Publicado por Carme el 5 de Diciembre de 2009 a las 1:30am
El feminismo y el masculinismo tienen algo en común: Ambos luchan contra el sexismo. Es una lucha de ambos que tienen desde diferentes ángulos. Mientras los feministas luchan por los derechos que ha perdido la mujer por el sexismo; los masculinistas se enfrentan al mundo por los derechos del hombre como ser humano. Pero claro, no permitiré que quedemos en el vacío respecto a este tema. Primero que todo, definiremos brevemente qué es cada movimiento:Sexismo: El sexismo es la discriminación –u odio en ocasiones- de una persona por su sexo, colocándolo por encima de sus méritos individuales. Puede manifestarse de diversas formas:Con la creencia de que un sexo sea superior al otro. (machismo, hembrismo)- Con Misoginia (odio a las mujeres) o Misandria (odio a los hombres)- Con la actitud de imponer ciertos parámetros limitados a ser Masculino (hombre) o ser femenina (mujer).Feminismo: La palabra feminisme se escuchó por primera vez en francia por el año 1837 para definir en un solo término la doctrina que pretende defender los derechos y papel de la mujer en la sociedad. Básicamente los feministas proponen que el papel de la mujer en la sociedad ha sido rebajado por el patriarcado (dominación del hombre) que siempre se ha visto en la sociedad y es por este patriarcado que nace el sexismo.Masculinismo: Es un movimiento social, político y moral que intenta sacar de los parámetros patriarcales el papel del hombre en la sociedad. Los masculinistas proponen que la mujer no es la única víctima del sexismo, y que el hombre ha sido víctima de este comportamiento, tanto como ella. Dentro de sus luchas, intentan borrar los parámetros de “ser masculino” y tratan de sacar en alto a un modelo de hombre “sin modelo”. Su lucha también es contra los derechos que obtiene la mujer sobre el hombre; algunos ejemplos son: el servicio militar obligatorio, la custodia de los hijos, entre otros.Definición de Feminidad y Masculinidad, “no-sexista”:La feminidad y masculinidad no son rasgos propios que vienen empaquetados con un ser humano. Las palabras de Simoné de Beauvoir: “No se nace hombre, se llega a serlo”, son un ejemplo bastante claro de lo que se entiende respecto a este tema.Entonces se haría una diferencia entre las palabras sexo y género. Definiendo Sexo como los rasgos biológicos que nos hacen diferentes y el género o “rol sexual” como los parámetros puestos en la sociedad de lo que es “ser hombre” o “ser mujer”.Desde el punto de vista no-sexista, tanto homosexuales como lesbianas están en todo su derecho de tener sus preferencias sexuales hacia sus propios sexos. Para este movimiento, masculinidad o feminidad pueden ser los comportamientos que tenga cada sexo desde su personal elección; no existe en realidad el llamado “género”.La “nueva feminidad”: También existe un grupo de feministas que proclaman algo un poco diferente. Las he puesto de últimas por ser algo casi opuesto a lo anterior. Ellas son las “neo-feministas”, aunque este último término está siendo debatido por que hay más de un grupo diferente que se hace llamar de esta manera.¿Qué es la nueva feminidad? Dejaremos que una de sus líderes principales lo explique sola: “Lo que nosotras llamamos “la nueva feminidad” (o el neofeminismo) puedes definirlo como una regeneración de la feminidad por y para las mujeres. Lo “femenino”, después de todo, es aquello que nos hace tales y nos define como tales. Lo “femenino” es aquello que nos hace mujeres y no hombres. Hay muchas mujeres que rechazan lo femenino por múltiples razones; en realidad, se sienten semi-avergonzadas de su propia feminidad. Nosotras pensamos que nuestro ser humano se define en cuanto a nuestra feminidad, se esencializa en ese ser femeninas, esa es la primera razón, no la segunda ni la tercera.” Estas son las palabras de Annalinde Nightwind, una de las promotoras de la “nueva feminidad”Con esto, ella explica el movimiento del “neofeminismo” y alega que la feminidad es algo diferente en absoluto a la masculinidad. Y cuando le preguntan sobre el tema de ambos géneros responde: “Esta es la cuestión crucial. El juego político del mundo moderno se basa en el presupuesto de que la feminidad es algo irreal y artificial. Es dogma de fe que los hombres y las mujeres son fundamental y esencialmente iguales e idénticos, así como que todas las diferencias excepto las obviamente físicas son resultado de un condicionamiento. Todo el moderno sistema educativo asume sin crítica este presupuesto, así como las políticas gubernamentales. Si esto es cierto, estas políticas evidentemente serían inofensivas; pero si la premisa es falsa, entonces estamos dañando a generaciones enteras de mujeres y niñas (y también de hombres, y de niños) por su inserción en una serie de modos que les son inapropiados por su misma naturaleza, fabricando un abismo entre educación y naturaleza que no puede sino producir en lo femenino una desventaja artificial difícil de erradicar.¿La feminidad es real, o condicionada? ¿Es natural o es un producto artificial? ¿Podemos afirmar una postura sin riesgo a equivocarnos? Pues sí, podemos. Durante la mitad de la última centuria cientos de montañas de trabajos científicos y sociales, antropológicos y biológicos han aportado su opinión sobre estas cuestiones. Pero la verdad, la evidencia, nunca ha sido publicada, estrellándose contra los muros de la política oficial, precisamente porque contradice todas las premisas decimonónicas del mundo contemporáneo. Toda la política social del siglo XX ha tratado de impedir que las mujeres y los hombres ignoren estas evidencias científicas.”Aunque algunos consideran que la “nueva feminidad” es un concepto que vuelve a tomar algunos parámetros impuestos por el patriarcado, otros dicen que sencillamente es hacer evidencia de la mujer como diferente y no por ello inferior, y darle a cada uno la importancia real que merece.Conclusión personal:La feminidad y masculinidad tienen en definitiva una diferencia biológica que nos lleva también a pensar en diferencias mentales. Recordemos que las reacciones de hombres y mujeres están claramente marcadas por factores de tipo biológico (ejemplo: hormonas) y no podría faltar este punto de vista. El género se ha impuesto de acuerdo a estas reacciones y a las diferencias biológicas (sexo), lo cuál nos hace pensar que si existe diferencia entre varón y hembra tanto física como mental. En lo que me uno a la “igualdad” es que ambos somos seres humanos y eso nos da un valor a ambos por igual.Carlos Cuervo.Transcrito Carme Hurtado
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