Ayuda y Consuelo en los momentos de la Partida de un Ser Querido

Si me amas…

 

No llores si me amabas…

¡Si conocieras el don de Dios

y lo que es el cielo!

¡Si pudieras oír el cántico

de los Angeles y verme entre ellos!

¡Si pudieras ver con tus ojos

los horizontes, los campos eternos

y los nuevos senderos que atravieso!

¡Si pudieras por un instante

contemplar como yo la belleza

ante la cual los astros palidecen!

 

Créeme:

Cuando la muerte venga a romper

tus ligaduras –como ha roto las mías-

y, cuando un día que Dios ha fijado

y conoce, tu Alma venga a este cielo

en que te he precedido, ese día…

volverás a ver aquel que te amó

con todas las ternuras purificadas.

Volverás a verme, pero transfigurado,

avanzando contigo por los senderos

nuevos de la luz y de la vida,

bebiendo a los pies de Dios un néctar

del cual nadie se saciará jamás.

Por eso, no llores si me amabas…

 

San Agustín

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