Muchas veces cuando escuchamos la palabra CRISIS nos corre un escalofrío por la médula espinal, más, si lo analizamos bien, no existe un mejor estado donde estar y si esta crisis la programamos podremos estar en un mejor lugar aún.
Cuando te propongo programar una crisis, te invito a crear. A crear desde el convencimiento que todo está en un continuo programa de cambio y cuando algo cambia, simplemente fluye…vive.
No es lo mismo, dormir a la intemperie porque en altas horas de la noche se nos rompió la cerradura de la puerta de entrada de la casa a vivir una situación similar porque decidimos armar un campamento a orillas de un lago. La experiencia es sin dudas diferente, ya que nos hemos provisto de todos los elementos necesarios y nos hemos predispuesto a vivir una experiencia que nos sea grata.
Basados en el ejemplo anterior, podemos también programar las crisis y experimentarlas desde un estado consiente.
El secreto para ello, está en observar todo cuanto nos sucede, hacer un “inventario” de las circunstancias que estamos viviendo, y como estas estás generando sus cambios para anticiparnos a estos.
Cuando nos permitimos volvernos proactivos, las situaciones que se nos presenten en la vida se vuelven grandes oportunidades, salir de la comodidad de lo que ya está presente nos predispone a un continuo rediseño de lo existente, para acercarlo a la perfección de lo que deseamos vivir.
Presta atención, todo está es continuo movimiento, todo está cambiando, toma nota de como estos cambios se presentan, cuales son las direcciones probables de las mismas y caerás en cuenta de que cuando la vida haga un viraje, tú serás quien la espere al salir de la curva.
Gustavo Agüera
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