No hay nada más precioso que poseer una cualidad...
No hay nada más precioso que poseer una cualidad, un don o una
facultad. Pero asimismo no debemos utilizar este don únicamente
para nosotros mismos, sino para el bien de todos los seres.
¿Acaso hay muchas mujeres quienes, conscientes de su belleza, se
han preguntado qué efectos estaba causando en los demás su manera
de explotar esta belleza? Ya sea la belleza, las facultades
artísticas o intelectuales, debemos tratar de utilizarlas
únicamente para despertar esta chispa, esta flor sagrada que
dormita en cada uno. Y es así como atraeremos sobre nosotros la
alegría del Cielo.
No hemos venido a la tierra para hacernos famosos o para ser
elogiados a toda costa. Cualesquiera que sean los dones y los
talentos que nos han sido otorgados por la naturaleza, debemos
ante todo buscar la aprobación divina. Y sólo la obtendremos si
logramos expresar lo que despertará a los seres a la verdad y a
la luz."
facultad. Pero asimismo no debemos utilizar este don únicamente
para nosotros mismos, sino para el bien de todos los seres.
¿Acaso hay muchas mujeres quienes, conscientes de su belleza, se
han preguntado qué efectos estaba causando en los demás su manera
de explotar esta belleza? Ya sea la belleza, las facultades
artísticas o intelectuales, debemos tratar de utilizarlas
únicamente para despertar esta chispa, esta flor sagrada que
dormita en cada uno. Y es así como atraeremos sobre nosotros la
alegría del Cielo.
No hemos venido a la tierra para hacernos famosos o para ser
elogiados a toda costa. Cualesquiera que sean los dones y los
talentos que nos han sido otorgados por la naturaleza, debemos
ante todo buscar la aprobación divina. Y sólo la obtendremos si
logramos expresar lo que despertará a los seres a la verdad y a
la luz."
Para desarrollar vuestra aura...
Para desarrollar vuestra aura, podéis trabajar de dos maneras.
Con el pensamiento, con la imaginación, tratáis de atraer hacia
vosotros los colores más puros, los más hermosos y rodearos de
estos colores. Pero en realidad, éste será un esfuerzo un poco
ficticio cuyos resultados no durarán mucho tiempo si,
simultáneamente, no tratáis de practicar las virtudes que
corresponden a estos colores.
Para desarrollar el aura, lo esencial en efecto no es el
ejercicio con el pensamiento, sino el aprendizaje de las
virtudes. Aunque no realicéis ningún ejercicio de concentración
para formar los colores de vuestra aura, sólo trabajando para
alimentar en vosotros las virtudes divinas, lo penséis o no,
estaréis atrayendo todos los magníficos colores que le
corresponden. Y mientras practiquéis estas virtudes, los colores
se manifestarán cada vez más hermosos y más intensos."
Con el pensamiento, con la imaginación, tratáis de atraer hacia
vosotros los colores más puros, los más hermosos y rodearos de
estos colores. Pero en realidad, éste será un esfuerzo un poco
ficticio cuyos resultados no durarán mucho tiempo si,
simultáneamente, no tratáis de practicar las virtudes que
corresponden a estos colores.
Para desarrollar el aura, lo esencial en efecto no es el
ejercicio con el pensamiento, sino el aprendizaje de las
virtudes. Aunque no realicéis ningún ejercicio de concentración
para formar los colores de vuestra aura, sólo trabajando para
alimentar en vosotros las virtudes divinas, lo penséis o no,
estaréis atrayendo todos los magníficos colores que le
corresponden. Y mientras practiquéis estas virtudes, los colores
se manifestarán cada vez más hermosos y más intensos."
Lamentarnos sobre la naturaleza humana...
Lamentarnos sobre la naturaleza humana, pecadora y portadora de
las semillas del mal, no sirve de nada. No hay que lamentarse,
sólo trabajar. Bien sea la vanidad, el orgullo, la cólera, los
celos o la sensualidad, todos los defectos deben ser trabajados.
Éste es el único punto de vista correcto, la única solución
acertada. Es el trabajo lo que importa, no os ocupéis del resto;
vuestras cualidades, vuestros defectos, esto es secundario.
Cuando encontréis cual es el mejor trabajo y decidáis consagraros
a él sinceramente, esas cualidades y defectos se convertirán en
vuestros mejores servidores.
Tomemos un ejemplo muy simple. Queréis levantar un peso. Todas
las energías contenidas en potencia en vuestro cuerpo físico son
movilizadas: los músculos, el corazón, los pulmones e incluso el
cerebro participan en este acto. Pero si no sentís el deseo de
hacer algo, todos vuestros órganos se estancan y dormitan. Es el
deseo de trabajar quien moviliza todo vuestro potencial. Gracias
a estos esfuerzos, un criminal puede terminar siendo más
generoso, paciente y bueno que los hombres más virtuosos.
Mientras que, a menudo, aquellos que son considerados como los
mejores no hacen nada grande: porque no piensan en el trabajo."
las semillas del mal, no sirve de nada. No hay que lamentarse,
sólo trabajar. Bien sea la vanidad, el orgullo, la cólera, los
celos o la sensualidad, todos los defectos deben ser trabajados.
