Enseñar no es educar

Hola, deseo compartir este articulo que me ha parecido muy interesante sobre la nueva educación, la pagina web de donde procede es www.uurraahh.com Enseñar no es educar Escrito por admin Miércoles 11 de Marzo de 2009 22:55 LOS ZAPATOS APRETADOS por Svetozar La educación de los niños sólo puede empezar con la educación de los padres, con sacarles sus zapatos apretados y que aprendan de nuevo a andar, más rápido, más ligero, más feliz. Una propuesta basada en ofrecer a los niños el ambiente y las experiencias a través de las cuales sus talentos pueden abrirse. El tema de la educación es el más actual en nuestra sociedad. Muchos grupos enfocan su atención en cómo educar a las futuras generaciones. Por un lado, tenemos la noticia de que están naciendo -sobretodo a partir de la década del 90- niños diferentes, más dotados, más sensibles, que rechazan naturalmente la competencia, el conflicto y la separación. Algunos los llaman niños “índigo”. Por otro lado, hay un aumento de niños diagnosticados con Déficit Atencional e Hiperactividad. También hay un gran número de adolescentes diagnosticados con Disturbio Bipolar y han aumentado los índices de suicidio a esa edad. Muchas veces, estos niños con problemas son los mismos llamados índigos. En el primer caso, al recibir los niños el diagnóstico de una disfunción, también empiezan a tomar medicamentos. Infelizmente, no existen estudios sobre los resultados del uso de remedios neurológicos y psiquiátricos desde temprana edad. Pero hay indicios de que interfiere con el funcionamiento cerebral y predispone justamente a las enfermedades mentales, así como a la adicción química en la edad adulta. Además, nadie está tan seguro de este diagnóstico. Neurólogos y psiquiatras no llegan a un acuerdo. Se observa que muchos de estos niños son más inteligentes que la media y aprenden muy rápido. Así, es muy probable que su falta de atención sea nada más que la reacción normal a una clase que les resulta profundamente aburrida. Esto no es culpa de los profesores, ni de las escuelas, pero sí parece que tenemos un sistema educacional que no se adapta a sus alumnos y, en cambio, busca a toda costa adaptarlos a ellos en lugar de reformarse. Sabemos que los intentos de reforma han sido como poner parches a un neumático roto más que a cambiarlo, ¡cuando ya es tiempo de cambiarlo! Desadaptación y marginalidad En el intertanto, las principales víctimas son los niños. Muchos de ellos, ya adolescentes o jóvenes, se sienten desadaptados, marginales, diferentes. Al sentirse inadaptados pueden ir penetrando más y más por caminos marginales, que van desde la violencia, la sexualidad sin límites, la drogadicción hasta la incapacidad de triunfar socialmente y de ser auto suficiente en lo económico. La situación de adaptar los niños a la educación es tan ridícula como darles zapatos 36 a quien calza 38. ¡Si no les sirven los zapatos, se les cortan los pies!, o se le dan calmantes, hipnóticos (sobredosis de televisión, juegos electrónicos y comida) para que caminen con sus zapatos 36 sin dolor. Algunos niños los soportan heroicamente, en silencio. Pero el resultado es que en el rostro de muchas personas vemos hoy la mueca de dolor, o el estado de anestesiado, dormido, para poder soportar andar con sus zapatitos 36…¡Ellos no tienen problemas! ¡Sólo había que darles su número! ¡Aceptar lo que son! ¿Cuántos adultos de todas las edades no se sienten identificados al leer esto? Ellos también se sienten caminando con zapatos apretados y tratando de entender por qué no están felices. Buscando terapia, médicos, pareja, algo, para sentirse bien finalmente. ¡Les cortaron los pies, les cortaron sus talentos, aquellos con los cuales iban a caminar a sus anchas por la vida! ¡Están caminando apretados por la existencia, tratando de adaptarse a lo imposible! Por eso ha llegado el tiempo de grandes cambios. La obesidad e hipertensión infantil, los suicidios a temprana edad, los casos cada vez más comunes de asesinatos en las escuelas, sin hablar de las drogas, la pereza, la dependencia, están limitando el vuelo de nuestros niños y jóvenes. ¿Cuántos padres no se entristecen al observar que sus hijos son