Publicaciones de Daniela Fedeli (6)

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DOCTORAS EN EL ARTE DE HACER VIVIR MEJOR

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"No te preocupes por no poder dar a tus hijos lo mejor de todo...dales... lo mejor de tí" Cierto día, una mujer llamada Ana fue a renovar su licencia de conducir. Cuando le preguntaron cuál era su profesión, ella dudó... no sabía bien cómo llamarla... el funcionario insistió: “lo que le pregunto es si tiene un trabajo”... “claro que tengo un trabajo" exclamó Ana... "Soy madre" . -

" Nosotros no consideramos eso un trabajo.Voy a poner que es ama de casa", dice el funcionario, fríamente.

 Una amiga suya, llamada Marta supo de lo ocurrido y quedó pensando al respecto, por algún tiempo. Un día, ella se encontró en idéntica situación. La persona que la atendió era una funcionaria de carrera, segura y eficiente. El formulario parecía enorme e interminable! La primera pregunta fue: “cuál es su ocupación?" Marta pensó un momento y, sin saber bien cómo, respondió: "Soy doctora en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas”

La funcionaria hizo una pausa... y Marta debió repetir lentamente, enfatizando las palabras más significativas. Luego de anotar todo, la joven osó indagar: -"Puedo preguntar, qué es lo que hace... exactamente?"

Sin la menor duda, con mucha calma, Marta respondió: “desarrollo un programa a largo plazo, dentro y fuera de casa" Pensando en su familia, ella continuó: -"soy responsable de un equipo y ya recibí cuatro proyectos. Trabajo en régimen de dedicación exclusiva, el grado de exigencia es de 14 horas por día, a veces... hasta 24 horas".

A medida que iba describiendo sus responsabilidades, Marta notó un creciente tono de respeto en la voz de la funcionaria, que finalizó el formulario sin hacerle más preguntas.

Cuando regresó a su casa, Marta fue recibida por su equipo: una niña de 13 años, una de 7 y otra de 3... -"Mamá, dónde están mis zapatos?...mamá, me ayudas con la tarea?... mamá, el bebé no deja de llorar... mamá, me buscas de la escuela?... mamá, irás a verme bailar?... mamá, me compras...?... mamá..." Subiendo la escalera, al piso superior de la casa, pudo oir a su más nuevo proyecto... un bebé de seis meses, ensayando un nuevo tono de voz. Feliz, Marta tomó el bebé en brazos y pensó en la gloria de la maternidad, con sus muchas responsabilidades... y horas interminables de dedicación...

Sentada en su cama, Marta pensó: "si ella era doctora en desenvolvimiento infantil y relaciones humanas... qué serían las abuelas?”

Y luego descubrió un título para ellas: doctoras-mayores en desenvolvimiento infantil y en relaciones humanas.

Las bisabuelas, doctoras ejecutivas mayores.

Las tías, doctoras-asistentes... ...Y todas las mujeres, madres, esposas, amigas y compañeras: doctoras en el arte de hacer la vida mejor...!!!

En un mundo en el que se dá tanta importancia a los títulos, en que se exige siempre mayor especialización en el área profesional... conviértase en una especialista en el arte de amar.!

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PENSAMIENTO Y REFLEXIONES de Fernando Savater

"Nadie es sujeto en la soledad y el aislamiento,

sino que siempre se es sujeto entre sujetos:

el sentido de la vida humana no es un monólogo

sino que proviene del intercambio de sentidos, de la polifonía coral.

Algo de las complicidades irremediables."

"Es mejor saber después de haber pensado y discutido, que aceptar los saberes que nadie discute para no tener que pensar"

"El secreto de la felicidad es tener gustos sencillos y una mente compleja, el problema es que a menudo la mente es sencilla y los gustos son complejos."

"La libertad no es la ausencia original de condicionamientos, sino la conquista de una autonomía simbólica por medio del aprendizaje que nos aclimata a innovaciones y elecciones sólo posibles dentro de la comunidad.

"Hay ciertas cosas que uno puede aprenderlas o no, a voluntad. Pero, como nadie es capaz de saberlo todo, no hay más remedio que elegir y aceptar con humildad lo mucho que ignoramos" (Etica para Amador )

"El magisterio de la mujer madura ha sido decisivo en nuestra cultura, para la formación amatoria de los jovenes varones, a este respecto, las mujeres casi siempre fueron generosamente pedagógicas en su disposición a corregir la torpeza técnica e inmadurez sentimental, mientras que en similares circunstancias los hombres se aprovechan de tales deficiencias y a veces perpetúan para consolidar su placer o su dominio" (El valor de educar)

Fernando Savater: filósofo, activista y escritor español. Novelista y autor dramático, destacado en el campo del ensayo, el artículo periodístico y la educación.

