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Declaración de los Pueblos Indígenas del mundo.

Declaración de los Pueblos Indígenas del mundo. Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra
26-04-10

Los espacios de negociación internacional han excluido sistemáticamente la participación de los Pueblos Indígenas. Por este motivo ahora, los Pueblos Indígenas nos hacemos visibles en estos espacios, porque al haberse herido y saqueado a la Madre Tierra con actividades que impactan negativamente sobre nuestras tierras, territorios y recursos naturales, nos han herido también a nosotros. Nosotros, los pueblos indígenas, no queremos vivir mejor, sino queremos vivir bien, que es una propuesta para logar el equilibrio y a partir de ello construir una nueva sociedad.

La Madre Tierra podrá vivir sin nosotros, pero nosotros no podemos vivir sin ella.

Nosotros los pueblos, naciones y organizaciones indígenas provenientes de diversas partes del mundo, reunidos en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, del 19 al 22 de Abril del año 2010 en Tiquipaya, Cochabamba, Bolivia, después de amplios debates, decimos:

Los Pueblos Indígenas somos hijos e hijas de la Madre Tierra o Pachamama en quechua. La Madre Tierra es un ser vivo del universo que concentra energía y vida, cobija y da vida a todos sin pedir nada a cambio, es el pasado, presente y futuro; es nuestra relación con la Madre Tierra. Convivimos con ella desde hace miles de años con nuestra sabiduría, espiritualidad cósmica ligada a la naturaleza. Sin embargo, el modelo económico, impulsado y forzado por los países industrializados que promueven la explotación extractiva y la acumulación de riquezas, han transformado radicalmente nuestra relación con la Madre Tierra. El cambio climático, debemos constatar, es una de las consecuencias de esta lógica irracional de vida. Esto es lo que debemos cambiar.

La agresión a la Madre Tierra, los golpes y las violaciones contra nuestros suelos, bosques, flora, fauna, biodiversidad, ríos, lagos, aire y el cosmos son golpes contra nosotros mismos. Antes pedíamos permiso para todo. Ahora se pretende desde los países desarrollados que la Madre Tierra nos pida permiso a nosotros. No se respeta nuestros territorios, particularmente de los pueblos en aislamiento voluntario o en contacto inicial, y sufrimos la más terrible agresión desde la colonización sólo para facilitar el mercado y la industria extractiva.

Reconocemos que Pueblos Indígenas y de todo el mundo, vivimos en una época de crisis generalizada: ambiental, energética, alimentaria, financiera, de valores, entre otros, como consecuencia de las políticas y actitudes de Estados racistas y excluyentes.

Decimos que en la conferencia climática de Copenhague, los pueblos del mundo que exigíamos un trato justo fuimos reprimidos y los Estados causantes de la crisis climáticas, debilitaron aún más los posibles resultados de las negociaciones y no asumieron compromiso vinculante alguno. Limitándose simplemente a respaldar el entendimiento de Copenhague que plantea objetivos insuficientes e inaceptables en relación a acciones de respuesta al cambio climático y financiamiento para los países y pueblos más afectados.

Afirmamos que los espacios de negociación internacional han excluido sistemáticamente la participación de los Pueblos Indígenas. Por este motivo ahora, los Pueblos Indígenas nos hacemos visibles en estos espacios, porque al haberse herido y saqueado a la Madre Tierra con actividades que impactan negativamente sobre nuestras tierras, territorios y recursos naturales, nos han herido también a nosotros. Por eso los Pueblos Indígenas no nos quedaremos callados, sino que planteamos la inquebrantable movilización de todos nuestros pueblos para llegar a la COP 16 en México y otros espacios, articulados y preparados para defender nuestras propuestas, particularmente del Estado Plurinacional y el Vivir Bien. Nosotros, los pueblos indígenas, no queremos vivir mejor, sino queremos vivir bien, que es una propuesta para logar el equilibrio y a partir de ello construir una nueva sociedad.

La búsqueda de objetivos comunes, según nos muestra la misma historia, solo se conseguirá con la unión de los Pueblos Indígenas de todo el mundo. Las raíces ancestrales, indígenas, originarias de toda la población mundial deben ser uno de los lazos que nos unan para lograr un solo objetivo.