dependientes financieramente a veces hasta los 30 años? Que no saben ser autosuficientes, que pueden ser menos vitales y realizadores que ellos mismos. ¿Cuántos padres, al no recibir orientación sobre educación, están colocando a sus niños en un trono y sirviéndolos como reyes, transformándolos no en hermosos seres humanos, sino en pretensiosos, tiranos y muchas veces en incapaces por excesos de mimos? Algunos padres aplican en los hijos la ardua tarea de educarlos, en lugar de enseñarles. Claro que podemos aprender mucho viendo la pureza de un niño, la esencia en manifestación sin el peso de la personalidad rígida que tiene el adulto. Pero no podemos perder la responsabilidad de que a los niños sí hay que enseñarles. Llevarlos por el camino que va del potencial a la realización de ese potencial, de la inteligencia pura a la sabiduría. ¡No hipnotizarlos con video juegos y televisión, ni llenarlos con comida! Enseñarles tampoco es llenarlo de archivos de información, como se hace en la educación tradicional. Educación no es información, como piensa Occidente. Saber no es conocer. Si así fuera, los médicos serían todos sanos, pues conocen muchos tratados sobre la salud. Los nutricionistas tendrían buenos hábitos alimenticios, los psicólogos serían felices, los sexólogos serían buenos amantes, y así... Saber es vivir, en todos los niveles: mental, emocional y motor. ¿Y cómo dar esa educación a los niños? ¿Cómo ayudarlos a desarrollar sabiduría, felicidad, salud? ¿Cómo ayudarles a ser ellos mismos, a abrir su individualidad, y no convertirse en la copia de padres y profesores? Esa es la gran pregunta de este tiempo. Educar a los padres Sin adultos sanos y sabios, ¿qué podemos esperar de los futuros adultos? La educación de los niños empieza con la educación de los padres, con sacarles sus zapatos apretados y que aprendan de nuevo a andar, más rápido, más ligero, más feliz. ¿Y cuáles son las propuestas educativas para este nuevo tiempo, cuáles son las soluciones plausibles? Durante tres días del mes de marzo recién pasado, padres, maestros, jóvenes, terapeutas se reunieron en Barcelona, España, buscando e integrando las respuestas para estas preguntas, dentro del marco del I Fórum Nuevo Proyecto para la Humanidad, realizado con el objetivo de promover la discusión, la reflexión y nuevas propuestas educativas. Las propuestas de Avtandil Lomsadze, Presidente Honorario del Fórum, y creador del sistema educativo Escuelas de Desarrollo Armónico, nos dan algunas pautas para la transformación educativa: - Solamente podemos enseñar lo que somos Los niños copian a los adultos. Somos su principal herramienta de aprendizaje. Padres y maestros no pueden enseñar a ser altruistas si son egoístas; no pueden enseñar hábitos sanos si no los tienen. No pueden enseñar a sus hijos a triunfar si no triunfan en lo que se proponen. Y no pueden enseñar relaciones armónicas si viven en conflicto. Por ello, el primer paso en la educación de los niños es la educación de los adultos que deciden tener responsabilidad sobre los niños, ya sea como padres o como maestros. Ellos, primero que nadie, deben buscar su desarrollo físico, emocional y mental. - Los padres deben iniciar los cuidados antes de la paternidad Una pequeña historia: Una vez, un emperador tuvo un hijo. Él llamó al sabio y le preguntó: “¿Serás capaz de educar a mi hijo, el futuro emperador?” El sabio preguntó: “¿Qué edad tiene?” El emperador respondió: “¡Tres meses!” El sabio meneó su cabeza y respondió: “Ya es un poco tarde, ¡pero lo intentaré!” La pareja debe observar cuán armónicos y responsables son. La mujer, por ejemplo, debe estar segura de que el padre, aún en una separación, va a mantener y proteger a sus hijos. Sin estas condiciones, no es recomendable tomar la responsabilidad de traer un alma a la Tierra. También para la concepción deben prepararse como para un acto sagrado. Muchas personas han pasado por procesos de regresión y entienden cuán importantes son tanto el momento de concepción como el del nacimiento. Muchos hospitales alrededor del mundo buscan humanizar el parto. ¿Qué diremos entonces del momento de la concepción? Como en la antigüedad, la astrología y personas sabias pueden