Especial : EDUCAR EN CASA – Homeschooling. - Primera parte

 


“El homeschooling consiste, fundamentalmente, en hacerse cargo de forma integral de la educación de los hijos, en no delegar esta
importantísima función en terceros”

“Que la escuela no educa es un hecho. Por supuesto, la educación que pretende ofrecer el sistema educativo es sólo intelectual, académica, y obvia
por completo la educación a nivel emocional, espiritual, social e
incluso físico. Éste es uno de los motivos por los que algunas familias
no contemplan a la escuela como una opción válida para sus hijos”

“Educando en casa no hay un timbre que marque el ritmo de estudio. Uno no tiene por qué dejar una actividad con la que está disfrutando, en la que está
concentrado, sólo porque se haya terminado la hora dedicada a esa
materia. De hecho, ni siquiera hay materias en el sentido de
asignaturas escolares. ¡EL MUNDO NO ESTÁ DIVIDIDO EN ASIGNATURAS!”

“Creo que hay que ir desmontando el tópico de que las familias que educan en casa son hippies, de izquierdas, anti católicos, vegetarianos, que no
vacunan, que paren en casa, que portean al bebé, que lo amamantan por
largo tiempo, que no castigan, etc. O, en el otro extremo, que son
ultra-religiosos y no quieren que sus hijos se mezclen con gente
diferente. En realidad, SOMOS GENTE CORRIENTE”

“También hay niños que son criados con apego por sus familias y que no consiguen acostumbrarse al tipo de disciplina de la escuela; estos niños no
comprenden por qué existen determinadas normas (como que sólo puedan
beber agua a la hora del recreo, por ejemplo) o no comprenden con qué
autoridad el profesor puede imponerles un castigo si sus propios padres
no los han castigado jamás (no porque les dejen hacer lo que quieran,
sino porque utilizan otros métodos de disciplina positiva). En general
SON NIÑOS LIBRES A LOS QUE EL SISTEMA NO CONSIGUE DOBLEGAR”

“Las Universidades de Harvard y Yale aceptan a los homeschoolers a veces incluso con preferencia a alumnos de los institutos. Los jóvenes que
son educados en casa tienen un ELEVADO GRADO DE MOTIVACIÓN por hacer lo
que hacen, ya sea dedicarse a la música, a las artes plásticas o
estudiar en la universidad. Esta motivación, sumado a la libertad con
la que han podido probar y elegir diversas técnicas y métodos de
estudio, es lo que hace que sus resultados académicos, en no pocas
ocasiones, superen al de los que han sido escolarizados”

“Lejos de educarse en una burbuja, se educan en el mundo. LA ESCUELA SÓLO ES UNA PEQUEÑÍSIMA PARTE DE LA REALIDAD SOCIAL. Los niños que van a la
escuela, supuestamente, se están preparando para el futuro. Los niños
que se educan en casa, en cambio, están viviendo la vida. Aquí y ahora”

“Ninguna ley en España dice que educar en casa esté prohibido. Lo que sucede es que tampoco hay ninguna ley que reconozca expresamente esa posibilidad”

“He escrito el libro que me habría gustado leer cuando empecé a plantearme educar en casa”
Laura Mascaró Rotger

 ENTREVISTA

 

¿Es la escuela tan imprescindible, sagrada, perenne e intocable como creemos –o nos han hecho creer-?

 

¿Por qué más de un millón de familias en EEUU, 25.000 en el Reino Unido, 3.000 en Francia y 2.000 en España educan a sus hijos en casa –homeschooling-?

 

¿Cómo son esos niños? ¿Serán personas de provecho? ¿Qué lleva a los padres a desertar del sistema educativo y del modelo social imperante? ¿Cómo educan?

 

Para contestar a estas preguntas y nuestras dudas sobre esta opción tan radical hemos entrevistado a Laura Mascaró Rotger, abogada, articulista, bloguera veterana en Tarkus Kids, madre de un hijo de 5 años a quien educa en casa y autora del libro “Educación y libertad”.

