FALTA DE VALORES EN LOS NIÑOS DE HOY (nuestro espejo)

Doy clases de canto en la semana a aproximadamente 120 niños. Como todo maestro sabe, los niños tienen su trato especial, distinto al del adulto. Es como si necesitaran saber incluso aquellas cosas a las que el adulto les da miedo saber.El otro día hablaba yo de la respiración que es muy importante para poder cantar y la mejor manera para cantar una canción sin quedarte sin aire en algunos momentos. Al poco, ya lo habían comprendido todo, pero querían más. Hace unos años no me habrían hecho estas preguntas, pero en poco tiempo, siento que todavía son más agudos en su mente para rebuscar el por qué de otras cosas paralelas. Aunque yo siempre les digo que esto es clase de canto y se da solo lo referente a la música, ellos saben cómo preguntar.Levantó la mano Elena y preguntó si el niño, dentro del vientre de la madre respiraba. Vaya, entramos en tema no musical, pero claro, la niña estaba haciendo una pregunta referente a la respiración y los niños me miraban con más curiosidad que nunca. Mi contestación fue: ¿esque no os explican esto en el colegio?... (ahajajjajajjajaj pelota fuera). Noooo… -me dijeron.Al verles esas caras de curiosidad, les expliqué todo lo que querían saber, aun sabiendo que eso derivaría a otra cosa, y así fue. Entonces, siguieron otra serie de preguntas como: ¿y estando en el vientre de la madre si tiene gases se los puede tirar? ¿y le puede dar hipo? ¿qué es el hipo? ¿y si sale por la vagina el niño y tiene ganas de tirarse gases…? Ahajajajjajajja… ya nos reímos porque entonces les dije que saldría como un globo inflado que sueltas por el paritorio y la enfermera corriendo detrás del niño por toda la sala… Y dijo Pablo: ¡si! Ahajajaj y diría su mamá que es un niño hiperactivo –y todos se rieron.Llegó la hora, se levantaron y se fueron, como si nada hubiera ocurrido. A mi me deja a veces bastante perpleja, como a la mayoría de los niños les cuesta mostrar afecto, o expresar algún sentimiento.Tengo un coro de 40 niños y adolescentes entre 5 y 17 años. Hemos dado ya muchos conciertos y cada vez son más intensos los ensayos, pues cada vez nuestros objetivos son un poco más altos. Los niños disfrutan mucho en el escenario, los conozco bien, los puedo sentir y experimento con ellos esa explosión de felicidad cuando bajan del escenario al finalizar algún concierto mientras les aplauden los espectadores. Cuando bajo yo del escenario, todos los niños suelen desaparecer entre sus familias y se van sin decirme nada, sin darme besos ni abrazos.

Está claro, que eso es lo que a mí me gustaría que me hicieran, me besaran y abrazaran, y también, por qué no, darme las gracias… ahajajajja… porque a veces es mucho esfuerzo no solo por mi parte sino por parte de ellos y de los padres que tienen que traerlos a ensayos extras.Cuando hace un tiempo me di cuenta de esto, comencé a hablarles y agradecerles en los ensayos, a resaltarles el esfuerzo que hacen por algo que les gusta, a hablar con cada uno de ellos y extraer lo mejor de cada uno (como buen coaching jeje) como una forma también de enseñanza en los valores.La directora de la Escuela, se ríe muchas veces conmigo, porque va por los pasillos y a lo mejor me ve hablando con un niño al que igual le estoy motivando que pidiendo perdón por haberle gritado y exaltado. Pero creo que es así como hay que educar en los valores, con el ejemplo, pues es como mejor aprendemos todos.

Cuando les doy un abrazo que me sale del alma a algún niño por algún motivo, siempre soy yo la que lo da, pero no lo suelo recibir de ellos. Al principio me planteaba que era yo, claro!... pero después me di cuenta que no, que no les nace a la mayoría de los niños expresar sentimientos fuera de su casa o amigos quizá.Con el tiempo, solo con el tiempo, y mi empeño en la unidad y en los valores, hemos conseguido todo el coro tener algo especial, y podemos comunicarnos en los sentimientos. Yo me siento una de ellos y ellos parte de mi. No son muy expresivos, pero sí han conseguido abrirse un poquito más.Esto me deja claro, que la labor de un adulto que tiene niños a su cargo, es la de predicar los valores con el ejemplo. Que nosotros somos los primeros que los estamos perdiendo o quizá que no sabemos quiénes somos y por lo tanto no sabemos que mostrar al mundo, a los que nos rodean y por supuesto a los niños. Es un aprendizaje mutuo.Los niños aprenden a base de copiar. Tienen un potencial muy grande para observar e imitar. También copian las conductas de los adultos que le rodean. Nosotros somos el modelo a seguir. Si nosotros mentimos, ellos mienten… si nosotros somos fríos, ellos serán fríos… Si no sabemos abrazar a nuestros niños con el sentimiento completo de amor y nos quedamos a medias, ellos imitaran y esperaran ser abrazados y lo harán a medias. Quizá debemos preguntarnos qué es lo que estamos haciendo de nosotros, qué somos, que pensamos y qué hacemos… Ellos son nuestro espejo. ¿Qué estamos enseñando?...
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