AMAR... ¡ES DEPRENDERSE DEL MIEDO!
Ya muchas personas admiten que sólo existen dos energías básicas en el universo: el amor y el miedo. Todo lo que no es amor (ira, odio, dolor, tristeza, culpabilidad, frustración) es una forma de miedo.
Si eres capaz de observarte, te darás cuenta que cuando tienes sentimientos de amor, son muy diferentes a los efectos producidos por el miedo. El amor nos EXPANDE, el miedo nos CONTRAE.
Hagamos una prueba: durante diez segundos piensa en un evento en el que sientas miedo, ira o dolor. Pon atención a lo que le ocurre a tu cuerpo, tu postura, tu respiración. Ahora, cambiemos de registro y durante los siguientes diez segundos piensa en una situación en la que sientas amor. Advierte de nuevo lo que le ocurre a tu cuerpo, tu postura y tu respiración.
Cuando sientes miedo o cualquiera de sus variaciones, te haces pequeña, y te encorvas para proteger tu corazón. Te tensas y retienes la respiración. En cambio, cuando sientes amor, enderezas la espalda, respiras con más profundidad, ¡te abres a la vida!
Tanto el amor como el miedo afectan a cada célula de tu cuerpo, lo que se ha demostrado científicamente con estudios acerca del sistema inmunológico del cuerpo.
Autojuzgarnos, juzgar a los demás o sentir que no valemos nada hace que nos cerremos al amor. Nos sumimos en el miedo y el dolor, y perdemos el contacto con la esencia de quiénes somos. Esto nos empuja a buscar el amor fuera de nosotros, lo cual no nos aporta felicidad.
Cualquier satisfacción temporal, se esfuma rápidamente, haciendo que nos sintamos incluso más vacías por dentro que antes. En cambio, cuando amamos incondicionalmente, no hay espacio para el miedo o las otras emociones negativas que lo acompañan. Como dice la Biblia: "en el amor no hay temor".
Marianne Williamson lo describe de una manera magistral al afirmar: "El amor es aquello con lo que nacimos. El miedo es lo que hemos aprendido aquí. El viaje espiritual es la renuncia al miedo y la aceptación del amor en nuestro corazón. El amor... es nuestra realidad última y nuestro propósito sobre la Tierra. Ser plenamente conscientes de él, tener la vivencia del amor en nosotros y en los demás, es el sentido de la vida".
Amarnos a nosotras mismas, amar a los demás sin excepción, amar nuestra vida tal como es... sin añadirle o sustraerle nada; sube nuestra vibración energética a la más alta frecuencia... la del amor.
Momento a momento, día a día, haz que florezca todo tu ser en amor.
Carola Estrada
Psicología del Despertar
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