A lo largo de 30 preguntas, Laura nos desvela todo lo que hay que saber sobre el homeschooling – la escuela en el hogar para que tengamos información seria al respecto, y ofrece útiles consejos para las familias interesadas en este tipo de educación.

La entrevista se divide en 6 capítulos:

  1. Definición
  2. Prejuicios sociales
  3. Organización
  4. Situación Mundial
  5. Consejos, bibliografía y webs
  6. Libro “Educación y libertad”

Y las respuestas se pueden leer a continuación o descargar el pdf.

ENTREVISTA A LAURA MASCARÓ SOBRE LA EDUCACIÓN EN CASA

I. DEFINICIÓN

1. Muchas personas desconocen que existe la opción de educar en casa. Empecemos entonces por el principio: ¿qué es y en qué consiste el homeschooling?
El homeschooling consiste, fundamentalmente, en hacerse cargo de forma integral de la educación de los hijos, en no delegar esta importantísima función en terceros.

Lo que varía son tanto los motivos por los que se elige esta opción educativa como las formas de llevarla a cabo. Hay tantas maneras de hacerlo como familias que lo hacen. Y también hay casi tantos motivos
como familias.

Ahora bien, defender el derecho de educar en casa no significa necesariamente estar radicalmente en contra de la escolarización, creo que es un matiz importante.

 

2. ¿Cuáles son las VENTAJAS de educar en casa?
La principal ventaja es que cada familia puede organizarse como mejor le convenga. No hay horarios pre-establecidos más allá de los que la
propia familia se auto-imponga.

No hay objetivos curriculares marcados por una escuela o un ministerio. Los niños (y los padres) no tienen la presión de saber que necesariamente deben aprender determinada materia en determinado plazo.
No hay deberes y no hay exámenes.

No hay un timbre que marque el ritmo de estudio. Uno no tiene por qué dejar una actividad con la que está disfrutando, en la que está concentrado, sólo porque se haya terminado la hora dedicada a esa
materia.

De hecho, ni siquiera hay materias en el sentido de asignaturas escolares. ¡El mundo no está dividido en asignaturas! Por eso, muchas familias deciden trabajar a través de proyectos de modo que lo que
serían las asignaturas escolares se estudian de forma transversal. Y
otras familias deciden hacer “unschooling”, es decir, aprenden de la
vida misma, aprenden las cosas haciéndolas y las hacen porque quieren
hacerlas.

 

3. ¿Y cuáles son las desventajas o DIFICULTADES de esta opción?
Yo hablaría de dificultades más que de desventajas.

3. 1. La primera se presenta antes incluso de desescolarizar o, en su caso, de tomar la firme decisión de educar en casa: es la duda sobre si la decisión que estamos tomando es correcta o no.

Creo que el miedo a la equivocación es inherente a la maternidad/paternidad, pero también estoy convencida de que aún conservamos un instinto, un saber ancestral, que nos va guiando; sólo
que algunos lo han olvidado y no lo escuchan.

3. 2. La segunda es la soledad. El homeschooling es muy desconocido (en España, al menos) y, aún cuando es conocido, es muchas veces incomprendido. Que tu familia y tus amigos te apoyen es fundamental. Es
suficiente con que respeten tus decisiones. Si, además, te comprenden y
comparten tus ideas sobre educación, entonces la situación ya es
prácticamente perfecta.

Y, además, es importante contar con una red de apoyo, aunque sólo sea a nivel virtual; una red de otras familias homeschoolers, con niños de las edades de los tuyos, que apliquen métodos parecidos a los tuyos,
que críen de un modo similar, que tengan tus mismos intereses, o tus
mismas dudas…

Si la red de apoyo la tienes físicamente cerca y te permite hacer encuentros informales, organizar actividades conjuntas, salidas recreativas, visitas culturales, etc, entonces vas a tener,
prácticamente, un camino de rosas.