Por todo ello proponemos demandamos y exigimos:

1. La recuperación, revalorización y fortalecimiento de nuestras civilizaciones, identidades, culturas y cosmovisiones, basadas en el conocimiento y sabiduría ancestral milenaria indígena-originaria, para la construcción de nuevos modelos de vida alternativas al sistema de desarrollo actual y como una forma de hacer frente al cambio climático.

2. El rescate y fortalecimiento de la vivencia y propuesta de los Pueblos Indígenas del vivir bien, reconociendo a la Madre Tierra como un ser vivo con la cual tenemos una relación indisoluble e interdependiente; basados en principios y mecanismos que garanticen el respeto, la armonía y el equilibrio de los pueblos con la naturaleza y, como la base para una sociedad con justicia social y ambiental, que tenga como fin la vida. Todo ello para hacer frente a la crisis del modelo de saqueo capitalista y garantizar la protección de la vida en su conjunto a través de la búsqueda de acuerdos globales incluyentes.

3. Exigimos a los Estados que reconozcan, respeten y garanticen la aplicación de los estándares internacionales de derechos humanos y derechos de los Pueblos Indígenas (Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y Convenio 169 de la OIT) en el marco de las negociaciones, políticas y medidas para enfrentar el cambio climático.

4. Exigimos a los Estados que reconozcan jurídicamente la preexistencia y por tanto la propiedad de nuestros territorios, tierras y recursos naturales que hemos poseído tradicionalmente como pueblos y naciones indígenas originarias, así como la restitución y restauración de los bienes naturales, las aguas, los bosques y selvas, lagos, océanos y hielos, lugares sagrados, tierras y territorios que nos han sido arrebatados y despojados, para posibilitar y fortalecer nuestras formas tradicionales de vida y contribuir efectivamente a la solución del cambio climático. En este sentido planteamos la consolidación de los territorios indígenas en ejercicio de nuestra libre determinación y autonomía y de conformidad con nuestros sistemas normativos.

Asimismo, exigimos a los Estados el respeto a los derechos territoriales de los Pueblos Indígenas en aislamiento voluntario o en contacto inicial, como una medida efectiva para preservar su integridad y para combatir los efectos adversos del cambio climático hacia dichos pueblos.

5. Llamamos a los Estados que no promuevan las prácticas de monocultivos de carácter comercial, ni introducir y promover los cultivos transgénicos y exóticos, porque según la sabiduría de nuestros pueblos estas especies agravan la degradación de las selvas, los bosques y los suelos contribuyendo al aumento del calentamiento global. Tampoco, bajo la búsqueda de energías alternativas (como la nuclear y bio-ingeniería), se deben implementar los mega-proyectos hidroeléctricos, de energía eólica y de otro tipo, que afectan los territorios, tierras y hábitats naturales de los pueblos indígenas.

6. Exigimos el cambio de las leyes forestales y ambientales de los Estados y la aplicación de los instrumentos internacionales pertinentes, para la protección efectiva de las selvas y bosques, así como su diversidad biológica y cultural, garantizando los derechos de los pueblos indígenas, incluidos su participación y el consentimiento previo, libre e informado.

7. Planteamos que en el marco de las acciones de mitigación y adaptación sobre el cambio climático y basados en la experiencia y el conocimiento demostrados ancestralmente, para el manejo sostenido de la diversidad biológica de nuestras selvas y bosques; establecer como política de Estado que las aéreas naturales protegidas deben ser gestionadas, administradas y controladas directamente por los pueblos indígenas.

8. Demandamos una revisión o en su caso moratoria a toda actividad contaminante y que afecte a la Madre Tierra y el retiro de las corporaciones transnacionales y de mega-proyectos de los territorios indígenas.

9. Exigimos a los Estados que se reconozca el agua como un derecho humano fundamental, evitando su privatización y su mercantilización.

10. Demandamos la aplicación de la consulta, la participación y el consentimiento previo, libre e informado de los Pueblos Indígenas y poblaciones afectadas en todos los procesos de diseño e implementación de medidas de adaptación y mitigación del cambio climático y otras acciones de intervención en los territorios indígenas.

11. Los Estados deben promover mecanismos que garanticen que el financiamiento para las acciones de respuesta al cambio climático lleguen de manera directa y efectiva a los Pueblos Indígenas, como parte del resarcimiento de la deuda histórica y ecológica, apoyando el fortalecimiento de nuestras propias visiones y cosmovisiones para el vivir bien.

