Consulta : Pierdo la paciencia y llego a pegar a mi hijo

 

** Envia tu consulta a : altaeducacion@hotmail.com

y nuestra Terapeuta en Terapia Familiar  Raquel Cherem Ades te responderá.

Tengo un niño  de 5 años, está en 3º de preescolar y ya le están enseñado silabas, leer francés, matemáticas… y yo pierdo mucho la paciencia y hasta le llego a pegar y no sé qué hacer. Al día siguiente me siento muy mal y me pongo a pensar en como lo maltraté y le bajé la autoestima diciéndole mil cosas y quisiera saber si me pueden ayudar porque no se qué hacer. Lo quiero mucho y en el momento no pienso lo que hago ya que mis papas así me enseñaron con regaños y gritos. Gracias.

 

 

Elizabeth tus padres te educaron y te enseñaron su amor entre gritos y regaños, y ahora que eres madre así haces también con tu hijoy muy probablemente tu hijo así hará con tu nietos…

Ya que tienes la lucidez de ser consciente que tu comportamiento es muy dañino para tu hijo (pues también lo fue contigo), y has tenido la valentía de escribirme para pedir ayuda, te animo a que des un paso más pues tú tienes la oportunidad de romper esa cadena de maltrato físico y emocional.

Tú no tienes la culpa que tus padres te trataran así de niña, pero ahora, como mujer adulta y madre sí tienes la responsabilidad de ocuparte del tema para sanear este aspecto que te daña a tí y, sobre todo, a tu hijo. Por lo que te animo busques ayuda profesional, ayuda terapéutica que te ayude a “desaprender” las conductas dañinas aprendidas durante tu infancia, que te ayude a florar de tu interior tu otra manera de amar.

Puedes aprender a amar sin dañar, amar con respeto, amar para crear confianza y seguridad, amar para ayudar a crecer.

Si te pones en la piel de tu hijo sabrás lo humillado que se siente cada vez que lo riñes, pegas, gritas. Lo vuelves cada vez más inseguro y le estás enseñando que el desprecio, el gritar y pegar es una forma de querer (si lo hace su madre seguro lo repetirá pues eres su modelo).

Pero intuyo que esta cuestión se te escapa del control, te sale sin poder evitarlo (aún sabiendo que es muy dañino) como un mecanismo aprendido y muy interiorizado. Por eso necesitas desaprender, para aprender de nuevo.

No te encierres en ti misma, no te escondas, ni ocultes. Siéntete valiente pues estás en el camino de buscar solución. Sé que amas profundamente a tu hijo y precisamente por ese amor te animo hables con otras mamás, papás, con el psicólogo del colegio de tu hijo (si lo hubiera) y busques ayuda terapéutica.

 

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