3. 3. La tercera desventaja es que hay que dar explicaciones. Gente no siempre bien intencionada va a hacerte preguntas y a cuestionar tus decisiones. La paradoja es que cuando más te lo preguntan, es cuando
menos preparado estás para responder.

A medida que pasan los meses y los años, la experiencia de la educación en casa te va dando seguridad y confianza, cada vez tienes más datos, tanto teóricos como empíricos, pero también cada vez la
gente va aceptando con normalidad que tus hijos no están escolarizados…
y dejan de preguntar. ¡Justo cuando tú tienes toda una artillería de
respuestas para ellos!

3. 4. La cuarta desventaja, en España, es la falta de reconocimiento legal explícito del homeschooling. Aunque, en mi opinión, es una desventaja relativa.

 

4. ¿Qué criticáis o qué tratáis de evitar de la educación convencional en una escuela?
Es difícil generalizar porque cada familia tiene sus propios motivos para no escolarizar y no todas ellas están necesariamente en contra de
la escuela.

La vida no es más que una continua sucesión de elecciones. Y, con cada elección, estás dejando pasar miles de otras opciones. Es decir, que en un momento determinado decidas que la escuela no es la mejor
opción para tus hijos, no significa necesariamente que consideres que
la escuela puede ser perjudicial para ellos. Quizás la elegirás en otro
momento. O quizás no.

Ahora bien, es innegable que el sistema educativo no está cumpliendo su función de educar. Sólo hace falta ver los datos sobre el fracaso escolar en nuestro país y ver la falta de valores (y de modales) de
nuestros jóvenes. Que la escuela no educa es un hecho.

Por supuesto, la educación que pretende ofrecer el sistema educativo es sólo intelectual, académica, y obvia por completo la educación a nivel emocional, espiritual, social e incluso físico. Éste es uno de
los motivos por los que algunas familias no contemplan a la escuela
como una opción válida para sus hijos.

Los niños escolarizados se despiertan a golpe de despertador. Son obligados a pasar cinco, seis o más horas al día en compañía de otros 25 niños de su misma edad, segregados en función de un criterio tan
arbitrario como es el año de su nacimiento.

Son obligados a estudiar materias que quizás no son de su interés y que, desde luego, no les son de utilidad. Y son obligados a cambiar de materia a golpe de timbre. Lo que el timbre enseña es que no hay nada
en la escuela que merezca la atención de ser terminado.

Luego están los EXÁMENES. Los exámenes sirven para poner en evidencia lo que el niño no sabe. No importa que, a los cinco minutos, ya haya olvidado toda la materia teóricamente aprendida. Sólo importa
dar con la respuesta correcta para conseguir una puntuación suficiente
para no tener que volver a dedicar ni un minuto a ese tema. Y lo hacen
bien, ésa es la verdad. Los estudiantes se convierten en estrategas,
como diría John C. Holt: aprenden las estrategias necesarias para que
el profesor les deje en paz. Lo demás, no importa.

Y hay asuntos aún más graves, como el hecho de que algunas guarderías y escuelas infantiles se nieguen a cambiar los pañales a sus alumnos. Un niño de, por ejemplo, dos años, que tiene el pañal sucio,
tendrá que esperar a que su maestra se dé cuenta, a que avise a su
madre y a que su madre pueda dejar lo que sea que está haciendo y pueda
llegar hasta el centro. Ese niño puede estar, por tanto, más de media
hora con sus necesidades encima. Eso es, cuando menos, anti higiénico,
por no decir que es una absoluta falta de respeto hacia el niño.

También hay escuelas que se niegan a suministrar medicamentos a sus alumnos, incluso medicamentos prescritos para tratar enfermedades crónicas. Conozco el caso de una niña asmática que, cada vez que tenía
una crisis estando en la escuela, debía esperar a que llegara su madre
con el inhalador. Ese tiempo de espera podría haberle costado la vida.
Por cosas como éstas, cada vez más familias buscan alternativas. Algunos optan por escuelas libres. Otras, por el homeschooling.