12. Llamamos a la recuperación, revalorización y fortalecimiento de las tecnologías y conocimientos propios de los Pueblos Indígenas y promover la incorporación de estos en la investigación, el diseño y la aplicación de políticas sobre cambio climático, en complementariedad con los conocimientos y tecnologías occidentales adecuadas, asegurando que los procesos de transferencia de tecnología no debiliten el conocimiento y las tecnologías indígenas.

13. Planteamos la recuperación, el desarrollo y la difusión de los conocimientos y tecnologías indígenas a través de la implementación de políticas y programas educativos pertinentes, así como la modificación e incorporación de dichos conocimientos y sabidurías ancestrales en las currículas y metodologías educativas.

14. Instamos a los Estados y organismos internacionales de toma de decisiones sobre cambio climático, en particular la CMNUCC, establezcan las estructuras y los mecanismos formales que incluyan la participación plena y efectiva de los Pueblos Indígenas, comunidades locales y grupos vulnerables incluyendo las mujeres, sin discriminación, como elemento clave para obtener un resultado justo y equitativo de las negociaciones sobre cambio climático.

15. Nos sumamos a la demanda de conformar un Tribunal de Justicia Climática que permita juzgar y establecer sanciones al no cumplimiento de compromisos y otros crímenes ecológicos de los países desarrollados, principales responsables del cambio climático. Esta instancia debe considerar la participación plena y efectiva de los Pueblos Indígenas y sus principios de justicia.

16. Planteamos la articulación y organización de los pueblos a nivel mundial, a través de nuestros gobiernos, organizaciones y mecanismos locales, nacionales, regionales e internacionales, para participar en los procesos de debate y análisis con representación legítima en todo el proceso relacionado con el cambio climático. En este sentido proponemos conformar un espacio de organización, con participación especial de los Ancianos y Ancianas, que contribuya en la búsqueda de soluciones globales y efectivas al cambio climático.

17. Proponemos luchar en todos los espacios para defender la vida y la Madre Tierra, particularmente en la realización de la COP 16, por eso proponemos la organización de una segunda conferencia de los pueblos para fortalecer el proceso reflexión y acción.

18. Ratificar la campaña global organizando una Marcha Mundial en defensa de la Madre Tierra y de los pueblos, contra la mercantilización de la vida, la contaminación y la criminalización de movimientos indígenas y sociales. www.ecoportal.net

Creado en unidad en Tiquipaya, Cochabamba, Bolivia a los 21 días del mes de abril del 2010

TOMADO DE : http://indigenas.ecoportal.net/content/view/full/92574

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ALIMENTOS PARA EL ALMA

No hay nada más precioso que poseer una cualidad...

No hay nada más precioso que poseer una cualidad, un don o una
facultad. Pero asimismo no debemos utilizar este don únicamente
para nosotros mismos, sino para el bien de todos los seres.
¿Acaso hay muchas mujeres quienes, conscientes de su belleza, se
han preguntado qué efectos estaba causando en los demás su manera
de explotar esta belleza? Ya sea la belleza, las facultades
artísticas o intelectuales, debemos tratar de utilizarlas
únicamente para despertar esta chispa, esta flor sagrada que
dormita en cada uno. Y es así como atraeremos sobre nosotros la
alegría del Cielo.
No hemos venido a la tierra para hacernos famosos o para ser
elogiados a toda costa. Cualesquiera que sean los dones y los
talentos que nos han sido otorgados por la naturaleza, debemos
ante todo buscar la aprobación divina. Y sólo la obtendremos si
logramos expresar lo que despertará a los seres a la verdad y a
la luz."

Para desarrollar vuestra aura...

Para desarrollar vuestra aura, podéis trabajar de dos maneras.
Con el pensamiento, con la imaginación, tratáis de atraer hacia
vosotros los colores más puros, los más hermosos y rodearos de
estos colores. Pero en realidad, éste será un esfuerzo un poco
ficticio cuyos resultados no durarán mucho tiempo si,
simultáneamente, no tratáis de practicar las virtudes que
corresponden a estos colores.
Para desarrollar el aura, lo esencial en efecto no es el
ejercicio con el pensamiento, sino el aprendizaje de las
virtudes. Aunque no realicéis ningún ejercicio de concentración
para formar los colores de vuestra aura, sólo trabajando para
alimentar en vosotros las virtudes divinas, lo penséis o no,
estaréis atrayendo todos los magníficos colores que le
corresponden. Y mientras practiquéis estas virtudes, los colores
se manifestarán cada vez más hermosos y más intensos."

