¿Cómo ayudar a un niño tímido?

Si tu hijo es tímido, puede deberse a que simplemente se está tardando más que los demás en relacionarse con otros, lo cual no es raro en niños de nivel preescolar. Muchos niños de esta edad se niegan a hablarle a la gente que no conocen porque las personas y las situaciones nuevas los ponen nerviosos. Notarás que el problema se resuelve por sí mismo si le permites a tu hijo acercarse a gente nueva a su propio ritmo, cuando se sienta seguro. Si lo presionas en medio de una situación social, antes de que esté listo, en realidad podrías agravar las cosas y prolongar su período de silencio.Para ayudarlo, primero que nada: resiste el impulso de llamarlo “tímido” y condicionarlo para siempre a esta conducta. Con frecuencia los niños que escuchan que los describen como tímidos, asumen que lo son, sin tener en cuenta sus instintos. Si tu hijo siente que tú esperas que se comporte tímido, es menos probable que cambie su conducta.El silencio de tu hijo debe pasarse deliberadamente por alto en situaciones sociales. Date un momento y piensa en cómo puedes manejar su timidez en público.No lo sitúes siempre en el mismo lugar al responder a alguien o al hablar con otro adulto ya que esto incrementará su ansiedad y será aún más dificil salir de su caparazón.Si te disculpas por él cuando no responde sólo te estás entrometiendo y le robas la oportunidad de enfretar sus miedos, lo que fomentará su silencio.En vez de eso, continúa la conversación sin concentrarte en que tu hijo permanece callado. Permítele decidir siempre cuándo quiere hablar y con qué persona.En casa, habla con él sobre su naturaleza tranquila. Pregúntale si le incomoda que no hable con otros. Si es así, pregúntale cómo podría sentirse más cómodo en las situaciones sociales.Practica romper el hielo al convivir con sus amigos o al decir “Hola” juntos, frente al espejo. Si no le incomoda, déjalo hacerlo solo.Es obvio que tu hijo no será la estrella de una película, pero probablemente se las arreglará muy bien en futuras situaciones sociales. No lo dejes aislado y encerrado en sí mismo. Continúa planeando tus compromisos y prepáralo para actividades “extracurriculares”. Hazlo con bastante oportunidad para que pueda aprender y practicar las normas sociales con niños de su edad.Si la reticencia de tu hijo se convirtiera en un problema evidente para él (aislamiento grave, depresión, abandono), entonces deberás consultar a un médico o a un terapeuta para pedirles un nuevo consejo.
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