Educar Para La Felicidad, Otro Mundo Es Posible

Educar para la Felicidad: otro mundo es posible 2/2

1ª parte del artículo: Educar para la felicidad 1
Educar a los niños para la felicidad
En mi Coaching en Familia, utilizo herramientas para que los niños puedan expresar su creatividad, mejorar su potencial mental y por tanto su autoestima.
Nos damos la oportunidad de educarnos en las emociones, como en la época de Sócrates y Aristóteles, cultivando otras partes de nosotros que necesitan su espacio de expresión
En la antigüedad Sócrates utilizaba la mayeútica: planteaba un tema a sus alumnos para encadenar pregunta tras pregunta y guiar al aprendiz a que hallara su propia respuesta.

A su vez en la escuela Aristotélica se estudiaban, entre otras cosas, las virtudes, se desarrollaban conceptualmente valores como la confianza en si mismo, la seguridad, la perseverancia, el orden, la paciencia, etc., para ajustarlos a experiencias personales de cada alumno. Ya que, si bien hay una ética y unas leyes universales inmutables la expresión de esa ley varía de individuo a individuo.
Cada uno somos un color, cada uno emitimos una nota particular. Y el Coaching ofrece la posibilidad de romper cadenas, liberar hábitos y crear nuevas posibilidades a través del auto-conocimiento.
Por ejemplo, ¿cuántas veces les has dicho a tus hijos “¡tienes que tener paciencia!?” Yo te pregunto: ¿dónde? ¿en el bolsillo del pantalón, en la carpeta del colegio, en la mochila? La paciencia no se tiene. Se es, o no se es, paciente. Ser o no ser, esa es la cuestión y así nos lo hizo saber Shakespeare.
Ahora te vuelvo a preguntar: cuando le decías a tu hijo “¡tienes que tener paciencia!, ¿estabas TU siendo paciente, o, desde tu impaciencia, le estabas queriendo imponer algo abstracto en su cabeza? La paciencia existe, pero como cualidad, como virtud, como una energía, sin forma material.
Además con ese “tienes” también trasladamos el mensaje subliminal de que la impaciencia no es buena. Lo cual es irreal. Sin la impaciencia, quizás, a lo mejor, muchas acciones de la historia de la humanidad no se hubieran llevado a cabo… ¿no crees?. Incluidos aquellos “errores” a los que la impaciencia nos ha inducido en algún momento, y de los que hemos aprendido.
Simplemente reflexiona sobre esta cuestión…
¡¡¡La conclusión a la que tú llegues estará bien porque es la tuya!!!
Educar a los adolescentes para la felicidad
Mi Coaching en Familia contiene un espacio muy importante para los adolescentes, para afrontar, entre todos, una etapa de la vida donde se combinan la incertidumbre, la duda y el miedo con la necesidad de ser aceptado, la creación de una identidad propia… Es importante crear un espacio para que esto pueda expresarse sin que sean vistos como “algo raro o malo”.
En la incertidumbre puede haber sabiduría
En la duda puede haber reflexión y auto-crítica
En el miedo puede haber prudencia, muerte y renacimiento…
Si negamos el valor de los opuestos negamos una parte de nosotros, negamos la posibilidad de encontrar, en su momento, el equilibrio y nos creamos una imagen distorsionada de nosotros mismos que puede llegar a bloquearnos en un futuro. Alimentamos “la sombra” como la denominaba Jung y el peso del inconsciente.

Queremos que nuestros hijos sean felices, que tengan todo su camino libre de obstáculos, queremos que tengan todas las respuestas, incluso aquellas que nosotros no tenemos para nosotros.
Te propongo que después de leer este párrafo cierres los ojos, tomes una respiración profunda y recuerdes: ¿cuántas veces TE has sonreído hoy y te has dicho “¡qué bien estoy conmigo mismo! y los has dicho sintiéndolo de verdad?
Te doy unos segundos…Prueba.
Lo más probable es que, o no hayas sonreído para nada porque no es el día o que hayas sonreído a aquellos que esperas y deseas agradar. Una actitud muy adolescente ¿no crees? Hay días que no quiero salir de mi y otros en los que me paso todo el día fuera. ¿Si yo no me defiendo bien en el equilibrio por qué espero que mis hijos sí?
En la medida en que nos anticipemos a los acontecimientos de nuestros hijos queriéndoles evitar su propia experiencia para que no fracasen, para que no sufran, para que sean felices, sólo estaremos dejando de confiar en ellos, en su resiliencia, en sus propias capacidades de salvar obstáculos, tal y como hemos hecho nosotros mismos.
Muy distinto es estar ahí para cuando nos necesitan, para cuando preguntan, para cuando nos pidan agarrarse de nuestra mano. Ahí sí, ahí es donde nos la jugamos.
Educarnos como padres para la felicidad
¿Y los padres?
Pues los padres hacemos lo que sabemos y como sabemos. ¿Qué pasaría si nos diéramos la oportunidad de reconocer que podemos saber más, que podemos aprender a cómo aprender de nosotros mismos con creatividad y serenidad? Pues que nos convertiríamos, no sólo en nuestro propio maestro, sino también en el de nuestros hijos.