Lamentarnos sobre la naturaleza humana...

Lamentarnos sobre la naturaleza humana, pecadora y portadora de
las semillas del mal, no sirve de nada. No hay que lamentarse,
sólo trabajar. Bien sea la vanidad, el orgullo, la cólera, los
celos o la sensualidad, todos los defectos deben ser trabajados.
Éste es el único punto de vista correcto, la única solución
acertada. Es el trabajo lo que importa, no os ocupéis del resto;
vuestras cualidades, vuestros defectos, esto es secundario.
Cuando encontréis cual es el mejor trabajo y decidáis consagraros
a él sinceramente, esas cualidades y defectos se convertirán en
vuestros mejores servidores.
Tomemos un ejemplo muy simple. Queréis levantar un peso. Todas
las energías contenidas en potencia en vuestro cuerpo físico son
movilizadas: los músculos, el corazón, los pulmones e incluso el
cerebro participan en este acto. Pero si no sentís el deseo de
hacer algo, todos vuestros órganos se estancan y dormitan. Es el
deseo de trabajar quien moviliza todo vuestro potencial. Gracias
a estos esfuerzos, un criminal puede terminar siendo más
generoso, paciente y bueno que los hombres más virtuosos.
Mientras que, a menudo, aquellos que son considerados como los
mejores no hacen nada grande: porque no piensan en el trabajo."

El origen de todos los desequilibrios...

El origen de todos los desequilibrios se halla en el
desequilibrio entre el espíritu y la materia; es él quien
arrastra tras sí todas las demás formas de anomalías que se
pueden apreciar en la existencia. El espíritu y la materia son
dos polos, dos principios con los que el ser humano debe saber
obrar con inteligencia, juicio y prudencia.
Si no es recomendable imitar a Occidente, que ha dado gran
importancia a las adquisiciones materiales en detrimento del alma
y del espíritu, el ejemplo de la India y de otros países que,
durante siglos, aceptaron vivir en la miseria, el hambre y la
enfermedad, tampoco debe ser seguido. Debemos poner al espíritu y
a la materia en el lugar que les corresponde: no rechazar a la
materia, sino hacerla sumisa y obediente al espíritu. En este
equilibrio entre el espíritu y la materia es donde los individuos
y las sociedades encontrarán su desarrollo."

Ni lo que sois, aunque poseáis las mayores...

"Ni lo que sois, aunque poseáis las mayores virtudes, ni la
posición social que ocupáis, aunque sea la más elevada, podrán
impedir que tengáis adversarios. En la vida, siempre hay que
luchar, pero existen dos clases de lucha: aquella en la que
suprimís a vuestro adversario y aquella en la que le perdonáis.
Si suprimís a vuestro adversario, no tendréis contra quien
luchar… y será una catástrofe: ¡dejaréis de progresar! Si le
perdonáis para poder luchar toda la vida contra él, seguiréis
reforzándoos.
¡Cuántas personas intentan liberarse de sus enemigos! Y el día
que lo consiguen, ¿qué sucede? Dejan de sentirse felices, tienen
la impresión de que les falta algo, porque necesitaban a estos
adversarios para medirse con ellos… No debemos pues suprimir a
nuestros adversarios, sino saber cómo actuar para reforzarnos,
mejorarnos… y ¡mejorarles a ellos también al mismo tiempo! Pero
sólo lo conseguiréis si les consideráis como factores
indispensables para vuestra evolución."

Omraam Mikhaël Aïvanhov
TOMADO DE: http://alimentemoselalma.blogspot.com/2010/09/ni-lo-que-sois-aunque-poseais-las.html
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La indiferencia.