 

5. ¿Cómo son los padres que educan en casa? ¿Qué tenéis en común?
No hay una “familia tipo” que eduque en casa. Los padres y madres tienen formación académica y trabajos de lo más variado. Hay actores,
empresarios, abogados, médicos, músicos, pintores, escritores,
jardineros, comerciantes, peluqueros, terapeutas, trabajadores
sociales… Y también hay profesores.

Lo único que todos tenemos en común es que educamos en casa. A partir de ahí, la variedad es tan grande como el mundo mismo. Algunos comparten motivos para no escolarizar. Otros comparten métodos de
crianza y de educación. Otros comparten religión. Otros comparten
aficiones. Otros, simplemente, comparten vecindad. Y otros no comparten
absolutamente nada más allá del hecho de educar en casa.

Creo que hay que ir desmontando el tópico de que las familias que educan en casa son hippies, de izquierdas, anti católicos, vegetarianos, que no vacunan, que paren en casa, que portean al bebé,
que lo amamantan por largo tiempo, que no castigan, etc. O, en el otro
extremo, que son ultra-religiosos y no quieren que sus hijos se mezclen
con gente diferente.

En realidad, somos gente corriente.

 

6. ¿Un homeschooler nace (se decide desde el principio) o se hace (se desescolariza a los hijos)? ¿Por qué motivos abandonan la escuela algunas familias?
Algunos lo deciden desde incluso antes de tener hijos, lo cual es
admirable. Algunos saben de antemano que la escuela no va a darles lo
que quieren para sus hijos, de modo que disponen de mucho tiempo para
informarse y para prepararse.

Otros desescolarizan tras un largo proceso durante el cual tienen problemas con el colegio pero quizás no dan el paso de desescolarizar por falta de información o por miedo.

Hay muchos casos de niños que no supieron/pudieron adaptarse al sistema (niños con altas capacidades y niños con necesidades educativas especiales, por ejemplo) y el sistema, obviamente, no supo tampoco
adaptarse a ellos y cubrir sus necesidades. Muchos niños se aburren en
el cole porque no tienen el nivel medio, están por encima o por debajo
y, por tanto, se sienten fuera de lugar.

También hay niños que son criados con apego por sus familias y que no consiguen acostumbrarse al tipo de disciplina de la escuela; estos niños no comprenden por qué existen determinadas normas (como que sólo
puedan beber agua a la hora del recreo, por ejemplo) o no comprenden
con qué autoridad el profesor puede imponerles un castigo si sus
propios padres no los han castigado jamás (no porque les dejen hacer lo
que quieran, sino porque utilizan otros métodos de disciplina
positiva). En general son niños libres a los que el sistema no consigue
doblegar.

 

7. ¿Existe el arrepentimiento o malas experiencias en educar en casa? ¿Se puede volver al colegio después sin problemas de adaptación?
Sí, se puede volver. Y los motivos, una vez más, son de lo más variado.

Hay quien matricula a sus hijos en algún curso de la ESO para que puedan obtener el título a la misma edad que los otros niños. Hay quien escolariza por una cuestión de organización familiar, a veces a causa
de un divorcio y, otras veces, porque los dos progenitores tienen que
trabajar fuera de casa a jornada completa. También se dio el caso de
una familia que educaba en casa a sus dos hijos adoptados, tras una
pésima experiencia del mayor en la escuela infantil.

Cuando iniciaron los trámites para adoptar al tercero, el hecho de estar educando en casa fue motivo de peso suficiente para no conseguir el certificado de idoneidad (lo cual, a mi parecer, es una decisión de
dudosa legalidad).