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LA AVENTURA DEL CONOCIMIENTO Y EL APRENDIZAJE La velocidad nos ayuda a apurar los tragos amargos. Pero esto no significa que siempre debamos ser veloces. En los buenos momentos de la vida, más bien conviene demorarse. Tal parece que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Premura en lo que molesta, lentitud en lo que es placentero. Entre las cosas que parecen acelerarse figura -inexplicablemente- la adquisición de conocimientos. En los últimos años han aparecido en nuestro medio numerosos institutos y establecimientos que enseñan cosas con toda rapidez: "....haga el bachillerato en 6 meses, vuélvase perito mercantil en 3 semanas, avívese de golpe en 5 días, alcance el doctorado en 10 minutos....." Quizá se supriman algunos... detalles. ¿Qué detalles? Desconfío. Yo he pasado 7 años de mi vida en la escuela primaria, 5 en el colegio secundario y 4 en la universidad. Y a pesar de que he malgastado algunas horas tirando tinteros al aire, fumando en el baño o haciendo rimas chuscas. Y no creo que ningún genio recorra en un ratito el camino que a mí me llevó decenios. ¿Por qué florecen estos apurones educativos? Quizá por el ansia de recompensa inmediata que tiene la gente. A nadie le gusta esperar. Todos quieren cosechar, aún sin haber sembrado. Es una lamentable característica que viene acompañando a los hombres desde hace milenios. A causa de este sentimiento algunos se hacen chorros. Otros abandonan la ingeniería para levantar quiniela. Otros se resisten a leer las historietas que continúan en el próximo número. Por esta misma ansiedad es que tienen éxito las novelas cortas, los teleteatros unitarios, los copetines al paso, las "señoritas livianas", los concursos de cantores, los libros condensados, las máquinas de tejer, las licuadoras y en general, todo aquello que ahorre la espera y nos permita recibir mucho entregando poco. Todos nosotros habremos conocido un número prodigioso de sujetos que quisieran ser ingenieros, pero no soportan las funciones trigonométricas. O que se mueren por tocar la guitarra, pero no están dispuestos a perder un segundo en el solfeo. O que le hubiera encantado leer a Dostoievsky, pero les parecen muy extensos sus libros. Lo que en realidad quieren estos sujetos es disfrutar de los beneficios de cada una de esas actividades, sin pagar nada a cambio. Quieren el prestigio y la guita que ganan los ingenieros, sin pasar por las fatigas del estudio. Quieren sorprender a sus amigos tocando "Desde el Alma" sin conocer la escala de si menor. Quieren darse aires de conocedores de literatura rusa sin haber abierto jamás un libro. Tales actitudes no deben ser alentadas, me parece. Y sin embargo eso es precisamente lo que hacen los anuncios de los cursos acelerados de cualquier cosa. Emprenda una carrera corta. Triunfe rápidamente. Gane mucho "vento" sin esfuerzo ninguno. No me gusta. No me gusta que se fomente el deseo de obtener mucho entregando poco. Y menos me gusta que se deje caer la idea de que el conocimiento es algo tedioso y poco deseable. ¡No señores: aprender es hermoso y lleva la vida entera! El que verdaderamente tiene vocación de guitarrista jamás preguntará en cuanto tiempo alcanzará a acompañar la zamba de Vargas. "Nunca termina uno de aprender" reza un viejo y amable lugar común. Y es cierto, caballeros, es cierto. Los cursos que no se dictan: Aquí conviene puntualizar algunas excepciones. No todas las disciplinas son de aprendizaje grato, y en alguna de ellas valdría la pena una aceleración. Hay cosas que deberían aprenderse en un instante. El olvido, sin ir más lejos. He conocido señores que han penado durante largos años tratando de olvidar a damas de poca monta (es un decir). Y he visto a muchos doctos varones darse a la bebida por culpa de señoritas que no valían ni el precio del primer Campari. Para esta gente sería bueno dictar cursos de olvido. "Olvide hoy, pague mañana". Así terminaríamos con tanta canalla inolvidable que anda dando vueltas por el alma de la buena gente. Otro curso muy indicado sería el de humildad. Habitualmente se necesitan largas décadas de desengaños, frustraciones y fracasos para que un señor soberbio entienda que no es tan pícaro como él supone. Todos -el soberbio y sus víctimas- podrían ahorrarse centenares de episodios insoportables con un buen sistema de humillación instantánea. Hay -además- cursos acelerados que tienen una efectividad probada a lo largo de los siglos. Tal es el caso de los "sistemas para enseñar lo que es bueno", "a respetar, quién es uno", etc. Todos estos cursos comienzan con la frase "Yo te voy a enseñar" y terminan con un castañazo. Son rápidos, efectivos y terminantes. Elogio de la ignorancia: Las carreras cortas y los cursillos que hemos venido denostando a lo largo de este opúsculo tienen su utilidad, no lo niego. Todos sabemos que hay muchos que han perdido el tren de la ilustración y no por negligencia. Todos tienen derecho a recuperar el tiempo perdido. Y la ignorancia es demasiado castigo para quienes tenían que laburar mientras uno estudiaba. Pero los otros, los buscadores de éxito fácil y rápido, no merecen la preocupación de nadie. Todo tiene su costo y el que no quiere afrontarlo es un garronero de la vida. De manera que aquel que no se sienta con ánimo de vivir la maravillosa aventura de aprender, es mejor que no aprenda. Yo propongo a todos los amantes sinceros del conocimiento el establecimiento de cursos prolongadísimos, con anuncios en todos los periódicos y en las estaciones del subterráneo. "Aprenda a tocar la flauta en 100 años". "Aprenda a vivir durante toda la vida". "Aprenda. No le prometemos nada, ni el éxito, ni la felicidad, ni el dinero. Ni siquiera la sabiduría. Tan solo los deliciosos sobresaltos del aprendizaje". ALEJANDRO DOLINA