ayudar a los padres a traer sus hijos a la Tierra con los mejores aspectos en el espacio, en los cuerpos celestes, que son un espejo de la Tierra. Un niño nacido con buenos aspectos astrológicos tiene una buena estrella. Durante el embarazo, la mujer debe tener una alimentación diferente para cada mes, ya que en cada mes se desarrollan diferentes sistemas físicos del embrión. Si la madre cuenta con los cuidados adecuados durante cada mes, el niño será fuerte y seguro. Entre estos cuidados también debiera estar la meditación, la oración, la respiración, y ejercicios como el yoga. - Comer bien y jugar mucho: claves para la felicidad y bienestar de los niños La escuela es un lugar muy importante, sobre todo en esta época, en que muchos niños son hijos únicos, y gran parte del tiempo están entre adultos que no pueden entender ni aceptar su vitalidad. Por eso, los dejan tantas horas delante de la televisión y los juegos electrónicos. En la escuela, los niños pueden finalmente convivir con otros niños y pueden recibir más modelos. El aspecto motor es muy importante durante la infancia. Los niños deben tener una buena carga de actividad física. Una de las razones de la hiperactividad y del déficit de atención es que tienen más energía física de la que están usando. La estructura de nuestro mundo es para sedentarios, para estar largas horas sentados, con pocos motivos para moverse. Esto es un veneno para los niños y también motivo de irritación y rabietas. También contribuyen a la desconcentración e irritación de los niños los alimentos que consumimos. El exceso de azúcares, productos refinados, demasiados lácteos, la combinación incorrecta de los alimentos son nocivos para los niños y producen gran cantidad de síntomas, como alergias, sinusitis, otitis, secreciones, eczemas, gases, entre otras. Así, la alimentación, tanto en el hogar como en las escuelas debe ser revisada. La cafetería de la escuela, llena de dulces, interesa sólo a la industria y al comercio, no al futuro de los niños. - No todos los niños son iguales Los niños en la escuela no son como el césped que debe ser cortado parejo. Los maestros deben conocer los distintos sistemas sobre tipología humana, distinguir los talentos de sus estudiantes y a través de los años desarrollar su individualidad. Para ello cada niño debe recibir un tratamiento diferente y único. No sólo el intelecto del niño necesita educación, sino que todo su ser. En las Escuelas de Desarrollo Armónico, por ejemplo, aunque existe un programa igual al de las otras escuelas, existe además un entrenamiento especial donde se desarrollan armónicamente todas las facetas del niño: física, mental, emocional y espiritual. Debe haber más tiempo dedicado al desarrollo y la mantención de las capacidades de aprender que a la acumulación de información. Para ello son fundamentales la creatividad, el aprendizaje de idiomas y la exposición constante a nuevas situaciones. La parte de la educación dirigida al almacenamiento de información debe ser apenas una pequeña sección de la carga horaria del niño. La escuela debe enseñar aquello que será necesario para toda la vida: tener salud, crear buenas relaciones, ser feliz en cualquier situación, hacer cada tarea dando lo mejor de sí, ayudar a los otros, ser responsable por el mundo, tener éxito financiero. - Algunos principios del yoga pueden inspirarnos: La filosofía del yoga dice que un libro sin un maestro no significa nada. Sólo un maestro puede ver lo que está escrito entre líneas. Los padres quieren que sus hijos reciban los mismos programas que ellos tienen. De hecho, los hijos deberían tener mejores programas que aquellos que sus padres tuvieron. La filosofía del yoga es diferente de otras filosofías. Los maestros de yoga, a su vez, son diferentes de otros maestros. En todas las escuelas los maestros quieren que sus estudiantes sean como ellos. Pero, en las escuelas de yoga, un maestro quiere que sus estudiantes sean mejores que él mismo. Lo más importante no es sólo cuánto sabes, sino ¡qué sabes! Es importante desarrollar el alma de los niños e inspirar en ellos el amor hacia ellos mismos y los otros.

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