AUSENCIA
A veces la ausencia llueve en la espalda
y se preña con rumores de pasos
perdidos en negros pasillos
y el frío se te cuela en los rincones
del alma. La soledad asoma,
quiere asustarte,
y cruzas la puerta infinita.
Encuentras al otro lado una voz
que siempre estuvo ahí,
unos brazos que te arrullan.
Las caricias prestas
para sentir tu piel y vuelve
a ti el amor que creías
perdido para siempre.
Rocío J. 13.10.12
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