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Si me ves....

Si me ves...

Si me ves cansado, fuera del sendero,

Ya casi sin fuerza para hacer camino

sintiendo que la vida es dura,

porque ya no puedo, porque ya no sigo;

ven a recordarme como es un comienzo, ven a desafiarme con tu desafío.

Mueveme en el alma, mueveme el impulso llévame a mi mismo.

Yo sabré entonces, encender mi lámpara en el tiempo oscuro,

entre el viento frío, volveré a ser fuego desde brazas quietas,

que alumbre y reviva mi andar peregrino.

Vuelve a susurrarme aquella consigna del primer paso para un principio.

Muéstrame la garra que se necesita para levantarse desde lo caído.

Si me ves cansado fuera del sendero, sin ver más espacios que el de los abismos,

trae a mi memoria que también hay puentes, que también hay alas que no hemos visto.

Que vamos armados de fe y de bravura, que seremos siempre lo que hemos creído.

Que somos guerreros de la vida plena, y todo nos guía hacia nuestro sitio,

que un primer paso, y que un nuevo empeño nos lleva a la forma de no ser vencidos.

Que el arbol se dobla, se agita, estremece, deshoja y retoña, pero queda erguido.

Que el único trecho que da el adelante es aquel que cubre nuestro pie extendido.

Si me ves cansado, fuera del camino, solitario y triste, quebrado, herido,

síentate a mi lado, tómame las manos, entra por mis ojos, hasta mi escondrijo

y dime " Se puede!", e insiste " Se puede!" hasta que yo entienda que puedo lo mismo.

Que tu voz despierte, desde tu entereza, al que de cansancio se quedó dormido.

Y tal vez, si quieres, préstame tus brazos para incorporarme, nuevo y decidido.

Que la unión es tiempo cuando hombro con hombro vamos, y así Se puede!, con el mismo brío.

Si me ves cansado, fuera del sendero lleva mi mirada hacia tu camino.

Hazame ver las huellas, que allá están marcadas, de un paso tras otro, por donde haz venido.

Y vendrá contigo una madrugada la voz insitente para un nuevo inicio.

Que abriré otro rumbo porque si he creído, que siempre se puede... Se puede, mi amigo!

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LOS CUATRO ACUERDOS

LOS CUATRO ACUERDOS

Hace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el sur de México como «mujeres y hombres de

conocimiento». Los antropólogos han definido a los toltecas como una nación o una raza, pero, de hecho,

eran científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las

prácticas de sus antepasados.

La conquista europea, unida a un agresivo abuso del poder personal por parte de algunos aprendices,

hizo que los naguales se vieran forzados a esconder su sabiduría ancestral y a mantener su existencia en la oscuridad. Por fortuna, el conocimiento esotérico tolteca fue conservado y transmitido de una generación a

otra por distintos linajes de naguales. Ahora, el doctor Miguel Ruiz, un nagual del linaje del Guerrero del

Águila, comparte con nosotros las profundas enseñanzas de los toltecas.

«No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. Si observas tu

vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida.

Lo mismo es aplicable a la felicidad.

La única razón por la que eres feliz es porque tú decides ser feliz. La felicidad es una elección, como también

lo es el sufrimiento».

Dr. Miguel Ruiz

Los cuatro acuerdos:

1er Acuerdo: Sé impecable con tus palabras

2do. Acuerdo: No te tomes nada personalmente

3er. Acuerdo: No hagas suposiciones

4to. Acuerdo: Haz siempre tu máximo esfuerzo

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El Amor

EL AMOR

El AMOR es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista. Habitualmente se interpreta como un sentimiento, relacionado con el afecto y el apego, y resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y actitudes. Con frencuencia el término se asocia con el amor romántico. Su diversidad de usos y significados, combinada con la complejidad del sentimiento implicado en cada caso, hace que el amor sea especialmente difícil de definir de un modo consistente. Las emociones asociadas al amor pueden ser extremadamente poderosas, llegando con frecuencia a ser irresistibles.

Con todo, el amor interpersonal se considera sano o "verdadero" cuando es constructivo para la personalidad.

"Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad" Godtfried Leibniz.

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