SIETE REGLAS DE ORO PARA ALCANZAR NUESTROS OBJETIVOS
Todas tenemos sueños, sabemos que hay algo que deseamos, pero nos limitamos a seguir soñándolo y muy
pocas veces nos marcamos ese anhelado sueño como un objetivo. ¡Todo es posible! Si realmente deseamos algo, soñamos con ello, ¿por qué no lo volvemos un objetivo realizable?
Cuando nos marcamos un objetivo, éste debe ser valioso, debe expresar nuestros valores, de lo contrario, ¿para qué hacerlo?
Las siete reglas de oro para alcanzar nuestros objetivos sirven por igual a los objetivos profesionales, personales o empresariales.
El objetivo debe ser expresado en positivo. Describiendo lo que quieres y no lo que no quieres o deseas evitar. Marcarse objetivos negativos es como ir de compras con una lista de lo que no quieres comprar. Define tus objetivos, ya que aquí reside el fijar tu atención y centrar tus pensamientos. Recuerda que todo logro, empezó primero en la mente de alguien.
El objetivo tiene que ser específico. Si el objetivo es abstracto o intangible como unarelación mejor, o más confianza en uno mismo, lo mejor es ser específico en relación con las pruebas que te permitirán saber que has alcanzado el objetivo. Puedes decir: cuándo, dónde y con quién vas a alcanzarlo. Si se trata de un objetivo abstracto, no trates de especificar el resultado, será mejor que especifiques lo que querrás ver, oír y sentir, es decir, las pruebas que te permitirán saber que has alcanzado el objetivo deseado.
Decide cómo obtendrás la prueba del logro de tu objetivo. Cuando veas, oigas y sientas X, Y y Z sabrás que lo has logrado. Lo que te guiará es la retroalimentación que te proporciones, te indicará si estás o no en el camino hacia tu objetivo. El control constante es la garantía. ¿Cómo lo medirás? a) en relación a ti misma y b) en relación a otra persona.
Organiza tus recursos. Necesitas recursos durante el viaje: objetos, personas, tiempo, modelos, cualidades personales. El objetivo puede parecer inmenso y lejano, pero un pequeño recurso en el lugar adecuado puede marcar la diferencia. Pequeño empujón, gran efecto. Palanca en lugar de fuerza bruta.
Sé proactiva. Eres tú la que tiene que actuar, tienes que sentir la causa de tu vida, no el efecto. Hay dos formas de hablar de lo que hacemos: a) voz activa (se pone el énfasis en lo que tú eres, el sujeto del verbo, ej., "hice esto, hice la presentación"); y b) voz pasiva (se pone el énfasis en qué fue hecho e ignora quién lo hizo, ej., "el objetivo fue marcado, la presentación fue buena"). Siempre utiliza la voz actica.
Presta atención a las consecuencias. No te fijes únicamente en ti misma, toda acción tiene consecuencias para el sistema más amplio en que vivimos, cada objetivo que perseguimos tendrá consecuencias para nosotras pero también para otras personas. ¿Vale la pena ese destino, conduce a una mayor felicidad, traerá más equilibrio a tu vida, saldrán perjudicadas otras personas, se beneficiarán?
Prepara un plan de acción. Esto es lo que convierte un sueño en objetivo. Cuando defines los pasos hacia tu objetivo, le estás poniendo piernas a tu sueño. Para emprender la acción necesitas estar motivada, necesitas esforzarte para alcanzarlo, pero también saber que son posibles. El plan de acción fracciona el objetivo en pasos pequeños, cada uno de ellos manejable. Es el mapa de tu viaje.
No sigas soñando, ponte en acción para concretar tus sueños, volverlos objetivos y llegar a tu meta. En este viaje muchas veces no sabemos cómo empezar, no nos damos cuenta que todas las respuestas están dentro de nosotras mismas, que todo es posible si nos ponemos a pensar y trabajar sobre ello. Es entonces cuando el acompañamiento de un Coach es de gran ayuda. Tu Coach de Vida te acompañará en el proceso, creará conciencia en ti para que te des cuenta de tus posibilidades y no en tus barreras, te ayudará a estar enfocada en la acción: a obtener resultados como efecto de una transformación que genere nuevos comportamientos, acciones, hábitos y maneras de atacar la vida en los problemas.
Carola Estrada
Psicología del Despertar
Comentarios