ARTE EN NIÑOS

El arte de aprenderEs común escuchar decir que los chicos son esponjas, que los primeros años de vida constituyen el momento ideal para aportarles los más variados conocimientos y habilidades. Entonces los más pequeños van a colegios bilingües, hacen todo tipo de deportes y, por supuesto, sorprenden con su destreza natural para manejar nuevas tecnologías… Sin embargo, son pocos los padres que optan por aprovechar esta etapa clave para acercar el arte a sus hijos y así lograr que disfruten de un buen cuadro, que sepan quiénes fueron Xul Solar o Edgar Degas, que elijan comprar un libro sobre Dalí o disfruten al ver la obra de teatro Pintando a Berni. Como cuando se habla de la lectura, sólo se trata de crear el hábito. “Apreciar un cuadro y poder recorrer con curiosidad un museo, además del disfrute estético, enriquece nuestro conocimiento del mundo, la capacidad del ser humano de crear y de superarse”, asegura Silvia Sirkis, arquitecta, diseñadora gráfica y directora de la colección Arte a Babor. “Si conocemos más, podemos ampliar las barreras de nuestro pensamiento y, finalmente, ser personas más libres”, completa.UNA TARDE EN EL MUSEO. Para que los chicos descubran que el arte también es “cosa de chicos” hay que lograr que lo vean como algo cotidiano. Ellos suelen sentir que sólo los dibujitos, el pelotero y la play station son para ellos, pero es evidente que hay otra cosa que también puede pertenecerles. “El arte también es fantasía e imaginación, sólo se trata de encontrar propuestas atractivas para cautivarlos y hacerlos olvidar por un rato la wii”, puntualiza Sirkis y Florencia González de Langarica, licenciada en Museología y Bellas Artes y coordinadora del área de educación del MALBA, agrega: “Para que la construcción de un nuevo hábito sea exitosa y enriquecedora es fundamental que la familia apoye la idea y que los padres introduzcan estos temas desde temprana edad. De esta manera el arte se convertirá en algo familiar y cotidiano para los chicos. Con el tiempo, ir a un museo será parte de sus experiencias culturales”.Contrariamente a lo que se piensa, para las personas que se dedican a transmitir conocimiento artístico a los chicos, éstos no resultan imposibles de cautivar ni tan inquietos como para no mantenerse sentados frente a un cuadro. “Claro que todo depende de la manera en que uno le propone al chico ese algo relacionado con el arte. Yo creo que es necesario vincular el arte con sus propios intereses y, al mismo tiempo, evitar utilizar un diálogo demasiado infantil”, indica Vali Guidalevich, doctora en Arte y Educación (Universidad de Barcelona), especialista en Gestión Educativa (FLACSO) y creadora del programa educativo Arte para Chicos. “Te doy un ejemplo. Si una familia va a un museo y se propone recorrerlo de punta a punta para aprovechar la salida, seguramente será algo contraproducente y agotador para los chicos. Hacer esto es pensar que los niños son seres pasivos que no tienen nada que aportar a la visita. Ahora, si se planifica una visita más corta, donde ellos puedan ser tratados como personas que frente a una obra tienen mucho que decir ya que cuentan con experiencias visuales propias (el mundo de hoy es pura imagen), la experiencia será completamente diferente”, afirma. Y Sirkis coincide con ella en cuanto a la importancia del manejo del tiempo preciso para conseguir un buen resultado. “Es importante hacer una visita corta para que los chicos se queden con ganas de volver, porque la repetición crea el hábito”.Florencia González de Langarica, del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, agrega un nuevo punto de vista. “Por supuesto que los chicos cambiaron y no son los mismos de antes, pero los museos también cambiaron, cambió la tecnología… ¡el mundo cambió! Así que no podemos seguir pensando en cautivarlos de la misma forma. En los últimos 10 años los chicos se convirtieron en público preferencial para nosotros y hay programas especialmente pensados para ellos”.CODIGO DA VINCI SIGLO XXI. El juego es el lenguaje natural de los chicos y Vali Guidalevich, autora de la colección Arte para chicos, lo sabe: “Intento promover todo el tiempo actividades bien lúdicas con los chicos para engancharlos”, puntualiza y aprovecha para detallar otra cualidad del arte partiendo del concepto de “obra abierta” planteado por Umberto Eco. “Me parece muy interesante hacerles saber que no todos piensan lo mismo ni ven lo mismo frente a una imagen. El arte favorece la argumentación y la observación crítica. Si bien se pueden dar distintas interpretaciones el porqué es importante. Y aquí lo maravilloso es que no se trata de convencer al otro sino de aprender a tolerar las diferencias. Ojo, en arte no hay una respuesta correcta –no se trata de un problema matemático– pero tampoco vale todo. Una obra puede parecer que está hecha en telgopor pero no es así”.Por otra parte, hoy es evidente que la mayoría de los chicos privilegian los juegos en la computadora antes que ponerse a pintar, hacer un collage o moldear alguna forma con arcilla. Esto lleva a varios padres a sentir que la tecnología le quita adeptos al arte. No obstante, no se trata de pelearse con la tecnología. El artista plástico argentino que incursionó el arte digital, Eduardo Pla, lo explica así: “El arte y la tecnología no tienen que estar peleados, al contrario, van de la mano. La computadora es una excelente herramienta a la hora, tanto de informarse sobre los