La indiferencia
Cuando encontramos que la filosofía ha abdicado su espíritu de creación y se ha hecho esclava de los hechos, cuando la política solo responde al poder establecido, la moral es la del esclavo que solo responde y acepta esta condición, cuando el arte es el culto a la mediocridad, cuando todo es duda y el sofisma la respuesta, cuando existe una profunda separación entre las conductas y las palabras, el pensamiento y la acción se contradicen y se enfrentan, en este caos la indiferencia se torna el centro del pensamiento, se alimenta de abstracciones que quieren justificar lo que no tiene justificación, es en este caos donde la indiferencia organiza la tranquilidad frente a la injusticia y el atropello.
La indiferencia nace cuando no hay creencias, cuando nada nos atrae y nada nos llama a asumir la defensa de lo que, alguna vez, encontramos justo y bueno. Existen distintos modos de indiferencia: se puede ser indiferente por convicción; o ser indiferente por pereza. El indiferente por convicción posee una idea, la que lo aísla de la realidad, que lo separa de los demás, que lo impulsa a no tomar ningún compromiso, que no se compromete con nadie y con nada, una idea que paraliza su hacer, que no le permite actuar, más si éste se opone o niega su ideal. Para el indiferente por convicción esa idea es la mejor, luego él ha preferido esa idea a otras, él ha escogido, ha elegido, entonces él ya no es realmente indiferente, ya ha dejado de serlo. Parece indiscutible, que en este caso de indiferencia, no se acepta otra idea que no sea aquella que lo ha llevado a preferir, y en la mayoría de los casos, aparentar una indiferencia, para no encontrarse con los demás, o porque la corriente social lo lleva a esto y prefiere no oponerse a ella. Por ello es muy importante determinar que lo motiva, y que es lo que ha preferido para ser indiferente.

Una bondad, pero falsa, a los otros se les acepta cualquier doctrina, así sea falsa o verdadera, niegue o acepte lo aceptado o negado por el indiferente, se es bondadoso con los otros, aceptándoles todo no discutiéndoles nada, pero sin comprometerse, solo comprometido con su indiferencia. Superioridad, sentirse superior a todos y a todo, todo lo que poseen los demás es inferior a lo que yo poseo, y con mayor razón mi pensamiento, es mejor ser indiferente a estar comprometido con algo, mi idea de indiferencia, por la que yo he optado, me permite más libertad me hace más libre, el autor se pregunta ¿Hay superioridad en someterse a todo régimen, en doblar la cerviz, abdicar el derecho...? El indiferente por pereza, confesar esta indiferencia es confesar una falta, la de no participar por flojera por comodidad y cansancio ¿De qué? La de no querer participar por falta de deseos incluido el de pensar y asumir una opción, esto solo es mala fe, ante esta indiferencia lo único que queda por hacer es tratar de sacarlo de su error, lo que es más fácil que con el indiferente por convicción. La indiferencia es una máscara del egoísmo que utiliza para ocultarse y no aparecer como tal.

Muchas veces la indiferencia nos lleva a no querer oponernos a la fatalidad y al crimen triunfante, en estas circunstancias nos abandonamos solo al sentir y la sensación se convierte en nuestra única creencia. "La sensación es lo más individual (entendido como la individualidad egoísta) y transitorio, lo más particular... La sensación sin la inteligencia, sin la razón es el abandonarse a la animalidad, y por lo tanto a la fatalidad de las cosas inanimadas, dejarse llevar por el engaño, los sentidos solos, sin la razón que es la que los educa, muchas veces nos engañan, los sentidos no entregan fundamentos de razón, solo sensaciones. Cuando la indiferencia es producto del miedo, de la cobardía, siempre tratamos de justificarnos, y los argumentos que nos damos que son los que nos permiten vivir en la indiferencia, por el hecho de justificar toda nuestra existencia, se convierten en una doctrina que traspasa todo nuestro pensamiento, pero tenemos que entender que no son nada más que un no querer reconocer el miedo o la cobardía para no luchar contra lo que nos oprime y nos impulsa a no participar.

Además tenemos que pensar que si no actuamos por miedo, esto lo ocasiona otro o algo que nos atemoriza, y en este caso ocurre que "se que soy yo y no otro, por la conciencia de mi propia voluntad. Si otra voluntad operase en mi, no seria yo, sino instrumento de otro, sería cosa de otro, que es lo que se llama esclavitud". Es por ello que no debemos darle autoridad a la indolencia ni justificar el cansancio, porque en algún momento de nuestra vida nos hemos decepcionado de lo que hacemos o de lo que queríamos hacer, esa misma decepción, si verdaderamente la sentimos, nos debe hacer pensar, que si la sentimos, es porque todavía nos queda algo en que creer, que aun creemos en nosotros mismos, que todavía creemos en el futuro y que algo podemos hacer por él. Tenemos que pensar que un ser vacío de todo deseo, de todo objetivo, que no tenga nada de nada que aportar, en una palabra un ser miserable, no puede sentir el dolor que siente un ser que ve que su indiferencia permite que otros hagan con todos lo que ellos quieren sin oposición.