Para ese matrimonio, en ese momento, resultó más importante el hecho de adoptar un tercer hijo que la posibilidad de educarlos en casa. Tuvieron que elegir.

En España, durante toda la etapa de educación obligatoria (Primaria y Secundaria) puedes reintegrar a los niños en el sistema educativo en el curso que les corresponde por edad. Algunas familias solicitan que
los asignen a un curso inferior para facilitar su adaptación pero, en
muchas ocasiones, el nivel académico de los homeschoolers es superior
al de los niños escolarizados.

 

8. ¿Cuáles son los resultados a largo plazo de esta opción educativa? ¿Pueden ir estos niños a la universidad con normalidad?
Por supuesto, pueden ir a la universidad. Yo destacaría el hecho de que los niños educados en casa, en general, aprenden a tomar decisiones
razonadas con mucha más madurez que los escolarizados. Son niños, por
tanto, que suelen tener bastante claro a qué quieren dedicar su tiempo
y a qué no, y ello incluye los estudios formales. Algunos deciden que
quieren ir a la universidad y se preparan para ello.

Sandra Lara, por ejemplo, estudió a distancia, se licenció en la Open University de Londres y, con tan sólo 17 años, fue admitida en la Universidad de Barcelona para realizar un máster de física.

Otros deciden que la universidad no es para ellos, como tampoco lo fue el colegio.

II. LOS PREJUICIOS SOCIALES

9. Existen varios prejuicios sobre educar en casa ¿qué hay de cierto o no en ellos?


9.1 Estos niños pasan demasiado tiempo encerrados en casa y NO SE SOCIALIZAN
Para empezar, conviene aclarar que educar en casa no significa literalmente educar “dentro de casa”. En segundo lugar, habría que
determinar qué entendemos por “Socializar”. Lo que suele preocupar a la
gente es la supuesta incapacidad de los niños homeschoolers de hacer
amigos.

Bien, aquí van algunas de las formas en que lo hacen: a parte de sus familiares (hermanos o primos, por ejemplo) conocen a los hijos de los amigos de sus padres, conocen a otros niños educados en casa, conocen a
los niños de su barrio (sobre todo si viven en sitios pequeños),
conocen a los niños de su parroquia, a los de su agrupación scout y a
sus compañeros de actividades “extraescolares”.

Además, los niños homeschoolers suelen acompañar a sus padres prácticamente a todos lados, por lo que aprenden a relacionarse con gente de todo tipo y de todas las edades. Aprenden que uno no tiene el
mismo trato con una vecina de confianza, que con el vecino nuevo, que
con el banquero, que con el frutero, que con el panadero, que con el
hijo adolescente del vecino. En mi opinión, esto es precisamente
“socializar”.

 

9.2 Se educa en una BURBUJA, fuera de la realidad social
Lejos de educarse en una burbuja, se educan en el mundo. La escuela sólo es una pequeñísima parte de la realidad social. Los niños que van
a la escuela, supuestamente, se están preparando para el futuro. Los
niños que se educan en casa, en cambio, están viviendo la vida. Aquí y
ahora.

 

9.3 Demasiado ANARQUÍA, los niños deben aprender a obedecer y cumplir normas
Educar en casa no significa no tener normas. Las normas dependen exclusivamente de cada familia, escolarice o no: tener muchas o pocas,
muy estrictas o más flexibles, son cosas que decide cada familia.

Lo que los niños deben aprender, en mi opinión, es a diferenciar las normas auténticamente necesarias, las que se fundamentan en un principio o valor, de aquellas meramente arbitrarias que no suponen
sino una forma de control sobre los demás. Las normas típicamente
escolares, como levantar la mano para pedir permiso, y pedir permiso
para hablar, beber o ir al baño, no son normas que los niños necesiten
verdaderamente aprender.

