Sabemos que para las mujeres de entre 30 y 50 años, uno de los mayores obstáculos es la conciliación de la vida laboral y familiar. Los trabajos son cada vez más demandantes, y llegar tarde a casa y ocuparse de hijos, pareja, ocio, tareas domésticas… se convierte a veces en misión imposible.

Ahora bien, ¿Cuál debe ser tu actitud para mejorar esta situación? Lo que verdaderamente está en tu mano, como suele suceder en la vida, no es sólo tratar de cambiar lo que está pasando. También puedes elegir cómo vives lo que está pasando y cómo tomas decisiones en base a eso.

Hoy vamos a hablar de qué cosas hacer y donde estar emocionalmente posicionada para tomar las decisiones acertadas en una buena conciliación.
Cual es la fórmula ideal de la conciliación
Ya te mencionaba en mi artículo “3 Tips que te ayudarán en la conciliación de la vida laboral y familiar”, que desgraciadamente no existe una fómula mágica que permita una conciliación que encaje con todas las personas, ni un número de horas ideal para dedicarle al trabajo, al ocio, a los hijos, a la casa...

Sólo tú puedes saber cual sería el equilibrio ideal para ti, cómo distribuir tu tiempo para conciliar tu vida laboral y familiar, y para eso es imprescindible que seas MUY sincera contigo misma.

Estudia cómo te hace sentir tu actual situación
A todas nos ha pasado tener la sensación de dedicar demasiadas horas al trabajo, y eso suele crear cierto cargo de conciencia para muchas mujeres. Si quieres saber qué hacer para mejorar tu conciliación, necesitas primero saber:

Cómo te sientes ahora, reflexionando desde la cabeza y después desde el corazón. Apunta las dos cosas.
Cómo te gustaría sentirte, permitiéndote imaginar tu situación ideal. (Claro que no hablo de que te toque la lotería o te cases con un jeque árabe…). Apúntalo.
Qué podrías hacer para sentirte como te gustaría.
Qué hacer para sentirte como te gustaría con respecto a tu conciliación
Puedes enfocarlo desde dos puntos de vista. El primero, es qué cosas puedes tú cambiar en tu vida. Quizás te puedas permitir una jornada parcial, o podrías mejorar tu gestión del tiempo para salir antes del trabajo, o contratar ayuda en casa, o hacer entender a tu pareja la necesidad de repartir tareas, etc.

El segundo punto de vista consiste en aprender a asumir lo que te está tocando vivir en este momento, aunque teniendo claro que no prolongarás la situación más de lo estrictamente necesario si te disgusta. ¿De verdad es imprescindible que lo hagas como lo estás haciendo? Si la respuesta es sí, acéptalo. La aceptación es una lección difícil de aprender, pero de las que más nos acercan a la felicidad. ¡Claro te recomiendo que aúnes los dos puntos de vista!

El verdadero malestar viene de no saber lo que queremos realmente. Decide cómo quieres y puedes que sea tu conciliación entre tu vida laboral y familiar en este momento, entendiendo que eso no tiene porqué suponer renunciar ni dejar de importarte la otra parte. Así encontrarás la mejor forma de vivir la conciliación, una que permita tu equilibrio.

“La vida del hombre es su concepción de la vida”. Ludwig Feuerbach.

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