Los hombres también tienen sentimientos y emociones. Pero se han visto obligados a reprimir estos sentimientos, porque así les enseñaron a hacer desde su infancia, con frases como: "los hombres no lloran", "los hombres no se quejan", "el hombre es quien lleva los pantalones", "cuida a tu hermana de los lobos", "deja que tu hermana lave los platos", etc. O sea que, las responsables de educar hombres así, somos las madres.
Pero claro que existen hombres sensibles y amorosos, que tienen a flor de piel su energía femenina, simplemente saben escuchar, servir, dar, entregarse. ¿Y qué ha sucedido? ¡Los estamos exterminando! Porque eso si, un hombre herido, difícilmente vuelve a entregarse de la misma manera, ellos si aprenden la lección. Y luego, cuando vuelven a tener una pareja, son más duros, más precavidos, menos entregados, menos amorosos, por supuesto que piensan: "a mi no me la vuelven a hacer".
No quiero decir con esto, que como en todo, hay sus excepciones, por supuesto que existen los patanes, los mujeriegos, los narcisistas, los hipócritas, los mentirosos... Pero también hay mujeres con los mismos calificativos.
Lo que sucede es que no queremos admitir que así como nuestra experiencia pudo ser de malas elecciones, eso no quiere decir que generalicemos y califiquemos a TODOS los hombres como una plaga. Porque si, ellos también sufren, lloran, están ansiosos, deprimidos, estresados, son celosos, son fieles, quieren establecer compromisos, dar y recibir amor.
A mi consultorio han llegado hombres desbordados de llanto por una mujer, destrozados, consumidos por el dolor de una infidelidad, de un engaño, de una mentira. Abatidos por el excesivo control de una mujer, o sobrepasados por los celos enfermizos de su pareja. Y tenemos que comprender que aunque llegan a ser tan sensibles como nosotras, también son más racionales. Claro que sienten el dolor, pero saben sobrellevarlo y superarlo más rápido que nosotras; y no necesariamente buscándose "otra" como todas creemos, sienten su dolor, pero deciden que no se volverá un sufrimiento interminable, salen adelante "solos" (aunque hay sus excepciones).
Pero el punto álgido que quiero compartirles es que contrario a lo que siempre hemos pensado, son tan humanos como nosotras. Y cuando pensamos que lo que les hicimos se les había resbalado, no fue así, simplemente ellos fueron educados a reprimirse, a callarse. Pero el dolor estuvo allí latente y oprimiéndoles el corazón al igual que a nosotras.
Creo que ha llegado el momento en que busquemos un equilibrio. Y nos toca a nosotras lograrlo, dado que fuimos dotadas con esa sensibilidad que hemos ido perdiendo buscando el poder, el éxito y lo material. ¿Por qué no tratamos de "ver" realmente si nuestras actitudes están causando dolor en nuestra pareja? ¿Por qué no dejamos de mentir, engañar y aparentar lo que no somos con tal de no estar solas? ¿Por qué no dejamos de pretender castigar a un buen hombre por lo que otro patán nos hizo? ¿Por qué no simplemente nos concretamos a dar y recibir amor, sin tantas elucubraciones mentales de qué tengo que aparentar, decir o hacer?
Si realmente somos sinceras, y pedimos entablar un diálogo maduro y provechoso, cualquier hombre estará dispuesto a escucharnos. Pero OJO, no tratemos de hacer de un diálogo un monólogo, de tratar de cambiar a nuestra pareja a base de chantajes y lloriqueos infantiles. Tenemos que tener claro que ellos pierden su capacidad de atención mucho antes que nosotras, así que si lo que haces en lugar de un diálogo es un discurso o un sermón, te aseguro que se habrá desconectado antes de lo que canta un gallo. Y lo mismo sucede cuando les escribimos cartas kilométricas, su atención no pasará de los primeros dos párrafos. Si quieres desahogarte, busca una amiga, no tu compañero, es inútil, te lo puedo asegurar.
Las mujeres tenemos más desarrollada la parte del cerebro de la comunicación, es por eso que podemos hablar horas y horas con las amigas y no terminamos nunca. El hombre tiene más desarrollada su parte de la acción, ellos actúan, nosotras hablamos. Así que toma en cuenta esto para comunicarte con él.
Y para finalizar, quiero dejar claro, que estoy consciente que muchas habremos sufrido por un mal amor, que fuimos lastimadas, maltratadas y hasta violentadas. Pero de nada sirve guardar eso en el corazón. Si no te deshaces de lo que no sirve, no dejas lugar para lo hermoso que puede estar por llegar. Solo te pido, que vuelvas a empezar con la total convicción de que la persona que entre en tu vida es para tu bien y aprendizaje, que no califiques el resto de tus experiencias en base a una mala jugada del destino. Y por sobre todas las cosas, que no te conviertas en una mujer dura, desconfiada, calculadora. ¡Vuelve a nacer cada día! Con la firme confianza que el próximo hombre que se te acerque será tan sensible como tú, tan entregado y ávido de recibir todo el amor que tu corazón guardó y protegió de alguien que no lo merecía, pero que ahora está listo para brindarse a un HOMBRE DE VERDAD.
Carola Estrada
Psicología del Despertar