Como padres somos un modelo para nuestros hijos. Eso lo sabemos. A nivel intelectual. A eso se le llama conocimiento. El primer escalón. Pero lo olvidamos de vez en cuando, no lo practicamos en el día a día, nos falta incorporar el conocimiento en acción, avanzar hacia la sabiduría.
Si nuestra mente sabe que somos el modelo está muy bien pero que actuemos a cada paso de nuestro camino como padres conscientes, sintiendo que hacemos lo que hacemos porque es lo que queremos hacer, eso está mucho mejor. Se llama sabiduría. Y es acto, experiencia y amor.
Ya lo decía Mafalda, nuestros hijos son los primeros que estamos educando”. Ese es el punto, a la vez que nuestros hijos, sobrinos y nietos crecen y aprenden, nosotros también estamos aprendiendo. Pero con una diferencia vital y es que a nosotros, padres, sí nos educaron antes, desde unas creencias y unos hábitos adquiridos, luego… no aprendemos sobre un papel en blanco como lo hace un niño.

A veces es tan simple como que no estamos en el rol que nos corresponde. De manera inconsciente, pero, ¿cuantas veces en vez de pareja o esposa soy madre? y ¿cuantas veces en vez de padre soy un colega para mi hijo?. Y no propongo, de repente, coger la teoría de los roles familiares y aplicarla a golpe de libro, no, propongo desenredar la madeja de lana de cada uno, para ver qué ocurre en un niño, adolescente o familia determinada para que ellos mismos creen su modelo, su familia, con sus valores.
Otras veces, el apoyo viene de hacernos conscientes de que unas palabras tienen más poder que otras, porque las palabras llevan intención y energía. Existe la magia de las palabras, pero no la recordamos. Y si no… ¿porqué cada conjuro de magia lleva un “abracadabra”? o ¿porqué les decimos a los niños cuando nos piden algo…”te falta la palabra mágica” refiriéndonos al gracias y al por favor?
Cuando el Mago Merlín entregó a Arturo a otra familia, con 12 años, tras adoptarle y educarle, todo el mundo le preguntaba a Arturo: ¿qué te ha enseñado el Mago Merlín? ¡Queremos saber, queremos saber! Todos querían tener poder, todos querían conocer fórmulas mágicas para alcanzar el éxito. Y Arturo simplemente les dijo: “Merlín me ha enseñado la magia de las palabras”.
La decepción fue enorme, ¡con eso no podrían convertir el plomo en oro!. Pero el gran secreto se mantuvo por mucho tiempo para renacer, de nuevo, en estos tiempos. La verdadera transformación ocurre en el interior de cada uno de nosotros, el poder reside en nosotros, es ilimitado y el éxito puede verse con el logro de un equilibrio físico, emocional y mental que nos oriente a una vida sana y equilibrada en relación a nuestros deseos y necesidades particulares.
Lo mismo que la araña teje su tela de dentro hacia fuera. Cada familia tiene derecho a saber tejer de dentro hacia fuera. Y no buscar fuera lo que dicen otros y aplicarlo sí o sí.
Todas las herramientas están dentro de nosotros, el coaching, simplemente cuanta con distintas técnicas que te apoyan en el proceso de recordar donde guardaste la caja de herramientas y para qué utilizar cada una de ellas.
La decisión de si las utiliza o no, eso, ya es otra cuestión, es tu cuestión. Simplemente recordar que si tú te educas para ser feliz, contribuirás enormemente a que tu entorno sea feliz. ¡¡¡Sólo con eso ya es mucho!!!

AUTORA: Itziar Azkona,
Terapeúta y Coach de PNL y New Code entrenada por John Grinder.

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