OBSERVA

OBSERVA

 

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Observa el apego a quien sea, ya que mientras más observas, más va saliendo del subconsciente. Empieza a practicarlo, es un proceso que funciona. Si desencarna un ser querido, vive y observa tu dolor: "Estoy llorando". Llora si deseas, pero conscientemente. Vas a ver que poco a poco las lágrimas ya no serán tantas, y llegará un momento en el que saldrás plenamente del asunto sin sentir más dolor; no te quedará residuo. Esto te puede pasar con el amor a la madre, a un hijo, a un amante, a quien sea más caro para ti, porque movilizas las ataduras y así, de a poco, te vas liberando.

 

 

Si tú no permites que la pasión y el dolor salgan, y no los observas, creas nudos psicológicos, conflictos internos, que originan situaciones inarmónicas. Vívelo todo, no te niegues a nada, pero obsérvate.

 

Una persona fue a Roma, a la Plaza San Pedro, y no penetró dentro de la iglesia, no tomó fotos ni películas. Se sentó donde está el obelisco del centro. Mientras todos los turistas sacaban fotos, películas, y parloteaban, él sólo decía: "Estoy en la plaza San Pedro". Eso es observar, tomar consciencia del asunto.

 

 

 

 

 
Haz la prueba. Si te está insultando alguien, observa: "Me está insultando. Me está diciendo desgraciado, que no sirvo para nada". Observa los sentimientos, los calores que te suben y bajan por el cuerpo; siente la rabia, la impotencia, pero no reacciones, no contestes, no hagas señas ni gestos. Va a haber algo distinto. En el momento en que observas, toda alteración se baja, empieza a desaparecer. El solo hecho de observar te quita los deseos de reaccionar, de romperle la cara o ahorcar al que te agrede. No falta quien te diga: "¡Pero qué pacífico te has vuelto! ¡Eres un santo!". Pero lo único que estás haciendo es observar y tomar consciencia de cómo  las energías se mueven dentro de ti.

 

 

Lo mismo sucede con el dolor. Haz la prueba cuando tengas un dolor muy fuerte por algo, te den cólicos o estreñimiento porque te hizo daño la comida. Siente el dolor, y tú verás cómo empieza a disolverse. Es interesantísimo, pruébalo.

 

Del libro: "ESPIRITUALIDAD DINÁMICA - LEYES DEL YO SOY"

Autor: Rubén Cedeño

 

 

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