ruptura (1)

Todo resuena...

“Todo resuena, apenas se rompe el equilibrio de las cosas.

Los árboles y las yerbas son silenciosas;

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el viento las agita y resuenan.

El agua está callada:

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el aire la mueve y resuena;

las olas mugen: algo las oprime;

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la cascada se precipita: le falta suelo;

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el lago hierve: algo lo calienta.

Son mudos los metales y las piedras, pero si algo los golpea, resuenan.

Así el hombre.

Si habla, es que no puede contenerse;

si se emociona, canta;

si sufre, se lamenta.

Todo lo que sale de su boca en forma de sonido se debe a una ruptura de su equilibrio.

La música nos sirve para desplegar

los sentimientos comprimidos en nuestro fuero interno.

Escogemos los materiales que más fácilmente resuenen

y con ellos fabricamos instrumentos sonoros:

metal y piedra, bambú y seda, calabazas y arcilla, piel y madera.

El cielo no procede de otro modo.

También él escoge aquello que más fácilmente resuena:

los pájaros en la primavera;

el trueno en verano;

los insectos en otoño;

el viento en invierno.

Una tras otra, las cuatro estaciones se persiguen en una cacería que no tiene fin.

Y su continuo transcurrir,

¿no es también una prueba de que el equilibrio cósmico se ha roto?

Lo mismo sucede entre los hombres;

el más perfecto de los sonidos humanos es la palabra;

la literatura, a su vez, es la forma más perfecta de la palabra.

Y así,

cuando el equilibrio se rompe,

el cielo escoge entre los hombres a aquellos que son más sensibles,

y los hace resonar”.

Han Yü (768-824) : “Misión de la literatura” ( traducción de Octavio Paz)

Tomado de http://misiglo.wordpress.com/

Imágenes: Tomadas de la web

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