Éste es el único punto de vista correcto, la única solución
acertada. Es el trabajo lo que importa, no os ocupéis del resto;
vuestras cualidades, vuestros defectos, esto es secundario.
Cuando encontréis cual es el mejor trabajo y decidáis consagraros
a él sinceramente, esas cualidades y defectos se convertirán en
vuestros mejores servidores.
Tomemos un ejemplo muy simple. Queréis levantar un peso. Todas
las energías contenidas en potencia en vuestro cuerpo físico son
movilizadas: los músculos, el corazón, los pulmones e incluso el
cerebro participan en este acto. Pero si no sentís el deseo de
hacer algo, todos vuestros órganos se estancan y dormitan. Es el
deseo de trabajar quien moviliza todo vuestro potencial. Gracias
a estos esfuerzos, un criminal puede terminar siendo más
generoso, paciente y bueno que los hombres más virtuosos.
Mientras que, a menudo, aquellos que son considerados como los
mejores no hacen nada grande: porque no piensan en el trabajo."
El origen de todos los desequilibrios...
El origen de todos los desequilibrios se halla en el
desequilibrio entre el espíritu y la materia; es él quien
arrastra tras sí todas las demás formas de anomalías que se
pueden apreciar en la existencia. El espíritu y la materia son
dos polos, dos principios con los que el ser humano debe saber
obrar con inteligencia, juicio y prudencia.
Si no es recomendable imitar a Occidente, que ha dado gran
importancia a las adquisiciones materiales en detrimento del alma
y del espíritu, el ejemplo de la India y de otros países que,
durante siglos, aceptaron vivir en la miseria, el hambre y la
enfermedad, tampoco debe ser seguido. Debemos poner al espíritu y
a la materia en el lugar que les corresponde: no rechazar a la
materia, sino hacerla sumisa y obediente al espíritu. En este
equilibrio entre el espíritu y la materia es donde los individuos
y las sociedades encontrarán su desarrollo."
desequilibrio entre el espíritu y la materia; es él quien
arrastra tras sí todas las demás formas de anomalías que se
pueden apreciar en la existencia. El espíritu y la materia son
dos polos, dos principios con los que el ser humano debe saber
obrar con inteligencia, juicio y prudencia.
Si no es recomendable imitar a Occidente, que ha dado gran
importancia a las adquisiciones materiales en detrimento del alma
y del espíritu, el ejemplo de la India y de otros países que,
durante siglos, aceptaron vivir en la miseria, el hambre y la
enfermedad, tampoco debe ser seguido. Debemos poner al espíritu y
a la materia en el lugar que les corresponde: no rechazar a la
materia, sino hacerla sumisa y obediente al espíritu. En este
equilibrio entre el espíritu y la materia es donde los individuos
y las sociedades encontrarán su desarrollo."
Ni lo que sois, aunque poseáis las mayores...
"Ni lo que sois, aunque poseáis las mayores virtudes, ni la
posición social que ocupáis, aunque sea la más elevada, podrán
impedir que tengáis adversarios. En la vida, siempre hay que
luchar, pero existen dos clases de lucha: aquella en la que
suprimís a vuestro adversario y aquella en la que le perdonáis.
Si suprimís a vuestro adversario, no tendréis contra quien
luchar… y será una catástrofe: ¡dejaréis de progresar! Si le
perdonáis para poder luchar toda la vida contra él, seguiréis
reforzándoos.
¡Cuántas personas intentan liberarse de sus enemigos! Y el día
que lo consiguen, ¿qué sucede? Dejan de sentirse felices, tienen
la impresión de que les falta algo, porque necesitaban a estos
adversarios para medirse con ellos… No debemos pues suprimir a
nuestros adversarios, sino saber cómo actuar para reforzarnos,
mejorarnos… y ¡mejorarles a ellos también al mismo tiempo! Pero
sólo lo conseguiréis si les consideráis como factores
indispensables para vuestra evolución."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
posición social que ocupáis, aunque sea la más elevada, podrán
impedir que tengáis adversarios. En la vida, siempre hay que
luchar, pero existen dos clases de lucha: aquella en la que
suprimís a vuestro adversario y aquella en la que le perdonáis.
Si suprimís a vuestro adversario, no tendréis contra quien
luchar… y será una catástrofe: ¡dejaréis de progresar! Si le
perdonáis para poder luchar toda la vida contra él, seguiréis
reforzándoos.
¡Cuántas personas intentan liberarse de sus enemigos! Y el día
que lo consiguen, ¿qué sucede? Dejan de sentirse felices, tienen
la impresión de que les falta algo, porque necesitaban a estos
adversarios para medirse con ellos… No debemos pues suprimir a
nuestros adversarios, sino saber cómo actuar para reforzarnos,
mejorarnos… y ¡mejorarles a ellos también al mismo tiempo! Pero
sólo lo conseguiréis si les consideráis como factores
indispensables para vuestra evolución."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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