Enséñeles a manejar el bolsillo

Desde muy temprana edad se debe fomentar en los hijos el buen uso del dinero. Abrirles una cuenta de ahorros, hacerlos partícipes desde chicos del presupuesto familiar y educarlos para las compras son algunos de los hábitos más sanos.Por Isabel Peláez R., Reportera de El PaisMantener a los hijos en una burbuja de cristal, alejados de la realidad financiera de la familia, es cosa del pasado. Hoy en día, psicólogos y psicoterapeutas aconsejan que se les enseñe desde muy temprana edad el valor del dinero.Incluso, muchos instan a los padres a que inviten a los pequeños de la casa a participar de la planeación del presupuesto familiar.Así, los niños se vuelven más conscientes y aprenden a entender que sus padres tienen prioridades como el pago de servicios públicos, de impuestos, de estudios, de salud y que deben analizar muy bien qué tanto invertir en la recreación o en gastos más suntuarios y no tan indispensables, como juguetes, ropa, accesorios y rumba.Conociendo la situación, no habrá lugar a reproches como: “Mi papi es un tacaño” o “mi mamá tan chimba que no me compra lo que yo quiero” o a ‘berrinches’ de niños y rebeldías de adolescentes.Al aprender buenos y duraderos hábitos respecto al dinero, los hijos desarrollarán otras aptitudes, como ahorrar, tomar decisiones, fijar prioridades y saber que no siempre lo que quieren lo pueden obtener.La psicóloga Martha Elena Osorio y las expertas en el tema de adolescencia, María Elena López y Alejandra Gáfaro, dan algunas pautas para que los padres puedan ayudarles a los hijos a administrar el bolsillo.Créeles buenos hábitosAntes de que el niño pueda conocer las cantidades y el precio de los artículos se le debe permitir participar en pequeñas compras, pidiendo el artículo, pasando el dinero o recogiendo el cambio.Una vez que aprenda el costo de las monedas y billetes, se le explicará poco a poco dicho valor. Se puede empezar dándole pequeñas cantidades de dinero para que compre golosinas o estampillas para pegar en su álbum de colección favorito. Así, además de ampliar sus habilidades sociales, podrá adquirir habilidades matemáticas, como la resolución de problemas y el cálculo mental.Más adelante se le podrá enseñar el significado de las tarjetas de crédito, los cajeros automáticos y las cuentas bancarias.Lo más importante es crearle el hábito del ahorro, motivándolo a reservar parte del dinero que le den sus familiares y el de las mesadas (que no deben ser exageradas), para algo que lo beneficie y con lo que los padres estén de acuerdo.También se le puede explicar el concepto de los intereses a través de un ejercicio sencillo: Cada semana o mes que pase sin abrir la alcancía, se le da una pequeña cantidad para que la acumule a sus ahorros. Pruebe dándole una mesada semanal y no diaria. Si la gasta toda el primer día, no tendrá más hasta la siguiente semana.Enséñele a comparar precios y a no comprar compulsivamente. El autocontrol comienza en los padres, que deben decir ‘no’ al hijo que siempre pide cosas. No hay que engañarlo diciéndole que no hay dinero, es mejor hacerle ver que no quieren que sea caprichoso o consumista.Planée con ellos el presupuesto del hogarMientras más temprano se inicie a los niños en el aprendizaje del uso del dinero, mejor. Según la psicoterapeuta familiar Marta Elena Osorio, hacerlo facilita que ellos entiendan que no siempre los padres pueden complacerlos con las cosas que les piden ni tan pronto como las exigen.Incluso recomienda hacerlos partícipes, desde la más tierna edad, los cuatro o cinco años, en la elaboración del presupuesto familiar. En las primeras etapas de su vida, se puede planear una manera lúdica que resulte divertida para los pequeños.La idea es que papá y mamá se sienten con los hijos y saquen cuentas juntos: “Esto es lo que vamos a recibir papá y mamá y este dinero lo tenemos que distribuir en esto”... y ahí hay que comenzar a mirar los gastos fijos: pagar el agua, la luz, el teléfono, el colegio, el