artistas como para poder desarrollar arte. Ya desde el renacimiento personajes como Leonardo Da Vinci investigaban las nuevas herramientas del arte conjugando arte y ciencia con total armonía”, asegura quien en 1997 participó de un programa especial para los chicos que contó con el auspicio de UNICEF, en el Centro Cultural Borges. “Era un juego donde los chicos se divertían ensamblando las obras y aprendiendo sobre la historia de los artistas”, apunta Pla. Vali Guidalevich se suma a la idea del encuentro del arte con la tecnología. “Hay chicos que se pasan horas solos jugando contra la misma computadora. En estos casos el arte puede ser una alternativa a esta problemática proponiendo explorar con distintos materiales y probar distintas técnicas. Además, el arte es un lenguaje que permite expresar cuestiones que de otro modo no se comunicarían. Esto no significa que esté peleada con la tecnología, para nada. Existen programas increíbles de diseño con los cuales los chicos pueden hacer cosas maravillosas”.La licenciada en artes visuales, Marcela Cánega, que ofrece clases de artes plásticas a chicos desde los 5 años, tiene sus reparos y preferencias: “Es cierto, se pueden hacer cosas de arte con la compu, pero yo sigo prefiriendo las herramientas más palpables y algunas veces la compu aleja a los chicos de esas herramientas”. Y es Pepe Cáceres, que hace 25 años lleva adelante un taller para que los chicos no sólo dibujen y pinten sino que también trabajen con tergopol, grabado y madera, quien asegura: “El arte estimula los sentidos del chico, lo mantiene despierto y lo relaja. Si antes era importante estimular el tema de la alfabetización hoy hace falta estimular la creatividad”. Para cerrar este debate, la autora de El misterio de la bailarina, de la colección Arte a babor, marca una diferencia fundamental: “El acto de dibujar es completamente distinto al de disfrutar de un cuadro. Dibujar es una forma valiosísima de expresión y explorar distintas técnicas plásticas es un placer para cualquier chico. No obstante, dibujar bien no lleva a nadie necesariamente a interesarse por el arte consagrado”.GRANDES MAESTROS. Y para que los chicos definitivamente se entusiasmen con el arte es necesario hacérselos llegar desde la más variada gama de canales: libros, televisión, humor gráfico, teatro… todo es bienvenido. Ya hace algún tiempo que la pantalla chica cuenta con programas que estimulan a los chicos a crear obras de arte. Primero fue Art Attack (Disney Channel) y después llegó Mister Maker (Discovery Kids). Ambos enseñan diversas técnicas de dibujo, a modelar con arcilla y a crear objetos originales con elementos sencillos y hasta de descarte. El arte también llegó a las tablas. Fue leyendo los cuentos de la colección Arte para chicos (Editorial Serres) que a la directora de teatro Florencia Cresto se le ocurrió escribir Pintando a Berni. “Siempre me pareció que en las obras para niños había poco de arte. Existe la idea de que los chicos no pueden abordar una obra pictórica y para mí eso es subestimarlos. No hay que entender ningún código para poder disfrutar del arte, sólo hace falta pararse frente a una obra y mirarla”, asegura la directora que ya recibió el aplauso de más de 20 mil espectadores en distintos teatros bonaerenses (hoy se puede ver en el Centro Cultural Borges).La obra es un gran collage formado por videoproyecciones de piezas originales del autor y muñecos realizados con materiales reciclados. “Berni fue pionero en reciclar desechos para sus cuadros y esto llama mucho la atención de los chicos. Tenemos la absoluta certeza de que cada chico que haya pasado por nuestra función, cuando vea una imagen de Berni, aunque no sepa de quién es, va a decir: ‘Yo esto lo conozco, yo esto lo vi en algún lado’”, cuenta entusiasmada Cresto. Y a la hora de explicar cómo se le ocurrió crear Arte a Babor, Silvia Sirkis explica: “Hace años que observo con sorpresa cómo una ciudad culturalmente tan activa como es Buenos Aires y tan creativa en propuestas para acercar el arte a los adultos, tiene tan pocas propuestas que vinculen a los chicos con el arte. Nuestro país tiene un patrimonio artístico y arquitectónico riquísimo que nadie presenta a los más chicos y si ellos no lo conocen, no pueden disfrutarlo, ni amarlo ni mucho menos valorarlo y cuidarlo”. De esa observación nacen los libros de Arte a babor. “Los cuentos bien contados nos atrapan a todos. Trabajamos para hacer cuentos de fácil lectura, historias que atrapen y den ganas de dar vuelta la hoja. Historias donde el arte se cuele como cualquier otra actividad humana. Sin que los chicos se den cuenta los acercamos a épocas del arte o nombres de artistas haciendo que se vuelvan familiares. Nuestra mayor satisfacción es saber que una vez leído, son los mismos chicos los que piden ir a los museos a ver las obras retratadas en los cuentos”, concluye Sirkis orgullosa.Finalmente, Guidalevich asegura que su colección surgió de su nutrida experiencia con chicos. “Armar un libro donde los chicos sean los protagonistas, un texto que favorezca la observación y la argumentación crítica y que desarrolle y despliegue la imaginación”, resume. Las cartas ya están sobre la mesa. Aquí están algunas de las propuestas que hoy existen y que comprueban que el arte también es cosa de chicos. Tal vez sólo falte que los adultos nos comprometamos a instalar y alimentar este sano hábito
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