A la falta de preferencia o interés, lo que está localizado en la punta del látigo del desprecio, se le llama indiferencia. Es lo que se experimenta en el grado cero de la emoción, es decir, cuando los sentimientos están más fríos que calientes. Los cínicos, que mienten con desfachatez, los arrogantes y los soberbios que estiman su sí mismo en demasía, son indiferentes porque están fuera del escenario, porque parece no importarles nada. No estar implicado afectivamente con algo es un arma poderosa para manipular a los otros, al medio y al interior propio. La indiferencia es un lujo afectivo porque el indiferente no sufre con el sufrimiento de los demás. Y así como no sufre tampoco ríe, se sorprende, grita, llora o patalea. El indiferente no hace lo que todos los demás sí y por eso puede tachársele de aburrido o pedante.

Los indiferentes nunca faltan en todas partes porque la indiferencia flota en el ambiente. Es como el aire que uno respira. Mientras todos se preocupan demasiado por sí mismos nadie se preocupa por los otros. La indiferencia permite la pobreza, el abuso, la violencia y la frialdad, por algo las calles se han llenado de basura, mendigos, vagabundos, prostitutas, asaltantes y corruptos. Como permite el empobrecimiento del espíritu, termina por enfriar todo aquello que encuentra a su paso. Es la guerra fría a la que todos juegan quizá sin darse cuenta. Cuando se quiere ser frío, se opta por ser indiferente. Sin embargo, hay dos tipos de indiferencia, la real y la simulada, pero al igual que todas las emociones lleva una suerte de gestualidad que la deja fluir por todo el cuerpo, después de todo cuando uno se muestra indiferente lo hace completito y no por partes. Es decir, toda emoción siempre lleva dentro una suerte de actuación, una estilización individual que sólo le pertenece a quien la porta. Y esa estilización va a todas partes con sus portadores, es como una sombra que no se ve, pero que está pegada a los diferentes modos de ser de cada uno.

La indiferencia real, la que no se actúa, la que es más natural que artificial, no necesita de mucha estilización porque simplemente brota, como los suspiros o los recuerdos. La simulada, salta con cierta intención de hacer como si nada pasara, niega la vida porque hace como si en la vida no hubiera pasado nada. Es una suerte de venganza endulzada con la perversión de hacer sentir al otro que no se siente. Sin importar la forma en que se presente, al negar la vida, la indiferencia mata, tortura, aniquila, pero no a quien la porta sino a quienes se les aplica. Necesita de los demás para poder despreciarlos. Al ser un escudo protector para el gladiador que la posee, también puede servirle de lanza para herir a los demás. Por ello a los indiferentes se les trata de manera distinta porque no están en comunión con los otros. La indiferencia es un modo muy particular de negar la comunión de los demás con el desprecio. A los indiferentes se les permiten las caras largas y endurecidas. Parece que nada les divierte y una forma de incorporarlos a la comunidad a la cual niegan es tratarlos bien. Los indiferentes son los aguafiestas de las reuniones porque siempre tienden a negar lo bonito de la comunión y lo hacen pasar como algo trivial y superfluo. Sin importancia pues.

No obstante la indiferencia es casi una condición generalizada. En un mundo en el que todos se enamoran cada vez más de su sí mismo, la posibilidad de vivir juntos se desvanece porque en la indiferencia el otro desaparece, con todo y sus emociones. Y no vale nada. Pero como el otro desaparece, el indiferente también se desintegra porque al negar la sociedad a la que pertenece se niega a sí mismo y entonces no le queda nada más que un mundo idealizado o mistificado que lo aleja de la realidad en la que vive. Los indiferentes viven en un mundo que han creado para sí porque sólo importan ellos, nadie más. La indiferencia generalizada permite toda clase de abusos desde el incremento de los precios de la leche hasta la violencia sexual. Y a esta sociedad le hace falta implicarse más con su realidad para poder modificarla. Desgraciadamente la indiferencia ha triunfado en un mundo en donde la falta de compromiso es una posición más cómoda. Mientras el compromiso exige responsabilidad, la indiferencia sólo requiere del cinismo, la soberbia y la arrogancia para olvidarse que el mundo está roto o a punto de romperse.

MARIO FUENTES BIZAMA
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