La nueva generación de niños "Ritalin" toma Flores de Bach para sanarse
Luego de dos años de pertenencia a un céntrico colegio de la ciudad, al pequeño Sebastián (10 años) le cancelaron la matrícula. Según acusa su madre, la causa sería una hiperactividad con déficit atencional, que en el establecimiento educacional no habrían podido manejar.
El caso de Sebastián es más recurrente de lo que se cree, puesto que durante los últimos años, la ocurrencia de déficit atencional con hiperactividad han aumentado en un porcentaje casi escandaloso, como lo han caracterizado algunos especialistas en educación diferencial, además de psicólogos del área.
La profesora especialista en Educación Diferencia, Vivianne Alfaro, admite que durante un tiempo, los casos de déficit atencional han aumentado peligrosamente. “Por la misma razón, es que el Ministerio de Educación ha tomado conciencia de este tema y a partir del próximo año, los niños con este diagnóstico podrán entrar a los Proyectos de Integración de los establecimientos educacionales”, adelanta.
“Esto significa que los niños con déficit atencional entrarán como una necesidad educativa transitoria. Esto ocurre porque se reconoció la necesidad existente y se estableció cuál es la ayuda específica que ellos requieren”, afirma.
Según la profesional, esta nueva normativa regulará la cantidad de niños con DA por sala y entregará más facultades al profesor especialista para guiar en la ayuda y apoyo al docente de aula. “Esto es una necesidad. Según se ha comprobado, además del factor genético, es decir, de la predisposición, existe el factor de la alimentación durante el embarazo. Se ha comprobado que el consumo de nicotina, cafeína o alcohol inciden en el nacimiento de niños con este trastorno”, asegura
Medicamentos
Paola es una apoderada que tiene un hijo de 11 años en un establecimiento educacional de la ciudad y ya enfrentó el tema del DA. “Mi hijo fue diagnosticado en segundo básico y el mundo se me vino encima. En la casa se comportaba como cualquier otro niño, pero en el colegio la hiperactividad llegaba a niveles hasta agresivos”, recuerda con pena.
“Luego del diagnóstico vino la medicamentación y fue la peor parte. Él ya no era el mismo niño cuando tomaba metilfenidato (más conocido como ritalín). Se quedaba demasiado tranquilo y a veces, hasta dormido mientas estaba viendo televisión o haciendo las tareas. Ahí supe de una especialista en terapias alternativas que hizo una charla en el Gran Hotel y me acerqué para conocer de qué se trataba”, puntualiza.
Paola comenzó una terapia con Flores de Bach, las que luego de algún tiempo comenzaron a propiciar cambios en la personalidad del pequeño. “Hay que hacerlo con fe. Mi motivación era que dejara de tomar los medicamentos y así ocurrió al cabo de un par de meses”, recuerda contenta con los resultados.
Un complemento
La terapeuta floral María Eugenia Rey corrobora la existencia de las Flores de Bach como una terapia complementaria a la que pueda estar llevando un especialista de la medicina tradicional sobre un niño con DA. “Por esto siempre llamamos a la terapia complementaria, porque no significa que tomar flores sea un aliciente para dejar un tratamiento médico”, aclara.
María Eugenia admite estar atendiendo niños con el trastorno, muchas veces derivados por los mismos psicólogos que los atienden. “La forma es indagar en las causas que puedan estar incidiendo en el DA. Hay que recordar que cada persona tiene su componente y nivel energético personal y que esta terapia apunta a eso, a ser muy personal”, advierte.
Luego de una exhaustiva evaluación, en donde se comprueba el comportamiento del niño y otros detalles, la terapeuta está en condiciones de comenzar un tratamiento complementario. “El tratamiento es muy personalizado e integra al niño en su conjunto”, aclara.
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Extraído del diario La Discusión
del día 30/11/2010
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