Carta de una persona en proceso de duelo:
Primero, te pido que no tengas temor de pronunciar su nombre, ya que vivió y vive aún en mí corazón.
Considera lo contenta que me siento de saber que tú también le recuerdas. Me gusta darme cuenta que mantienes presente su cumpleaños y aniversarios.
Quiero que sepas que tal vez experimentaré en un mismo día distintas emociones. De pronto me vas a ver reír y vibrar de alegría al recordarle... y unos minutos después, llorar por su ausencia.
Un día estaré tranquila y de buen humor, y quizá al día siguiente nada tendrá sentido para mí.
Te pido que me des espacio para ser libre con mis #emociones, aún estoy #aprendiendo a manejarlas.
Sé que me quieres y te preocupas por mi, pero por favor, no me presiones a sentirme animada. Si por momentos me ves retraída, es porque mi mente y corazón viajaron a otro espacio donde puedo ver sus ojos, abrazarle, sentir su aroma, escuchar su voz y su risa.
Considera que lo que me ha pasado es difícil, no lo compares a otra situación que te haya sucedido a ti. Perder a un ser amado no es igual a ninguna otra muerte o evento, cada proceso al igual que cada persona, es único. Por favor, no hagas comparaciones.
Ten en cuenta que a pesar de que estoy trabajando en #trascender mi #duelo y procesar mis emociones, no sé cuánto tiempo pueda durar esto en mí. No te desesperes, sólo dame tiempo, aún no sé cuánto.
Estoy consciente que el mundo sigue girando y no se detiene ante mi dolor, pero por favor, no me consueles con frases como: "tienes que ser fuerte" , "échale ganas", "la vida sigue". Ni tampoco con explicaciones teológicas, no me digas: "Dios necesitaba un ángel", "fue la voluntad de Dios", "ya dejó de sufrir".
Es #normal el hecho de que en este momento yo no lo comprenda y vea la vida diferente. Es más, probablemente atravesaré una crisis de fe y replantearé mis creencias. Incluso, permíteme cuestionarme al respecto sin sentirme culpable.
Yo sé que a mi ritmo y a mi tiempo saldré de esto fortalecida, renovada, #resiliente y lograré un nuevo #entendimiento espiritual.
Te aviso que mi cuerpo también me pasa la factura por este golpe emocional. Puedo ganar o perder peso, dormir mucho o no poder dormir. Querer aislarme. Tener raras dolencias. Sentirme triste, ansiosa, irritable.
Y por último, considera que tengo nuevos #anteojos para ver la #vida. Este evento está siendo un parteaguas para mi, ya no soy la misma. Jamás lo seré. Soy diferente, me estoy #reconstruyendo
No te lo tomes personal, sólo escúchame, cuéntame cosas lindas que en este momento tú sí puedes apreciar, acompáñame a veces en silencio, tómate un café conmigo, dame un largo abrazo y trata de conocerme otra vez".
Gracias
Atte. "Un doliente"
Tomado del muro de Ross Castro
Respuestas