente y cuerpo, sí. En el fondo los sentimientos se cuecen en el cerebro, si estamos en coma ni podemos relacionarnos, ni sentir. Si estamos muertos no podemos intentar ser felices, para empezar hay que estar vivo. La esperanza de vida y el aumento de la longevidad es el indicador más importante que hay a la hora de la felicidad.En general lo primero que se responde cuando preguntas qué te hace feliz son las relaciones: mis amigos, mis padres, mi familia, mi grupo de deporte o mi grupo religioso. La parcela más frecuente de satisfacción con la vida son las relaciones personales. En segundo lugar te suelen hablar del trabajo, a pesar de que fue un castigo de Dios según el Génesis. Hay mucha gente que disfruta del trabajo. Cada vez más.Usted por ejemplo ¿o no?Yo sí, me entretiene mucho. La medicina es una ciencia muy bonita, ver como funciona el cuerpo, una maravilla de organismo, comprobar cómo todo está conectado, cómo funciona el sistema nervioso o cuándo no funciona y cómo se puede arreglar. Es un tema extremadamente interesante, cautivador…Lo importante es diversificar. He visto que las personas que diversifican sus parcelas de felicidad, como la gente que tiene dinero, que no lo pone todo en el mismo negocio. Las personas que diversifican sus actividades superan la adversidad mejor.Uno de los problemas que se viven actualmente en las relaciones se produce entre padres e hijos. ¿Cuál es su punto de vista al respecto?Ser padre hoy en día es complicado, no es solamente dar amor y seguridad, sino que hay que decidir cuánto tiempo tienen que ver la tele los niños pequeños, si es bueno aprender idiomas desde la infancia, o si una hija de 14 años debe llegar a una hora temprana por la noche. El alcohol, el efecto de las drogas, implica una serie de conocimientos que van más allá del instinto maternal o paternal, es un tema complejo…No solamente hoy día los padres no saben cómo tratar a sus hijos sino que los hijos juzgan a sus padres. No es como antes, que el niño veía al padre como una autoridad y no se atrevía ni a rechistar… Hoy en día los hijos juzgan y a veces los perdonan.Otro de sus análisis se centra en las relaciones de pareja donde los conflictos y las separaciones van en aumento….El hecho de que la mitad de los matrimonios terminen en divorcios quiere decir que hay conflicto. La gente no está dispuesta a soportar una relación de pareja a no ser que esa relación sea gratificante, y no tienen paciencia para soportar una relación en la que no se sienten felices. Antiguamente se aguantaba mucho, había que recurrir a una serie de razones muy potentes para poder separarse. Buscar otra relación está bien, en el sentido de que el ser humano busca la felicidad, a veces creo que con un poquito de paciencia se pueden resolver algunos problemas de pareja. También es verdad que aguantar situaciones donde la relación sea incurablemente desgraciada pues no tiene sentido.¿Qué hace un psiquiatra cuando tiene problemas? ¿Acude a otro colega o se cura a sí mismo?Absolutamente, en casa del herrero cuchara de palo. Cuando el psiquiatra tiene problemas tiene que ir a otro psiquiatra. Por ejemplo yo, cuando murió mi padre hace muchos años, lo pasé muy mal. Yo había emigrado a Nueva York con 24 años, no me había dado tiempo a atar cabos en mi relación con mi padre, a hacer las paces, y que mi padre muriese y yo no tuviese la oportunidad de estar con él, me causó momentos difíciles. Me ayudó mucho visitar a un compañero y contarle mi caso.Lo mismo con el 11-S, porque aquel día estaba a pocas manzanas trabajando y a las dos o tres semanas de vivir aquello noté que tenía dificultad para dormir, estaba rodeado de gente que sufría enormemente, y me afectó también en forma de estrés postraumático.Es usted un experto en depresión, ¿cómo se reconoce esta enfermedad?Hay que distinguir en primer lugar entre tristeza y depresión. La tristeza es un sentimiento normal, y ni los médicos ni los farmacéuticos, nos deben robar la tristeza. Quiero decir que si se nos ha muerto un ser querido o hemos fracasado en alguna forma, o hemos roto una relación importante, es normal sentirnos tristes.Ahora, si la persona lo que sufre es depresión, ya estamos hablando de una enfermedad que afecta a la forma de pensar, que piensas que la vida no merece la pena, que eres culpable por cosas que no son culpa tuya. Si te sientes triste, amargado, irritable, te sientes sin energía, de lo que antes disfrutabas ahora no te interesa, te afecta a la capacidad para dormir, para comer, el apetito sexual desaparece, una serie de síntomas muy claros. Cuando no solamente tú te das cuenta, sino que la gente de tu alrededor te dice que tú has cambiado. Y esto no te pase un día, ni dos, sino que ocurren estos síntomas continuadamente durante un mínimo de dos semanas, entonces ya requiere tratamiento y puede requerir fármacos.
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