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Facundo... fecundo Cabral

Tres argentinos excepcionales me hacen exclamar, a la manera de los franceses: “chapeau”!... Personalmente, me quito el sombrero en señal de respeto y reverencia ante ellos.

El primero, Julio Cortázar, aquél genio del lenguaje y la palabra escrita quien, con su “Rayuela”, me abrió “la gullivera” (la testa) a otras formas de concebir la vida y la literatura… El segundo, nuestro querido y sabio Julio Andrés Pagano, enorme “Mensajero de Luz “quien hoy en día, con sus mensajes tan profundos, espirituales y poéticos, nos guía constantemente hacia el despertar de la conciencia… El tercero, un verdadero “filósofo de lo cotidiano”, errante, de espíritu nómada y libre: Facundo, para mí, fecundo Cabral. ¿Qué podría añadir yo de él que no se haya dicho ya?

Habrá quien pase a la historia por las grandes riquezas que amasó en esta Tierra. Facundo Cabral pasará a la historia por la inmensa riqueza que logró hacer aflorar en los corazones de los seres. Nadie sale “vacío” de un concierto de Cabral. Siempre te mueve internamente. Te inspira a ser mejor, a recuperar tu libertad, a ser tú mismo. A veces irreverente. A veces contestatario, hablando desde el corazón, Cabral no busca agradar, sino más bien abrir y sensibilizar conciencias. Aquí lo tienes con uno de sus más representativos y conmovedores mensajes y, al final, dos de sus extraordinarias canciones. ¡Que disfrutes la sabiduría y sensibilidad de este gran “cantautor de la Luz”!

Por Facundo Cabral:

“No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que te puebla.
Distraído de la vida que te rodea: delfines, bosques, mares, montañas, ríos.


No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones. Además, no es tan malo vivir solo. Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco; algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubistein interpretaba como nadie a Chopin, a los 90. Sólo por citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada.

Además la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones. No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos.

Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. ¿Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja porque nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible.

Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida.

Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: "Amarás al prójimo como a ti mismo".

Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.

Además, la felicidad no es un derecho sino un deber porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un sólo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mando matar seis millones de hermanos judíos.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo.

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.

Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan la vida. ..”

“Vuele bajo”:

https://www.youtube.com/watch?v=tXiTwt-YFX0&NR=1

“Este es un nuevo día”

https://www.youtube.com/watch?v=J95mMHCr_4g&feature=related

Elvira G.

http://elvirajehacialaluz.blogspot.com

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Mi hermandad...

Mi hermandad no se encierra en las cuatro paredes de un hogar. Mi hermandad no conoce fronteras, porque está cobijada por la luz que se da para todos, tanto para el humilde como para el de venturosa cuna.

Mi hermandad no se restringe a velar por los intereses de la sangre o de un apellido de abolengo. Mi hermandad, si acaso se restringiera, sería hacia las almas que buscan la luz. Más sin embargo, en el fondo todos son mis hermanos… porque todo y todos son mis maestros.

Es hermano el río que fluye y me enseña a no estancarme… hermano el gorrión que entusiasta canta y me dice cómo volar y emprender la marcha cuando es preciso encontrar otros parajes.

Hermano el mendigo de quien aprendo a ser humilde y recibir con alegría las múltiples dádivas de la vida… Hermana la luna que me enseña la disciplina, el orden y las diversas fases, presentes siempre en la vida.

Hermano el sol que cálidamente me cobija y me trae la luz tan necesaria día a día. Hermano el convicto que purga tras las rejas sus faltas y me deja ver el amargo sabor del arrepentimiento. Hermano el árbol que abriga, cobija, da fruto, y me muestra la generosidad del dar sin distinciones.

Es mi hermano el orgulloso que no ha aprendido la riqueza del saber doblegarse. Y mi hermano el tímido quien me recuerda mis propios momentos de duda acerca de los talentos que el Padre me ha encomendado. Hermano el generoso, de quien aprendo el don del desprendimiento. Y hermano también el iluminado porque aclara y llena de luz mi sendero.

Mi hermano es el viento que corre libre y sin tropiezos, enseñándome la importancia de estar en todo y en todas partes sin aferrarse ni estancarse en ningún sitio… Mi hermano el que sufre desesperanza y me muestra la angustia de no poder ver la luz. Mi hermano es el amoroso y mi hermano es el que odia. Porque el primero desborda lo que éste último ha rechazado en su corazón.

Mi hermano es el que ríe porque el sol se ha estacionado en su interior, y mi hermano es el que llora porque me permite borrar sus lágrimas con pinceladas de ternura.

Mis hermanos, lo repito, son todos, porque venimos de la misma Madre y del mismo Padre. Todos y todo somos manifestaciones vivientes de ello.

Mi hermandad, por tanto, no se restringe al apellido o a los lazos de la sangre. Mi hermandad lleva más bien los lazos del espíritu, los lazos de la vida, los lazos del amor, los lazos de la Luz…

Elvira G.

http://elvirajehacialaluz.blogspot.com

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