Lo natural es beber e ir al baño cuando uno lo necesita. ¡Son funciones vitales! En cuanto a pedir permiso para hablar, tiene sentido en situaciones en las que se han de organizar los turnos de palabra
debido a la cantidad de gente que va a participar en la conversación.
Pero ésas situaciones, en la vida real, no son las más habituales.
Imaginemos a un grupo de diez o doce adultos sentados a la mesa de un
bar, tomando un café después de comer. Imaginemos que charlan
animadamente sobre cualquier cosa: su trabajo, sus vacaciones, la
actualidad política o el tiempo. Imaginemos que, antes de hablar,
levantan la mano esperando que se les de permiso para intervenir.
¡Resulta una escena chocante!

Pero los niños, a base de observar a los adultos en situaciones reales, aprenden cómo han de comportarse en cada momento. Hace falta que confiemos más en ellos. Y en nosotros. Porque nosotros somos el ejemplo del que ellos van a aprender.

 

9.4 Educar en casa es UN LUJO sólo al alcance de unos pocos
En algunos casos, educar en casa es una necesidad que te obliga a replantearte tus decisiones anteriores y tus necesidades creadas.
Elegir una forma u otra de educar no es una cuestión de tiempo ni de
dinero. Es una mera cuestión de prioridades.

¿Realmente necesitas vivir en la ciudad? ¿Realmente necesitas tener una casa en propiedad y pagar una hipoteca mensual de mil euros? ¿Realmente necesitas comer fuera de casa dos veces por semana?
¿Realmente necesitas tener dos coches? ¿Realmente necesitas trabajar
ocho horas diarias y añadirle dos horas de transporte? ¿Realmente
necesitas televisión por cable? ¿Realmente necesitas viajar cada
verano? ¿Realmente necesitas renovar tu vestuario cada seis meses?
Algunas necesidades te las has creado tú mismo, no son auténticas
necesidades vitales. Y el precio que estás pagando, es la educación y
crianza de tus hijos.

Por otro lado, para educar en casa no hace falta reproducir la escuela. No hace falta comprar muchos libros, material deportivo, material de laboratorio, etc. Cada familia es libre de decidir cuánto
dinero quiere gastar en la educación de sus hijos. Y hay muchos
recursos gratuitos (o casi gratuitos): bibliotecas, museos, internet,
intercambios con otras personas, etc. Pero es esencial estar abierto a
nuevas formas de aprendizaje y ser imaginativo.

 

9.5 Educar en casa en ILEGAL Y PELIGROSO. Te pueden quitar la custodia de tus hijos.
A nadie en España, que yo sepa, le han quitado la custodia de sus hijos por educarlos en casa. Otra cosa es que, además de no tenerlos
escolarizados, tampoco los estés educando y, por tanto, el Estado
considere que están en situación de abandono o desamparo, pero eso ya
no tiene nada que ver con el homeschooling.

Es ilegal aquello que está prohibido por la ley. Ninguna ley en España dice que educar en casa esté prohibido. Lo que sucede es que tampoco hay ninguna ley que reconozca expresamente esa posibilidad. Por
tanto, los homeschoolers nos amparamos en normas de rango superior,
como la Constitución Española o la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, que establecen la libertad de educación y el derecho
de los padres de elegir la educación que consideren más adecuada para
sus hijos.

Ahora bien, es cierto que, en ocasiones, la administración pública activa los protocolos de absentismo cuando tiene conocimiento de que un niño no está escolarizado. En esos casos, se limitan a comprobar que no
exista abandono del menor y emiten un informe que pueden remitir a la
fiscalía de menores.

Cuando esto sucede, se abren diligencias previas para tratar de esclarecer cuál es la situación real del menor, si hay o no abandono o desamparo y si se le está proporcionando o no una educación. Estos
casos siempre terminan resolviéndose a favor de las familias. Por
tanto, el riesgo que corremos es relativo: es cierto que puede abrirse
un expediente en servicios sociales y que éste puede terminar en un
juzgado, pero también es cierto que no pueden multarnos ni imponernos
condena alguna, porque no hay pena sin ley. Es decir, no pueden
condenarte por un hecho que no está tipificado por la ley.

