Cambios de Conducta: ¿ Escucha usted lo que sus hijos NO le dicen?

 

 

Alejandro es un niño simpático, alegre e inteligente.  La opinión de las personas que le conocen es que es un niño bien educado y en general bien portado.  Sin embargo, últimamente Alejandro no se comporta como suele hacerlo.  Se ha vuelto desobediente, no tiene apetito y no desea hacer sus tareas.  La relación con sus padres ha empezado a decaer, ya que su mal humor se hace evidente desde que despierta y continúa hasta la hora de dormir.

                En el colegio, las cosas tampoco van muy bien…  Las maestras de Alejandro han solicitado una reunión con sus padres para discutir “algunas cosas” referentes a Alejandro.  Los padres de Alejandro, cansados ya de la situación, se han puesto más estrictos con él, tratando, con base a disciplina, que vuelva a un comportamiento normal, o como mínimo uno aceptado en casa.  Se han utilizado infructuosamente castigos como el estar un tiempo prudente en su cuarto, analizando su comportamiento.   También se ha tratado de promover un sistema de premios con base a logros en el cambio de actitudes, el cual tampoco ha dado resultados.  Se encuentran en una situación en la que ya intuyen  que la reunión con las maestras será para recibir quejas del comportamiento del niño en clase.

                Cierto día, su madre, cansada de la situación, le pide a Alejandro que deje de comportarse como un bebé, a lo cual el niño tiene una reacción completamente fuera de lo común:  Se echa a llorar desconsoladamente y le reclama que lo único que le hacía falta era que también su madre le llamara bebé …  Indagando un poco más con su hijo, la madre descubre que en el colegio le han estado molestando muchos niños con ser el más pequeño del grupo.  Es en ese momento cuando al fin caen todas las piezas del rompecabezas en su lugar.  Su madre se da cuenta de la razón del cambio en las actitudes de su hijo y cambia inmediatamente de un modo educativo crítico e intolerante, a un modo comprensivo.  Puede entender las angustias que está pasando su hijo y la falta de apoyo que ha recibido durante estos días  en casa, lo cual le ha hecho perder su usual buen humor y peor aún: mucha autoestima.

                La reunión con las maestras cambia completamente de dirección.  Ahora trabajan en equipo, padres y educadores en búsqueda de estrategias para recuperar la autoestima de Alejandro.    Los resultados no se hacen esperar:   con mínimos cambios, platicas en el grupo del colegio, y atenta supervisión, en pocos días, las malas actitudes de Alejandro han desaparecido y ha vuelto a ser el niño alegre que todos conocen. 

                Muchas veces nos vemos enfrentados a situaciones como esta:  Cambios de actitud en nuestros hijos sin aparente explicación.  Como padres, una reacción muy frecuente, es perder la paciencia y volvernos más estrictos, tratando de eliminar un mal comportamiento de raíz y en el momento, pensando que si cedemos en ese instante, perderemos muchísimo de lo que hemos avanzado en la educación de nuestros hijos, y peor aún:  será mucho más difícil eliminar dicho comportamiento con tan solo esa única vez que hayamos cedido…

                Sin embargo, debemos ser más analíticos y estar atentos a estos cambios de actitud.  Un cambio muy drástico en el comportamiento de nuestros hijos muy probablemente significara que algún aspecto de su vida no está bien.  Ese aspecto es algo que sus hijos no podrán explicar, ya que no lo entienden y su frustración se traduce en mal comportamiento.  Es en ese momento en el cual debemos sentarnos a hablar con nuestros hijos.  Preguntarles cómo les va en el colegio o cualquier otra actividad en la que están participando o que haya cambiado recientemente, buscando pistas que nos dirán la dirección del problema que buscamos. 

                Debemos preguntarnos qué ha cambiado últimamente en la rutina de nuestros hijos:  cambios de colegio, mudanzas, cambio de compañeros de clase, nuevas maestras, etc.  Toda alteración de la rutina de un niño provocará cambios en su comportamiento.  En una mudanza, por ejemplo, algo tan sencillo como que ahora ya no lo lleva papi a la parada de bus, ya que el bus pasa justo frente a la casa, causa que se pierdan cinco o diez minutos estando en el auto con papi.  Dicho cambio puede provocar cambios de actitud, los cuales no se eliminarán con base a la aplicación de una disciplina más rígida.  La única forma de eliminarlos será reemplazando el sentimiento que había en esos cinco o diez minutos por uno igual o mejor.  Papi deberá esforzarse más por pasar tiempo de calidad con su hijo para hacerle saber que dicho cambio no es por culpa suya, y que todo va a estar bien.

                El actuar pronta y proactivamente para encontrar la raíz de estos cambios de actitud nos ayudará a tener una mejor relación con nuestros hijos y a evitar daños en su autoestima.  Los niños absorben todo lo que tienen a su alrededor y, muchas veces inconscientemente, se toman responsabilidades que lo les corresponden.    Es nuestro deber como padres hacerles saber que cualquier cambio en su rutina fue decidido por sus padres para el mejor beneficio de todos, y que no es a causa, o por culpa, del niño que se está haciendo.  Sobre todo debemos hacerles sabe que todo estará bien. 

 

Tomado de : http://www.hijosconvalores.com/blog/autoestima/cambios-de-conducta-escucha-usted-lo-que-sus-hijos-no-le-dicen/comment-page-1#comment-10

¡Tienes que ser miembro de E.A.C. para agregar comentarios!

Join E.A.C.

Enviarme un correo electrónico cuando me contesten –

contador visitas gratis