seguro médico, luego se habla de la recreación, de los gastos personales y es importante que los niños vean que sus padres reservan al menos un 10% para el ahorro.Hay que explicarles que lo ideal es acceder a las cosas sin tener que endeudarse, ni pagar intereses.Ellos siempre querrán algún juguete, ropa o dinero para su diversión. Aquí es donde los padres deben determinar qué tanto pueden darles. No se trata de satisfacer todos sus caprichos. Así sabrán que todo conlleva un esfuerzo.Es ideal abrirles una cuenta de ahorros, desde muy pequeños o comprarles una alcancía, donde diaria o mensualmente ahorren un valor que ellos determinen para una meta que elijan: un viaje, un juguete, colaborarle a sus padres o apoyar una causa.Aprender jugandoCuando vaya de compras con su hijo pequeño, hágale notar sobre los diferentes precios que tienen los artículos. Destreza aprendida: Los diferentes valores que tienen las cosas.Invite a su hijo de edad preescolar a hacer monedas de papel, marcando cada una con un valor de un centavo. Entréguele un número determinado de monedas que pueda utilizar para cambiar por cosas con las que quiere jugar. Destreza aprendida: La correspondencia uno por uno.Haga que su hijo calque monedas de verdad y compare sus tamaños. Cuenténlas en grupos de uno, cinco y diez. Vean de cuántas maneras las diferentes monedas pueden sumar diez o veinte centavos. Destreza aprendida: Sumar, clasificar y combinar diferentes valores de dinero.Cómo fijar límites para el uso del dineroSe le puede permitir al hijo ganar un dinero por hacer ciertas actividades adicionales.Pero no es conveniente pagarle por cumplir con sus obligaciones, como hacer sus tareas, ordenar la habitación o preservar su higiene, tampoco por actividades de colaboración hacia la familia. Hay que hacerle ver que responder a sus deberes o hacer cosas por la familia no es un trabajo, sino un requisito para la convivencia.Se le puede dar un pequeño incentivo por hacer un mandado, cortar el césped o lavar el carro o actividades que admitan una negociación, pero no se le debe acostumbrar todas las veces.Hay muchos trabajos que los jóvenes pueden realizar durante las vacaciones. Esta opción les enseña el valor de las cosas, la responsabilidad laboral y el uso del dinero. También es conveniente permitirles colaborar con sus propios ahorros en una actividad caritativa que ellos elijan, en una familiar o en un proyecto comunitario. Les inculcará el valor de la solidaridad.Al ir de compras con los hijos, los padres deben hacerlo de manera consciente y no compulsiva, explicándoles por qué se decidieron por la marca A en lugar de la B y permitiéndoles elegir un artículo entre dos productos, comparando precios y calidad.María Elena López y Alejandra Gáfaro, en su libro Cómo Lidiar con los Adolescentes, aconsejan establecer una mensualidad justa para los hijos en dicha etapa. El contexto social y lo que le dan sus compañeros de colegio puede ser un parámetro para designar el monto.Los primeros meses, los padres pueden exigirle un control de gastos, para saber en qué gastaron el dinero. Según la responsabilidad que hayan demostrado, la suma mensual se puede aumentar o disminuir.De ninguna manera el dinero debe reemplazar a los padres. No es que porque andan muy ocupados desplacen sus responsabilidades de tiempo y atención dándole grandes sumas de dinero a los hijos o satisfaciendo todos sus caprichos.En estos tiempos modernos, algunos padres le sueltan a los adolescentes tarjetas de crédito para que las manejen ellos mismos, cuando no tienen aún la madurez suficiente para asumir este tipo de responsabilidad, que en últimas terminan cargándole a los adultos.Es adecuado abrirles una cuenta de ahorros, en la que consignen parte de la mesada para un proyecto futuro o para sus gastos personales. Les enseñará a planificar, a desarrollar la paciencia y que no siempre lo que quieren lo pueden tener.Pedagogía.Agosto 12 de 2007
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