III. ORGANIZACIÓN

10. ¿Cómo funciona un día normal educando en casa?
No hay dos familias iguales. Incluso dentro de la misma familia, puede no haber dos días iguales. Hay familias que tienen un horario de
estudio académico más o menos regular y otras que son más flexibles.

En mi casa, por ejemplo, no tenemos horarios de acostarnos ni de levantarnos. Una mañana cualquiera puede incluir un paseo, un rato de tele, juegos de mesa o de ordenador, alguna manualidad, leer en voz
alta, cocinar, hacer la compra o algún otro recado, etc. Para mí, las
actividades y los materiales no se dividen en didácticos y lúdicos.
Cualquier cosa puede ser didáctica y cualquier cosa puede ser lúdica.

 

11. ¿Tenéis casas muy grandes?
No necesariamente. De hecho, hay familias que se mudan a casas más pequeñas para reducir gastos. Hay quien vive en el campo, o en pueblos
y hay quien vive en ciudades. Para educar en casa no hace falta un
entorno específico. Obviamente, cada familia sabrá cuál es su ideal de
vivienda, pero eso es así se eduque en casa o no.

 

12. ¿Educan los dos padres o sólo uno?
Educan los dos padres y, sobre todo, se educa el propio niño. Si nos referimos a las familias que realizan un estudio más académico,
dirigido, entonces sí, muchas veces el padre es el que trabaja fuera de
casa y la madre es la que les ayuda en sus tareas. Pero en las familias
que no siguen un currículum y, especialmente, en las que hacen
unschooling, lo que marca la diferencia es la capacidad de ver el
aprendizaje en todas partes. Es decir, hay una diferencia fundamental
entre “enseñar” y “aprender”.

 

13. ¿Y cómo se compagina con las tareas del hogar? ¿No es demasiado tiempo en casa?
Cuando educas en casa no estás todo el día, literalmente, dentro de la casa. Sales para hacer recados de todo tipo; sales para ir a
actividades, digamos, “extraescolares”; sales para ir a jugar al
parque; sales para visitar a los amigos o familiares, etc.

Con las tareas del hogar sucede lo siguiente: si tus hijos están en casa contigo, en vez de estar en el cole, verán cómo haces las tareas domésticas. Entonces, según cómo sea tu actitud antes esas tareas, así
será la percepción que ellos tendrán. Si tú odias limpiar el baño, pero
aún odias más tener el baño sucio, y lo limpias con buen humor, con
alegría, con ganas, eso es lo que trasmitirás a tus hijos y, quizás
sorprendentemente, ¡van a querer ayudarte! Obviamente, van a querer
hacer “eso” que su madre hace tan a gusto, ya sea limpiar el baño,
cocinar o sacar la basura.

De todos modos, creo que ninguna madre homeschooler antepone las tareas del hogar al tiempo de sus hijos. Que la casa no esté perfectamente ordenada y limpia es secundario. Lo importante es vivir.

 

14. ¿Cuál es la formación de los padres? ¿Suelen ser ex-profesores o profesores en activo?
En Estados Unidos hay un alto porcentaje de padres que educan en casa que son o han sido profesores. Pero, en general, no lo son. No hace
falta serlo puesto que no estamos trasladando el formato cole a la
casa. Como dije antes, hay padres y madres con todo tipo de formaciones
y de profesiones.

15. Una cosa es educar a un niño antes de los 6 años (edad en que comienza la educación -que no escolarización- obligatoria) y otra primaria y secundaria. ¿Cómo lo hacéis? ¿Tenéis conocimientos de
todas las materias?

No hace falta tener conocimientos de todas las materias. Tú eres su madre, no su profesora.

En mi opinión, tampoco hace falta que estudie todas las materias tal como se estudian en el cole o en el instituto. Aún así, si quiere hacerlo o tú quieres que lo haga, lo que necesitas es saber a quién
acudir. Puedes matricularlo en una escuela extranjera a distancia y,
una vez obtenido el título del otro país, lo convalidas por el español.

En España hay dos: Clonlara y Epysteme.

Y hay muchos otros recursos. Internet, las bibliotecas, los museos, las academias, etc. En otros países, existe una opción educativa llamada “FLEXISCHOOL” que consiste en combinar la educación en casa con
la escolarización, de modo que sólo escolarizas para determinadas
materias.

 

16. ¿Qué TIPOS de homeschooling existe? En los colegios existen varias líneas que podríamos resumir en educación convencional, alternativa tipo Waldorf y libre tipo Summerhill. ¿Ocurre lo mismo en
casa?

Hay familias que adaptan ese tipo de pedagogías para aplicarlas en casa: Waldorf, Montessori, Charlotte Mason, educación clásica, etc. Hay familias que se juntan y crean espacios
llamados “escuelas libres”, aunque no son escuelas en sentido estricto,
puesto que no están homologadas.

Algunas familias cogen lo que les interesa de cada estilo pedagógico y hacen su propia versión. Hay familias que compran un currículum y lo siguen en casa como si estuvieran en la escuela.

La “flexischool”, lamentablemente, no es posible en España, pero confío en que eso cambie en un futuro no muy lejano.

Y luego hay unschoolers, que no siguen ningún aprendizaje dirigido sino que aprenden de la vida.

IV. SITUACIÓN MUNDIAL

17. ¿Cómo funciona legalmente el homeschooling en el mundo? ¿Qué países tienen más tradición?
A nivel internacional, el homeschooling se fundamenta jurídicamente en base a la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo artículo 26.3
otorga a los padres el “derecho preferente a escoger el tipo de
educación que habrá de darse a sus hijos”. En un segundo nivel, las
Constituciones modernas reconocen, también, el derecho a la educación y
la libertad de enseñanza. A partir de ahí, cada país tiene su propio
desarrollo de este derecho fundamental.

Los Estados Unidos, como es sabido, son pioneros en el reconocimiento legal del homeschooling, aunque cada estado tiene su propia regulación. Sólo en seis estados hay requisitos bastante
estrictos, como la obligatoriedad de seguir el currículum, de
registrarse, de presentar informes periódicos, etc.

Países como India, Corea del Sur, Botswana, e Indonesia reconocen el homeschooling y otorgan un alto grado de libertad para su ejercicio. En Japón, Colombia y Chile, como en España, la situación es de VACÍO
LEGAL, por lo que es una opción posible pero poco habitual dada la
inseguridad jurídica que conlleva.

El caso de Finlandia merece mención aparte, al igual que Japón. En Finlandia la educación en casa es legal y no se exige ningún tipo de requisito ni de control. Sin embargo, su sistema educativo está tan
fuertemente arraigado que el homeschooling no es una opción para nada
habitual.

Con más o menos requisitos, lo cierto es que todos los países permiten el homeschooling, excepto Alemania, donde está expresamente prohibido y los padres se exponen a penas de multa, de cárcel y de
retirada de la patria potestad.

Quiero recalcar el hecho de que una excesiva regulación en cuanto a los requisitos exigidos puede desvirtuar la esencia misma del homeschooling. Por eso, muchas veces digo que el vacío legal español no
es tan malo como a priori pudiera parecer.

Por otro lado, considero que los gobernantes deberían reflexionar acerca de la escuela como institución y evitar sacralizarla puesto que, ni es tan antigua, ni tan necesaria, ni tan efectiva como se nos ha
hecho creer. Con ello no quiero decir que deba dejar de existir, pero
que se obligue a todos a usarla me parece, cuanto menos,
contraproducente.

 

* NOTA: CONTINUA EN LA SEGUNDA PARTE

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